Un profesional del sector de la construcción, con las autorizaciones y protocolos de rigor, viajó desde Cartagena a Cali y regresó, y comprobó que las poblaciones a la orilla de la carretera están aisladas, con retenes, pero al regresar a la ciudad se lamentó porque aquí parece que el coronovirus no hubisese llegado, a pesar de los casi cuatro mil casos positivos.
“Las vías están despejadas, solo se ven algunos camiones, y en los pueblos hay barricadas y retenes”, decribió el profesional.
Relató que hay algunas posadas en el camino para transportistas, pero exigen todos los documentos en regla y las medidas de bioseguridad que instiuyó el gobierno. “Es muy difícil encontrar hospedaje, pero es factible”.
Explicó que debió viajar a la Cali a cumplir un compromiso contractual presencial en la reactivación de un proyecto de construcción, y que a su regreso a Cartagena se decepcionó por el desorden.
Almorzar también es una lotería. Dijo que en un pueblo vio una venta de pollos asados, pero los venden por la ventana, no se puede consumir en el sitio.
“Volví y me entristeció ver que las calles están congestionadas, no hay controles de acceso a la ciudad, hay mototaxistas por todas las avenidas, y parece que aquí no hubiera coronavirus”.