El matador francés Sebastián Castella y el rejoneador antioqueño Andrés Chica salieron a hombros en la corrida goyesca de apertura de la Feria Taurina de Cartagena de Indias, en la que Espartaco reapareció y cortó una oreja.
Cerca de ocho mil aficionados ocuparon los tendidos de esta plaza monumental y ratificaron la vocación taurina de Cartagena de Indias, y aclamaron en el paseíllo a los alternantes, entre los que se encontraba el colombiano Luis Bolívar, quien pechó con lo pero del descastado encierro de Alhama, ganadería que quedó en deuda con la afición.
Aunque el encierro fue variopinto de pelajes pues los hubo burracos, jabonero, sardo, castaños y negros, estuvieron bajos de casta y escasos de bravura, manseando en general, salvo el segundo.
El contraste fue el juego de los dos ejemplares de El Capiro que sirvieron para el lucimiento del torero a caballo Andrés Chica, quien abrió y cerró el festejo, con una excelente cuadra de caballos y demostrando una gran forma en su doma.
En el primero estuvo acertado en las suertes pero falló con los rejones de muerte, lo que le valió para tronador ovación. Regaló un sobrero bravo y con temple exquisito, premiado con la vuelta al ruedo, que le permitió ejecutar todas las suertes del rejoneo con limpieza y belleza, rematando con certero rejón de muerte, recibiendo las dos orejas que paseó triunfal.
Para el olvido la reaparición de Espartaco con el primer manso de Alhama. Sensacional fue su faena al segundo, un toro muy complicado, pero la sapiencia y técnica de Juan Antonio se impuso en series de mano baja y en redondo, metido dentro de los pitones. Faena emotiva y valiente que puso a los aficionados a echar humo con las palmas mientras la música no paró de acompañar. Mató pronto paseando una oreja en medio de las ovaciones.
La entrega de Sebastián Castella en su primero ha sido el fiel reflejo de su poderío. Pases de todas las marcas con el sello y personalidad del francés, ídolo de la afición colombiana. El valor demostrado de principio a fin, y la calidad de las series por los dos pitones aunados a la gran estocada le hicieron pasear las dos primeras orejas de la corrida. Su segundo, con muchas dificultades y escaso de raza, le impidió redondear su gran actuación.
Mala suerte del colombiano Luis Bolívar desde el sorteo, se llevó el lote con menos probabilidades a pesar de la buena disposición. Lo intentó en sus dos toros sin encontrar la más mínima colaboración ante la falta de bravura.
RESUMEN – Corrida Goyesca Plaza de Cartagena de Indias. Tres cuartos de aforo. Toros de Alhama de bonita presentación, pero escasos de bravura. Toro del Capiro para rejones, extraordinario premiado con la vuelta al ruedo. El rejoneador Andrés Chica, palmas y dos orejas. Juan Antonio Ruíz “Espartaco”, palmas y oreja. Sebastián Castella, dos orejas y palmas. Luis Bolívar, palmas y silencio.
Nota: Fracaso absoluto de la payasada que quiso montar un puñado de grotescos protestantes.