Por Ana Patricia López Ríos (Especial para Revista Zetta 20 años).-Cuando vemos los pequeños negocios cerrar y cada día un número creciente de locales comerciales con letreros “se arrienda”, nos lamentamos y decimos al unísono «hay que reactivar la economía»; cuando vimos las multitudes de personas marchando y violentadas en varios lugares del mundo por la muerte de George Floyd, un afroamericano, nos sorprendimos y criticamos porque perdieron el distanciamiento social y eso representa una nueva ola de contagios Covid -19. Sin embargo, cuando nos toca a nosotros respaldar la economía local, nacional y mostrar lo aprendido en la pandemia, sencillamente fallamos.
Buscar un solo culpable a las aglomeraciones del legendario 19 de junio del 2020, DÍA SIN IVA, O COVID FRIDAY, O VIERNES DEL COVID como muchos han llamado a este pasado viernes, sería cercenar la complejidad sociológica y económica de un país, una ciudad, una comunidad; indiscutiblemente son muchos los factores que confluyen en tal comportamiento y solo con la ayuda de sociólogos, especialistas en marketing, sociopolíticos, economistas y psicólogos podríamos acercarnos a entender las razones. Desconocer que nos encontramos en un estado de alta susceptibilidad, que nos convierte en presa fácil para que actuemos en manada y en excitaciones de grupo, es estar lejos de la realidad, son muchos días de distanciamiento, el hombre es un ser social, llevamos muchos días con mensajes de austeridad y sacrificio, necesitamos un respiro para expresar nuestros gustos y preferencias, tenemos muchos días con diversos niveles de control y limitación corporal que con cualquier anuncio que nos permita aflorar simplemente explotamos.
Ahora bien, ¿eso no lo saben nuestros gobernantes? ¿Eso no lo saben los grandes emporios comerciales? ¿Eso lo desconocen los fuertes grupos económicos del país, eso no lo saben los gremios? ¿De eso no están al tanto los verdaderos controladores de la opinión pública que manejan todos los medios de comunicación existentes?
Nos encontramos afrontando no solo una crisis de salud, como seres humanos estamos afrontando el gran reto de conocernos, individual, grupal y socialmente, son realmente nuestras mezquindades las que están aflorando, nuestros miedos, nuestros intereses individuales y económicos
Pero también tenemos una gran oportunidad de evolucionar, comenzando por dejar de elegir mandatarios y preferir verdaderos líderes que piensen en sus conciudadanos con auténtico amor y sentido humanitario, que tengan la fortaleza para equilibrar la presión de los inversionistas y dueños del capital económico del país, con la lógica y conveniencia epidemiológica para cuidar de unos ciudadanos que en su mayoría somos fácilmente manipulables por las redes, la publicidad, los mensajes equívocos, las supuestas ofertas y hasta las posturas políticas. Necesitamos repensarnos para poder reinventarnos, para dejar de ser una especie que no solo destruye la naturaleza, sino a sí misma. Tenemos que construir amor propio, que no es lo mismo que individual sino amor por nuestra especie, por la vida, POR LA HUMANIDAD, por ser mejores particular y colectivamente.
Aplaudo todos los mensajes suscitados por lo ocurrido el viernes, los que buscan culpables, los que nos auto responsabilizan, los que miran hacia dentro y hacia fuera de nosotros, porque sencillamente son la expresión de un despertar, algo está pasando que al menos somos críticos, hay voces llamando a la conciencia indistintamente del rol que ocupemos, yo los llamo a Uds., los que me honran con leer estas líneas, a no esperar que la muerte nos sorprenda en forma de ofertas, descuentos de IVA, manifestaciones por injusticias, quiebras, bajo el manto de esta pandemia que hoy se llama Covid-19 y que entre tantas cosas entendamos que lo que nos puede salvar de todas estas amenazas, es la pandemia por el amor común para tomar decisiones equilibradas, integrales y armónicas , ante cada circunstancia que enfrenta la humanidad.
¡¡¡NOS DEBEMOS UNA OPORTUNIDAD Y ES AHORA¡¡¡
Ana Patricia López