El creciente problema de movilidad en Cartagena ha derivado en embotellamientos de tráfico frecuentes y por distintos puntos, tanto así que al pobre director del DATT, Jorge Enrique González, han venido a llamarle Kike Trancón. No sobra la injusticia en este remoquete, pues sea quien sea el director de ese organismo, deberá sufrir la constante queja ciudadana por un problema que no puede resolver.
Pero el trancón mayúsculo, que ningún director del DATT puede arreglar ni siendo Supermán, es el de las candidaturas a la Alcaldía.
Cada día saltan más nombres con la amplitud que nuestra querida democracia concede, pero muchos sin el certificado de un siquiatra que avale su estado mental.
La mayor congestión se advierte en el sistema de recolección de firmas para avalar candidaturas, pues el ciudadano se verá acosado por planillas a toda hora en busca de su rúbrica. Aquí caben varios interrogantes si una persona firma en 10 planillas distintas: ¿las 10 firmas valen igual? ¿sólo vale la primera? ¿solo vale la última? ¿una anula las demás? ¿si en una firmó con la “bancaria” y en otra con la diaria?
Y luego someterse a la verificación de la Registraduría, que se toma sus tiempos y sus interpretaciones… En fin, el riesgo lo asume cada cual según sus cálculos y su optimismo.
Los que menos riesgo tienen son los que buscarán el aval de un partido político, pues no deben desgastarse en la logística y costos de la recolección de firmas, sino concentrarse en los mecanismos que cada colectividad señala para otorgarlos.
Desde la elección atípica de Dionisio Vélez se comenzó a ver el carro electoral conducido por Quinto Guerra, en la ruta del partido Conservador. Advirtiendo ello, su colega Andrés Betancourt se “abrió” tanto del Concejo como de las toldas azules, y puso las direccionales para conducir por el camino de las firmas.
Entre tanto, alguien que dijo pensar en Cartagena se dedicó a ensuciar cuanta pared encontró, y que ahora investiga el CNE, para posicionar su nombre, y quedó posicionado como un contaminador visual impune: Gustavo Martínez, quien se metió en el carril de las firmas. Pero “no contaba con la astucia” del abogado Humberto Rincón quien aceleró más rápido y se le anticipó por unos segundos al inscribir su comité en la Registraduría.
Y para aumentar el tráfico llegó Carlos Ng Ching con su enésima pretensión electoral, algo que no pudo soportar otro candidato profesional, aunque lánguido: Javier Bustillo. Alguien que prometía como dirigente, ha terminado desdibujado, aspirando siempre y logrando nada, cual conductor de carrito chocón.
Y mientras ello ocurría, Pastor Alonso Jaramillo puso a rugir su motor sorprendiendo con su anunciada renuncia al Concejo, para aspirar a nombre de Cambio Radical dentro de la Unidad Nacional. Y para aumentar la sorpresa, pocos días después surgió otra candidatura: la de su antiguo mentor político y hasta ese momento aspirante a la Gobernación: William García Tirado. Parecen conductores de “piques” de una milla.
Tal ha sido la vorágine de candidaturas que se perdió la noción de lo que viene ocurriendo con el llamado a una terna del partido Alianza Verde, a la que solo han llegado dos: Fabio Castellanos y Reinaldo Manjarréz. Siguen buscando y no encuentran una persona medianamente seria que complete la terna, es decir, alguien con licencia para conducir.
Con las llantas desinfladas parece estar Fernando Benítez, quien alguna bulla quiso formar el año pasado, pero este año no ha dicho ni mú…
De momento solo quedan por verse las acciones de otros tres aspirantes: Julio Alandete, que irá por firmas en el movimiento llamado “Por el bien común”; Nabil Báladi, que está “acelerando en neutro” mientras encuentra el aval de un partido, y Gina Benedetti, que sería la carta del Centro Democrático, y quien se encuentra bien documentada y estudiosa de los problemas de Cartagena, y tanqueando para iniciar la ruta.
Hasta aquí van 14… Espero que no se haya quedado ninguno por fuera y, desde luego, a la espera de los nuevos que surjan. ¿Será que Kike Trancón puede con ellos?