Por Manuel Lozano Pineda (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 16 de mayo de 2021.- Tratar de describir ¿a qué suena Álvaro Cárdenas Jr? Responder ¿cuál es el sonido que marca su estilo? o ¿cómo reconocer su historia musical a partir de las melodías que saca de su saxofón? podría convertirse en una tarea compleja; y mucho más si intentamos descifrar ¿cuál es su estructura de digitación y qué lo hace tan versátil?; posiblemente, respondiendo a eso descubramos la esencia de su originalidad y propuesta, mucho más interesante saber por qué tiene encantado a los chinos de Shanghai y la razón por la cual lo consideran un artista clásico de la música del Caribe que los tiene embrujado con la magia del bolero y el jazz.
Su sonido empieza a gestarse desde niño entre Barranquilla y Cartagena, con su padre, un sobresaliente saxofonista de quien heredó su talento y nombre. Tiene en su primera etapa una sobredosis de boleros y música del Caribe, del folclor, pasando por la gaita, bullerengue y fandango.
Álvaro es una esponja que no desestima los sonidos que lo han acompañado en su historia en la que también están la música clásica y sobre todo el jazz.
En la escena de Shanghai
Cuando Cárdenas partió hace 20 años a China, lo hizo buscando el sueño oriental, el de músico; y fue en Shanghai donde encontró lo que como artista y persona lo conmueve: su esposa, tres hijas y un hijo. Los mismos que se llevó de Cartagena.
Dejó su tierra natal porque sabía que con el jazz en una ciudad como Cartagena de Indias las posibilidades de crecer profesionalmente eran escasas. Por eso se fue. Pero no parece haberse ido. Sólo está a 15.000 kilómetros, o a 15 horas en avión; además de venir periódicamente, tiene un contacto permanente con músicos, amigos y una parte importante de su familia. No quiere desprenderse de sus raíces. Los chinos no lo han dejado. Han pasado dos décadas y la sensación de ser extranjero sigue igual que al principio; culturalmente siente una profunda nostalgia por su tierra.
Parte de sus proyectos musicales los aplazó por adaptarse al sistema, y a aprender, entre otras cosas, a hacer pop en inglés, algo que no estaba entre sus planes. Interpretar música latina le dio la motivación para entender el rol que jugaba en la ciudad del milagro económico, una de las más grandes de China y considerada un núcleo financiero mundial.
Uno de los prodigios económicos del siglo XX tuvo como escenario Shanghai, una ciudad de la costa central que ha crecido de manera acelerada no solo financiera sino culturalmente. Una ciudad donde un corrientazo (un almuerzo) cuesta 30 rmb.
La moneda oficial de China es el renminbi (rmb), que significa «moneda del pueblo». Su unidad básica es el yuan (CNY) y ambos términos se utilizan por igual.
Los chinos casi no usan platos individuales, por lo general hay una variedad de comidas que hacen de la experiencia una oportunidad para compartir.
Un yuan equivale a 580 pesos colombianos. Una gaseosa cuesta tres yuan y el transporte público, dos.
En Shanghai, Álvaro perfeccionó su inglés y sigue aprendiendo el mandarín el cual sabe combinar con el «lenguaje de señas».
Tiene en su hoja de vida el lujo de participar en un segundo estelar de «Legend of the Fist: The Return of Chen Zhen» (2010), una de las grandes producciones del cine oriental, al lado de nada menos y nada más que del actor Donnie Yen, el mismo de la saga «Ip Man», basado en la vida del maestro de Bruce Lee.
A esta altura de la historia en Shangai, Álvaro y su familia ya se pusieron la segunda dosis de la vacuna contra la covid y poco a poco están regresando a la normalidad.
Las marcas de los saxofonistas
De su banda sonora personal hay que resaltar a Grover Washington Jr., de quien admira su sonido y sentimiento, afirma que de Grover “no puedes ver su técnica sin el resultado final de lo que interpreta”
Desde el momento que descubrió al sincelejano Justo Almario quedó maravillado por la manera de tocar el saxofón, por sus composiciones y repertorio.
De Stan Getz encontró una fuente de inspiración por el sentido melódico y personalidad en sus interpretaciones.
Por Bob Mintzer, Michael Brecker y Branford Marsalis siente admiración total por el conocimiento increíble de la música y la interpretación magistral del instrumento.
Confiesa que Paquito de Rivera hace lo que a él le hubiera gustado ser como músico. “Ha hecho de todo”, agrega.
Para Álvaro, Paul Desmond y Gerry Mulligan tienen el sonido perfecto.
Con Miguel Zenón y David Sánchez experimenta una fascinación por el sentido rítmico en una dimensión increíble, por sus matemáticas en el saxofón y por el sabor.
En su listado de saxofonistas también tiene a Coltrane y Charlie Parker, pero dice que el héroe es Sonny Rollins. «Su voz en el tenor es única, incorpora sus raíces caribeñas. Su familia es de Jamaica e hizo muchos temas en calipso, eso me estimuló para hacer música desde mis raíces», dice.
«También tiene el formato de drums, bass y tenor ( trío poderoso del jazz) “Pianoless” trío de jazz sin piano … ¡maravilloso!», exclama emocionado.
«Igualmente tiene espacio para hacer cosas que no se pueden explorar en un cuarteto regular, él descubrió eso» , concluye.
De Rubén Blades, respeta su salsa y la poesía musical.
El real book del bolero y el jazz
Con la pandemia se acabaron muchos de los proyectos en los cuales estaba trabajando. Pero surgieron otros.
En estos días está por terminar el último semestre de su maestría en música en la UNAD (Universidad Nacional a distancia).
Igualmente, en medio de la lenta reactivación de sus actividades, Álvaro está a punto de sacar a la luz un proyecto virtual, “Real Book de boleros y jazz”, un archivo en pdf que irá alimentando y actualizando no solo desde el punto de vista académico sino musical. Este es uno de sus sueños que nace del interés por aportar y revestir al bolero con su impronta melódica.
De la selección que ha hecho hasta el momento casi llega a los cien temas, desde los más escuchados y clásicos hasta los modernos. Es una apuesta para llamar la atención del bolero y convertir el documento en un punto de encuentro entre músicos, investigadores y, sobre todo, estudiantes.
Los boleros tradicionales y las canciones del Caribe que agitan los recuerdos de adolescencia se han venido grabando poco a poco con su sello y sonido original, el mismo que surgió al fusionar su historia en América y Asia.
Ese sonido está inspirado en Cartagena y en el repertorio de sus numerosos conciertos, talleres y presentaciones en la China. Sus arreglos estarán disponibles no solo en ese archivo digital sino en las redes sociales y se construirá de manera colaborativa.
Este “Real book”, que viene trabajando desde hace un año, es el primero de tres libros que está organizando como un catálogo pedagógico desde el lenguaje original del bolero fusionado con el vocabulario del jazz.
El bolero ofrece una posibilidad armónica rica y tiene la virtud de adaptarse a cualquier ritmo, pasando por el mambo, una guaracha o un danzón, entre muchos. Esa flexibilidad es lo que permite que este «Real Book” pueda ofrecer más alternativas sonoras para los interesados en esta música, por eso Cárdenas quiere que los temas escogidos suenen y tengan más color y calor con el jazz, desea que su estilo pueda pasearse fluidamente por una variedad de géneros. Quiere compartir su extraordinaria historia melódica y rítmica para hacer de su digitación en el saxo una experiencia espiritual y un exquisito recorrido sonoro. Eso es lo que tiene encantado a los chinos de Shanghai. Su riqueza musical viene de su ciudad natal, de sus 54 años, de su sensibilidad latina, con la cual ha podido vivir haciendo lo que le gusta y encontrar lo que se ha ganado con trabajo y sudor: respeto y admiración en una ciudad de 27 millones de habitantes.