Qué es la vacuna social y porqué puede ser nuestra mejor inversión a presente y futuro – Opinión de Álvaro Royo desde Xiamen

Por Álvaro Royo Bárcenas (Especial para Revista Zetta). (Xiamen – China).- En el año 2003 el SARS (Síndrome Agudo Respiratorio Severo) paralizó varios países de Asia. Los que tomaron nota como Taiwán o Corea del Sur, por ejemplo, no se han preocupado mucho por desarrollar o adquirir las nuevas vacunas para el covid pues la vacuna social que pusieron en práctica, y que luego China les siguió los pasos, es tan efectiva que no necesitaron de cuarentenas eternas, con el mundo en plena pandemia a día de hoy sus economías son de las pocas que crecen y el coronavirus, aunque presente en el día a día, parece cosa del pasado.

Me encontraba viviendo en Shanghái para esos días del SARS, no había una cuarentena oficialmente declarada pero el pánico era tal que la gente simplemente no salía de sus casas, en esos largos dos meses montarse en el metro vacío, sin gente, fantasmal, te ubicaba en otra dimensión, algo difícil de creer, pero estaba sucediendo: Shanghái, una metrópoli de más de 20 millones de personas parecía la Nueva York que muestran en la película «Yo soy leyenda» de Will Smith.

En ese tiempo llegaban noticias de Taiwán también sufriendo por la parálisis pero tomando nota porque está claro que esto de las pandemias es algo que va y viene, unas más duras que otras, pero son pendulares y prepararse no está de más, o para decirlo mejor, es imprescindible.

Taiwán es una isla que puedo verla desde la orilla del mar de la ciudad de Xiamen, la separan de China unos pocos kilómetros de mar y llegar allí en ferry es cuestión de 20 minutos, no hicieron cuarentena, no pararon la economía, no quebraron sus empresas porque desde el 2003 hicieron la tarea y bien hecha, prepararon y educaron a sus ciudadanos en la importancia de estar unidos en sintonía con las medidas de protección para el bien de todos, sus 24 millones de habitantes.

Y es curioso ver como países del primer mundo como Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Italia España, etcétera, estén pasando apuros con este tema siendo que se supone que sus ciudadanos son lo bastante educados para no desoír lo que se les invita a hacer de parte de las autoridades.

En esos países han desactivado fiestas clandestinas de mas de 100 personas las cuales se convierten en verdaderas bombas biológicas que terminan paralizando un país, esos pocos irresponsables son quienes termina enterrando al resto, y cuando digo poco es comparándolos con el total de la población, entonces digamos que si 100 se van de fiesta pues estos en los próximos días terminan contagiando a 100 mil y estos 100 mil luego contagian a un millón, y así están.

Utilizan los chinos en esta pandemia una frase que está muy de moda y es «cada caso cuenta», ya que una sola chispa (un solo positivo en la calle) nos puede incendiar toda la pradera, si, que es una persona enferma en la calle si no un loco con una antorcha incendiándolo todo, se escuchan historias que en Colombia en los controles de temperatura dejan pasar a la gente con fiebre, que los buses van llenos y no hay quien tome la temperatura al subir, que no hay controles serios y que se sigue en la primera etapa de la pandemia la cual es la subestimación y la negación del problema.

Entonces ¿qué han hecho los chinos para controlar la pandemia y volver a la normalidad solo luego de 45 días de confinamiento? Tratar a cada individuo como una chispa que puede incendiarlo todo; se adecuaron hospitales, hoteles, escenarios deportivos y bodegas para aislar a quien presentara siquiera un cuadro de fiebre, si había un infectado en la familia toda esta era tratada como sospechosa y sometida a la prueba de PCR para descartar contagios, y los contagiados no se dejaban circulando ni se enviaban a sus casas, se asilaban en algunos de estos tres sitios dependiendo de condición económica y gravedad; si no tenías para pagar un hotel, entonces a un escenario deportivo dotado de camas básicas, si tu situación empeoraba se te enviaba a un hospital, cuentas hospitalarias todas a cargo del gobierno.

Y así ha funcionado, y está funcionando acá. Por ejemplo, si en Colombia se contagian 10 mil personas todos los días, pues es más fácil inmovilizar a 10 mil individuos que a 50 millones, y lo mejor de esto es que cada día inmovilizas menos porque vas aislando, separando a los contagiados, identificando sospechosos y dejando fuera de circulación a  el virus.

No necesitas parar la economía, los accesos a centros comerciales, a parqueaderos a barrios, aeropuertos etc. funcionan como filtros para ir identificando a quienes les toca aislarse, todo el que está en la calle tiene que ser su temperatura examinada y si no es correcta debe ser consciente de que debe recluirse por dos semanas ese poder se lo da la constitución al gobierno con el estado de excepción, si esto se aplicara en 45 días los números de nuevos contagios y muertes bajarían a números cercanos al cero!

Thinking

La gente salta de alegría cuando el gobierno de Colombia anuncia que ha comprado 40 millones de vacunas, las cuales solo alcanzan para 20 millones de personas se necesita vacunar mínimo a al 70% de la población para lograr la inmunidad colectiva, con esto no vacunaran al grueso del país y esto es lo que hay para 2021, el resto quedará para 2022.

Viendo los excelentes resultados de China con la vacuna social que impusieron, la combinación de las dosis adquiridas en Colombia y la implantación de este modelo de confinamiento (para los individuos con la temperatura alta o positivos) que está funcionando en varios países de Asia, podría sacarnos de esta inmensa oscuridad en que nos tiene sumido este virus.  Porque como van las cosas pareciera que el 2021 no va a ser muy diferente al 2020.

Y llegan noticias de Inglaterra que una mutación del virus ha sido detectada, ¿cuántas veces seguirá mutando? ¿Y cuántas pandemias vendrán a futuro? No lo sabemos, por eso el mal rato que nos hizo pasar esta debe servir para que se inicie la implementación de la vacuna social lo antes posible para controlar esta crisis que estamos viviendo y para que nos sirva de preparación para las que vienen. Los países que vivieron el SARS se nos adelantaron 16 años y por eso no los tomó descuidados. Ignorar esas señales y no tomar medidas desde ahora en la que estamos viviendo, puede empeorar y ¡para la próxima nos puede ir peor!

Como siempre allí está mi email al pie de página para los que quieran escribirme sus opiniones acerca del tema y con mucho gusto les responderé

¡Un abrazo!

Álvaro Royo Bárcenas

Xiamen-China

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