Los tres comités de revocatoria deberán elevar su nivel argumentativo si quieren abrirse paso entre la ciudadanía para revocarle el mandato a William Dau, quien sacó provecho en la audiencia ante la autoridad electoral.
A los tres comités les faltó, en general, puntualizar con argumentos técnicos el incumplimiento de Dau, y por defecto abundaron en reproches políticos y personales, que desdibujaron el propósito de la audiencia.
Rodolfo Díaz, del comité Cartagena Corrige, comenzó la audiencia y trató de demostrar que, efectivamente, Dau ha incumplido con su programa de gobierno. Tal vez la tribuna pública no sea uno de sus fuertes, lo que unido a la notable incomodidad que le generó el tapabocas, hizo que su presentación transitara entre lo argumentativo y la descalificación política. Al final, un video resultó una pieza que condensó lo que pretendió decir ante la autoridad electoral.
Si la audiencia hubiera terminado allí, Dau hubiese tenido que esforzarse más, pero los dos comités siguientes lo que hicieron fue «empañar el vidrio».
Aldo Lora representó al segundo comité inscrito y su presentación fue más emotiva que técnica, y naufragó ante su evidente ausencia de talento oral.
Rafael Castro insistió en presuntos pecados del pasado de Dau como veedor, como la adquisición de acciones de Aguas de Cartagena, pero no presentó argumentos técnicos sobre su gestión como alcalde.
Edison Lucio, del tercer comité, se enfrascó en el ataque personal contra Dau y se metió en la chismología de su vida personal, al punto que debió ser silenciado su micrófono y suspendido el uso de la palabra.
Con esa manera de presentar sus comités, dieron “papaya” para que Dau los calificara de “buchiplumas y mentirosos”, al tiempo que aprovechó para abundar en su conocido discurso de cadenas rotas.
A modo de reto, Dau les pidió a los tres comités que se unieran para recoger firmas y anticipó que si logran convocar para votación, sacará 200 mil votos. Anotó que “vinieron por lana y saldrán trasquilados”.