Reportaje de John Zamora (Director Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 11 de julio de 2021.- De Leonardo extrañan y recuerdan todo… hasta su olor: a madera, a canela, a picante… un aroma fuerte y vigoroso.
Estéfany, su hermana, cierra los ojos, eleva sus manos como palpándolo, y hace una pequeña aspiración, como olfateándolo. Julie, su hermana mayor, lo confirma: es impresionante, tantos años y todavía recuerdan fidedignamente su olor.
La evocación de su aroma es una manifestación de todo lo que lo recuerdan y desean volverlo a ver. Esa ilusión también la tiene su abuela, que a veces siente que un muchacho llega a su puerta diciéndole que quiere algo, y cuando ella le pregunta ¿qué quieres? Le responde: “Abuela, soy yo, Leo”.
Su madre, Rubiela, sueña con frecuencia que le alista todas sus cosas bien temprano para ir al colegio, le plancha el uniforme, le prepara el desayuno…
Julie no se explica porqué, siendo ella tan especial con todos su allegados y siempre les organiza sus cumpleaños, no puede festejar el de su hermano cada 22 de enero. Esa contradicción y toda la ausencia de Leo la atormenta.
Por quince años seguidos, cada 4 de julio publicaron mensajes en sus redes para recordarlo en la aciaga fecha de su de su desaparición, pero este año fue diferente: unidas en familia, la súplica a Dios sigue con la misma fuerza.
Este año, el décimosexto de su desaparición, Revista Zetta les acompaña en su dolorosa experiencia y espera que con este trabajo periodístico podamos contribuir en algo a suscitar nueva información que ayude a llevar certeza sobre lo que pasó ese 4 de julio de 2005 en las playas de Bocagrande. Lo seguiremos esperando, rodeando a su familia.