Por Ana María Cuesta (Especial para Revista Zetta).- La mayoría de medios de comunicación colombianos registraron, este fin de semana, que el departamento de Bolívar votó en contra de la continuidad de las llamadas “Corralejas”, que indignaron esporádicamente al país por cuenta de la transmisión del desmembramiento en vida de uno de los protagonistas de esta “fiesta popular”, en manos de un público descontrolado.
La crueldad de este episodio provocó la furia de internautas, políticos y periodistas animalistas, que, tras un buen bocado de carne, exhibieron públicamente como salvajes a los Alcaldes de Turbaco y Buenavista, en Bolívar y Sucre, por haber permitido tal descuartizamiento y otros excesos.
Nadie les ofreció disculpas por el acoso mediático y ciudadano, incluso después de que la Fiscalía argumentara que no encontró delito alguno en la conducta de quienes salvajemente acabaron con los equinos, ni a las autoridades que auspiciaron tales corralejas.
La mujer de uno de los sucreños, que participó en el conocido desmembramiento, afirmó que su marido lo hizo motivado por el hambre, por el aprovechamiento de la carne animal. Seguramente alguien lo invitó a beber a la corraleja para que olvidara sus problemas. Posiblemente se metió al ruedo al ver que caían fajos de dinero que lo provocaron a luchar, contra otros asistentes, y contra uno de los toros. Aunque hoy el país le reproche que haya sostenido las vísceras del caballo agonizante, se salvó de morir en el intento, corneado.
Pese a estos escenarios, muchos son los defensores de estas fiestas populares heredadas de España. La Defensa Civil colombiana destaca que en sus inicios estos eventos representaban “la forma de enseñarle a los indios y negros el manejo del ganado y el caballo“. Varios documentos también cuentan que al parecer las primeras corralejas, por diversión, se celebraron en 1845 en Sincelejo, Sucre, en honor a San Francisco de Asís.
La consulta
Iniciando 2015 y gracias a la limitada agenda periodística que se enfocó en las corralejas que se han hecho desde el último siglo, gran parte del país las cuestionó como la más primitiva de las ceremonias costeñas. El Gobierno de Bolívar hizo caso de esta indignación y realizó dos consultas: una vinculante, organizada por la Alcaldía de Arjona, y otra no vinculante y dirigida a todo el departamento, organizada por la Gobernación.
En Arjona ganó el Sí, a favor de la continuidad de las corralejas, pero con una alta abstención. En Bolívar, tras dos días de consulta cibernética y presencial, aparentemente ganó el No, un No condicionado por el voto priorizado para los cartageneros -ciudad que, según fuentes, nunca ha hecho una corraleja en su parte urbana- y por votantes virtuales, que nada tienen que ver con el departamento.
De 45.000 votantes, 31.000 rechazaron estas fiestas y 13.000 las avalaron. Pero basta un análisis elemental de las cifras entregadas para concluir, que pese a todos los titulares de prensa, en la consulta el mayor derrotado fue el NO.
Salvo Magangué y Cartagena, los pocos municipios que participaron avalaron con 7.722 votos la continuidad de las corralejas, y 5.101 optaron por el “no”. La provincia sólo se expresó con 12.842 votos, entre virtuales y presenciales, de 13 municipios elegidos.
¿Por qué el Gobierno determinó la no instalación de mesas en 35 municipios? ¿Con qué criterio se eligieron a los municipios participantes? El caso de Cartagena también es interesante pues, de acuerdo con los resultados divulgados por el Gobernador Juan Carlos Gossaín, 18.703 de sus habitantes votaron en contra de estas fiestas taurinas y solo 5.096 las aprobaron.
Pregunto al Gobierno: ¿si es conocido que en Cartagena sólo se celebran corralejas en algunos corregimientos, por qué ni una sola mesa de votación se instaló en dichas zonas rurales? ¿Por qué no se restringió la consulta a los cartageneros habitantes de corregimientos? Sería bueno que resaltaran la votación de los ciudadanos que habitan estas zonas.
Otros 8.633 internautas que no guardan relación alguna con Bolívar opinaron en esta consulta. ¿Para qué los incluyeron? Incluir a un cartageneros que no viven en zona rural, a extranjeros o a colombianos no bolivarenses, me resulta extraño en una consulta focalizada. Equivale a un absurdo del tamaño de preguntarle a los bogotanos, por ejemplo, qué opinan sobre el eventual desmonte del puente de Crespo en Cartagena.
Hay que decir que la cantidad de votantes en Cartagena y Bolívar, 33.866, no alcanzó ni al 5% del potencial electoral para el departamento, que en la más reciente elección, contemplaba más de 1 millón 400 votantes. Con este análisis básico, ¿cómo puede afirmarse que el departamento se expresó en contra de las corralejas si ganó la abstención?
Le sugiero al Gobierno que antes de tomar una determinación con estos pobres resultados, se plantee la posibilidad de impulsar una consulta seria, que de verdad incluya a su gente, con urnas en todo el Departamento.