Juguetes de nadie – Opinión de John Zamora

Por John Zamora (Director de Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 5 de abril de 2022.-  Otro de los adjetivos certeros que definen a William Dau es “perverso”. A mala hora Cartagena escogió a este humanoide, que va de esquina a esquina con su impune recital de reyertas, llevándose por delante el presente y futuro de la ciudad.

Ni un pelaito de cinco años juega con la ciudad como lo está haciendo este alcaldoide, y el más reciente botón de la muestra es la pretensión de endeudar a la ciudad en $160.000 millones, al igual que lo hizo Dionisio Vélez.

La pretensión es indecorosa, inaceptable e infame.

Según el Dau-Candidato, los corruptos se robaban el 70% del presupuesto… Siguiéndole la cuerda, en dos años de Dau-gobierno el ahorro en robos estaría cercano a los $3 BILLONES… Sí… ¡Tres billones de pesos salvados de las garras de la corrupción! Pero los pobres tres billones no se ven. Y ahora el gobernoide requiere ingerir $160.000 millones más para su insaciable sed de pendencias.

Por si fuera poco, en los dos primeros años no ejecutó casi $300 mil millones y tuvo que ir al Concejo a pedir reincorporaciones. ¡Mediocridad total!

Para no ir muy lejos, la gran megaobra de su gobierno -y de eso se jacta- es haber pavimentado tres curvas de la Santander en el tiempo “record” de ocho meses de ejecución… ¡así de enana es su gestión!

El alcalde Dau tiene recursos pero no ejecuta; supuestamente nadie roba pero la plata no se ve, y ahora pide plata prestada… ¡y con pistola!

Así estará la inseguridad en Cartagena que el alcalde apeló a la misma estrategia de los cuatreros en moto, y ahora lanza su batería de constreñimiento contra el Concejo para que le aprueben a la brava, a la topatolondra, a las patadas, sí o sí, el perverso endeudamiento.

Para acoquinar al Concejo pide que la gente se agolpe en las afueras de su sede para presionar la aprobación del empréstito, y como cereza del pastel se dirige a un concejal -miembro del grupo ponente- no por su nombre sino por el apodo que entre ellos se tienen, para coaccionarlo.

¡Qué juego tan asqueroso!

Veremos si el Concejo se deja acoquinar, si tiene los pantalones bien amarrados…

Al margen de las dos mociones de censura contra sendos secretarios, allá le han aprobado -casi- de todo a Dau… ¿Caerán en su juego? ¿Se dejarán amedrentar? ¿Nos pignorarán esos $160 mil millones? ¿Se seguirá perdiendo el 70% del presupuesto en corrupción? ¿Seguirá Dau dejando de ejecutar para luego ir al Concejo a pedir reincorporación? ¿Seguiremos sumidos en tan magna y crepuscular mediocridad?

Sea cual fuere la respuesta, lo que no puede ser es que siga la ciudadanía en la mitad de ese perverso juego político. No somos juguetes de Dau ni del Concejo. ¡Juguetes de de nadie!

(¿Y los gremios?: calladitos, jugando a la puerta giratoria con el alcalde)