Once salidas por la Puerta del Príncipe en Sevilla y nueva por la Puerta Grande en Madrid hablan de la calidad enorme de Diego Ventura en el rejoneo. Tal vez ese referente fue el que “picó” a Andrés Chica para salir a la arena de Cartagena de Indias a plantearle un desafío, de esas rivalidades sanas y profesionales del mundo del toro.
Chica parecía enviarle un mensaje a Diego Ventura –quien está anunciado para la corrida del domingo 4 de enero-, y que lo observaba desde el callejón: “¡Soy el número uno de América!”. Y salió a demostrarlo.
En el único toro que estaba anunciado para él, hizo las cosas bien y con variedad, aunque con algo de mayor lentitud hubiese sido mejor. Demostró el gran dominio que tiene sobre su cuadra de caballos, de una calidad elevadísima, unos verdaderos equinos toreros. Con los rejones de castillo aguantó la frenética embestida del ejemplar, y luego lo adornó con banderillas colocadas siempre en lo alto. Un defecto en la colocación del rejón de muerte y los descabellos lo privaron del trofeo.
Por eso, cuando faltaba un toro para la conclusión regular del festejo, anunció el regalo de un octavo. Y salió a triunfar, a decirle a todos y entre ellos a Ventura, que la competencia está planteada.
Pero este fue un mejor toro, bravo, con acometividad y movilidad, tanto así que mereció vuelta en el arrastre. A lo largo de la lidia, chica se mostró variado y acertado, ejecutando movimientos temerarios en la cara del toro, lo que valió nuevas ovaciones. Mató de modo fulminante, lo que le valió para las dos orejas y salir a hombros junto con Sebastián Castella.