Por Ana Patricia López Ríos (Especial para Revista Zetta 20 años).- Luego de 100 días de aislamiento y de los múltiples aciertos y desaciertos en el manejo de esta pandemia, hay una sola cosa inequívoca: este virus llegó para quedarse, en Cartagena, en Colombia, en el mundo, es decir tendremos que aprender a convivir con el covid a lo que yo he llamado CON-COVID
En cien días, los resultados estadísticos son ligeramente aceptables dado que a julio 4 de 2020 registramos 113.398 casos confirmados, 3.942 fallecidos y 46.563 en recuperación según las estadísticas oficiales. Lo que nos coloca a nivel mundial en el escalafón 20 de países con mayor número de casos confirmados y en américa en el 5to lugar.
En cien días todos esperamos que nuestros gobernantes hayan hecho algunas de sus tareas tales como: aumentar el número de camas y de unidad de cuidados intensivos, garantizar los insumos y medicamentos necesarios para atender la pandemia y sobre todo esperamos, hicieran las capacitaciones al recurso humano en salud para atender esta patología.
El país y la ciudad se irá reactivando, en este artículo no voy a entrar a cuestionar si de manera adecuada, acelerada o tardía, lo cierto es que cada día son más las personas que de forma permitida o voluntaria están en la calle, sea trabajando, comprando, haciendo ejercicios, buscando subsidios, o están simplemente en desobediencia ciudadana, entonces nos preguntamos los que seguimos preocupados por nuestros adultos mayores, por nuestros niños, por nuestros adultos con comorbilidades, por nuestro personal de salud o los que nos queremos tanto a nosotros, a nuestras familias, a nuestros amigos y a la comunidad, ¿qué es lo que debemos hacer?
El incremento de excepciones en la limitación de la movilidad y el número creciente de sectores que recuperan su actividad no puede darnos la falsa expectativa que ya estamos saliendo de la pandemia, que nos encontramos en POST COVID, que la curva se aplana tornando a su estado basal, que todo está regresando a su estado anterior, NO, NO NO, ES ASI; comerciantes, industriales, gremios, trabajadores independientes, informales, en fin, son muchas las voces pidiendo “normalidad” y coincido con todos que es necesario encontrar la normalidad del con-covid y para ello mi invitación es a fortalecer las medidas de protección y prevención de la enfermedad.
Las hemos escuchados desde el día 1: lavarse las manos, distancia social y usar tapabocas, pero ¿lo estamos haciendo bien?
Así como esperamos que las tareas anteriormente descritas las hayan adelantado nuestros gobernantes, también invito a todos los ciudadanos a fomentar estas tres actividades, que se vuelvan tan rutinarias como nuestra propia normalidad, que fomentemos el autocuidado y el respeto por los demás, definitivamente son la mejor opción que tenemos para con-covid y para desescalar el aislamiento social que tanto pedimos.
Qué bueno sería si concomitantemente con el compromiso ciudadano, los gobiernos locales y nacional fueran más allá en sus actividades de protección y prevención, superando las campañas educativas difundidas en medios de comunicación y su alcance fuera más tangible, accesible, y productivo; como me gustaría ver a las autoridades y a todos los actores del sistema de salud haciendo la labor social de la conciencia ciudadana para que como colectivo y como comunidad le apostemos a la prevención y el con-covid tenga mejores cifras que las actuales
Qué tal si además de los programas de tv, pautas publicitarias, información en redes sociales y medios periodísticos, encontráramos a la fuerza pública, civil, administrativa, a los voluntarios de las múltiples fundaciones, a los influenciadores, a los promotores de salud de EPS e IPS supervisando y entregando tapabocas y aplicando alcohol, gel o jabón en el ingreso a los medios de transporte masivo, en senderos peatonales, en las esquinas de los barrios, vigilando en las semáforos y peajes que todos portemos el tapabocas, que en los puestos de control además de verificar documentos proporcionen alcohol o gel antibacterial, que antes de ingresar a los puesto de trabajo los empleadores supervisaran el lavado de manos y el uso de los elementos de protección personal, que las pausas activas incluyeran el lavado de manos o al ingreso y salida de bancos, supermercados, almacenes, plazas de mercado, etc nos obligaran a usar tapabocas y antibacterial suministrándolo.
Estas medidas son realmente masivas, más efectivas y cuestan menos que los ventiladores, con ellas llegamos a más personas y tendremos menos pacientes; pasemos de la retórica a la acción; con ellas podremos por primera vez hacer de una manera diferente un programa de protección y prevención y saldar la deuda que en esta materia tiene el sistema de salud con los colombianos.
El covid estará por mucho tiempo entre nosotros y solo aprendiendo a convivir con él, con-covid, saldremos adelante
Ana Patricia López.