400 años enseñándonos a ser libres
Por Alfonso Cassiani (especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 16 de marzo 2021.- Transcurría un 16 de marzo de 1621, en apariencia un día común en la cotidianidad de la Provincia de Cartagena de Indias, la noche de aquel día fue el epicentro en donde el entonces gobernador de la provincia, García Girón, ordenó de forma arbitraria el arresto de Benkos Biohó, lo que se cumplió alrededor de las diez de la noche y en un proceso brevísimo ordenó ahorcarlo en la madrugada, cortar sus partes y distribuirlas por diferentes puntos de la ciudad, para el supuesto escarmiento de quienes osaran seguir el ejemplo de Benkos, nuestro gran líder Cimarrón.
Benkos se liberó de su esclavista Juan Gómez, “junto con su mujer, tres compañeros y otros esclavizados de Juan de Palacios, siendo en total treinta. Se instalaron en el arcabuco de la ciénaga de la Matuna, no lejos de la villa de Tolú, a unas veinte leguas de la ciudad de Cartagena”, en donde está el actual corregimiento de Rocha, en el municipio de Arjona, departamento de Bolívar.
A finales de 1599, el gobernador de Cartagena, Jerónimo de Suazo y Casasola, da a conocer lo que a su juicio es el sentir de los vecinos de la ciudad y provincia de Cartagena de Indias, en carta enviada a su majestad, el Rey de España, el Gobernador se quejaba de las arbitrariedades que estaba cometiendo un “negro” esclavizado que permanentemente incitaba a los demás esclavizados a la fuga, lo que dejaba entrever que las condiciones para una insurrección más o menos generalizada eran excepcionales.
Benkos, con los demás cimarrones, se dedicó a sembrar hordas de rebeldía y libertad, además de fortalecerse mediante la constitución de palenques, lograron sembrar el temor de una insurrección y a un levantamiento generalizado de esclavizados y negros cimarrones en la provincia de Cartagena. que encontrarían eco a lo largo y ancho del Nuevo Mundo, más de doscientos noventa años antes que los haitianos y haitianas se dieran a la tarea de materializar, con su revolución, la transformación de su cosmos y demostrarle al mundo que otras opciones son posibles, las y los cimarrones desde la Matuna ya lo habían hecho. Así, desde el 16 de noviembre de 1602, el gobernador de Cartagena Hierónimo de Suazo y Casasola dio “aviso a su majestad de los daños que habían comenzado a hacer, con muertes y robos”. Ello para justificar las inversiones en escuadras, capitanes y arcabuceros que en gran número comenzarían a ser destinados a perseguir a los cimarrones en nombre de su majestad y de la cristiandad.
En la misma medida, las autoridades coloniales reconocían su incapacidad para reducir a los cimarrones y destruir los palenques, como lo hiciera el Gobernador en misiva dirigida al rey el 25 de enero de 1604, en la que afirma que pese a “haver desbaratado y muerto la mayor parte de los negros cimarrones que se havian levantado en estos montes y ciénegas y como la tierra es tan montuosa y aspera y ellos gente criada en ellos (los montes) no fue posible por ninguna bia humana poderlos acavar de destruir”
Ante tales evidencias y a la imposibilidad de reducir al palenque de la Matuna, el gobernador De Suazo y Casasola, el 18 de julio de 1605, se vio forzado a capitular con Benkos Biohó, acordando garantizar la paz entre las partes, por espacio de un año. Acuerdo que solo sería irrespetado por el Gobernador García Girón 16 años después, con el asesinato de Benkos en 1621.
Hoy estamos obligados a rendirle tributo y reconocimiento al Rey del Arcabuco, y engrandecer con hechos su memoria, contrario a ello hay quienes persisten en reproducir el lenguaje colonial y menoscabar su ejemplo llamándole “esclavo”, Benko nunca se asumió como esclavo, lo tenía esclavizado, por tanto, nunca reconoció la existencia de un “amo”, eran esclavistas, la ignorancia no puede ser el subterfugio para que ultrajemos los aportes de quien nos enseñó a ser libres.
El ejemplo de Benkos, seguido en 1680 por los cimarrones Domingo Angola, y posteriormente por Nicolás de Santa Rossa en 1713, capitanes en su momento del Palenque de San Miguel Arcángel, para liderar las negociaciones que dieron origen orígen a la comunidad libre de San Basilio de Palenque en 1714.
Hoy es indispensable retomar ejemplo, difundir el legado, reasumir los principios del Cimarronismo, y apalenquear las luchas de nuestras comunidades negras, afrodescendientes, afrocolombianas, palenqueras y raizales, no podemos ser inferior al ejemplo del gran líder cimarrón. Hoy más que nunca la aspiración de un pueblo unido en torno a su identidad, su territorio y su autonomía sigue siendo una deuda histórica que está por saldar.
Benkos Biohó nos enseñó a ser libres, en la misma medida en que Pambelé nos enseñó a ganar.