Por César Pión González (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 16 de diciembre de 2021.- La fobia es un trastorno de salud emocional que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado a objetos o situaciones concretas.
Cartagena de Indias, cuna de grandes organizaciones gremiales, turísticas, empresariales, políticas, periodísticas, activistas y religiosas, parece sufrir de este trastorno que en otrora impactó, con razones o sin ellas, a gobernantes como Gabriel García, Guillermo Paniza, Nicolás Curi, Carlos Díaz, Alberto Barbosa, Judith Pinedo, Dionisio Vélez, Campo Elías (q.e.p.d.) Manuel Vicente Duque y Antonio Quinto Guerra.
Hoy mas que nunca Cartagena necesita menos corrillos, más criterio y personalidad de los sectores y sus integrantes, hay que expresarnos hacia el alcalde con altura, con sinceridad sin falta de respeto, con propuestas viables sin lambonerías y no cobijarnos bajo la frase popular “Mal conmigo, mas mal sin mi” que te impide ser claro esperando que en algo te apoye o te dé.
La ciudad necesita que le expresemos la verdad al mandatario como apoyo, por el desconocimiento en muchas cosas públicas, chismes desinformantes de algunos funcionarios, falta de pertinencia de varios secretarios locales y foráneos, debilidad en planificación, improvisación, populismo y mediocridad de otros tantos que ahondan la crisis generada por sectores políticos y monopolios disfrazados de mesías con la mirra y el incienso para la pobreza cartagenera que se convirtió en algodón para los labios y una ruta diferente a la que Herodes esperaba.
Estamos dispuestos y lo hemos dicho mil veces trabajar por la ciudad que se nos hace fallida cada día pero para ello hay que atreverse, no hablar en la cocina, regular el interés, separar lo personal de lo institucional, transformar con testimonios y no contribuir a crear fantasmas que no se puedan exorcizar, escuchar nuestras ideas, el alcalde no es un lobo, que denuncie lo que tenga que denunciar pero invitémoslo a trabajar sin prevención, ofensas ni difamaciones si él cree que un concejal es deshonesto, corrupto, pero en su gobierno no le está pidiendo contratos ni ops, prima lo institucional y que doblegue el ego y dé muestras de conciliación y ojalá analizando por Facebook live las propuestas de él y sus funcionarios junto al Concejo y sea el pueblo juez para no violar el debido proceso y no estar como el Joe Arroyo «tu me tiras a mi las cajas y yo te tiro los cajones».