Daniel Haime Gutt y Carlos Julio Ardila reciben la Orden al Mérito de la ANDI

Cartagena de Indias, 15 de agosto de 2022.- Daniel Haime Gutt y Carlos Julio Ardila Gaviria, dos de los empresarios más importantes del país, recibieron la Orden al Mérito Empresarial de la ANDI como reconocimiento a su trayectoria y servicio para el sector productivo y el país.

En la clausura del 7º Congreso Empresarial y 78ª Asamblea Nacional de Afiliados, en Cartagena de Indias, la ANDI les concedió su máxima distinción, la Orden al Mérito Empresarial “José Gutiérrez Gómez”, establecida con el propósito de reconocer y exaltar a las personas y empresas que se distingan como forjadoras y servidores del sector productivo y del país.

Daniel Haime Gutt y Carlos Julio Ardila.

Daniel Haime Gutt es bogotano y heredó la visión de su padre Carlos Haime, lo que le ha valido consolidar una amplia trayectoria empresarial: ha fundado y presidido diversas organizaciones como Tubos del Caribe Ltda., hoy Tubocaribe, principal productor de tubos de acero para la industria petrolera de Colombia y Tubotec, fabricante de tuberías en PVC y polietileno para la industria de la construcción. En el sector agroindustrial ha sido presidente y CEO de Grasco, Dersa, Raza y Danec en Ecuador.

Carlos Julio Ardila es fundador del Hay Festival en Colombia hace parte de juntas directivas de empresas como Avianca, Postobón, Ingenio del Cauca, Cervecería Leona, Central Cervecera, RCN y Deutsche Bank Latam; y es presidente del grupo empresarial de la Alianza del Pacífico, miembro del Foro Económico Mundial, miembro del Trust For The Americas, (OEA), miembro Council of The Americas, y miembro foro Iberoamérica.

Daniel Haime Gutt recibe la distinción de manos de Bruce MacMáster, presidente de la ANDI.

 

Palabras de Daniel Haime Gutt

«Colombia nos pone cada día nuevos y mayores retos, por eso, hoy más que nunca, debemos ser resilentes y demostrar nuestro valor ante la sociedad», dijo Haime Gutt en sus palabras de agradecimiento.

El distinguido empresario agregó que «nuestro compromiso es el de generar progreso y desarrollo, generar oportunidades y empleo para el bienestar colectivo, de velar por el prójimo con generosidad, con conciencia social y ambiental, todo con transparencia, ética y rectitud».

«Somos el motor que mantiene esta gran nación con permanente impulso y por ello debemos ser optimistas y tener el coraje de seguir realizando nuestros sueños en beneficio de nuestra amada Colombia y su gente», puntualizó.

Aspectos de la trayectoria de Daniel Haime

En el campo inmobiliario preside la operación de Inversiones Inmobiliarias Vendôme, firma que nació en el 2007, con esta, participó en el proyecto Gran Reserva del Salitre con la compañía Cusezar en donde se construyeron 5 mil viviendas en estrato 5. También, preside el desarrollo del proyecto La Felicidad, en el cual, se construyen 17 mil viviendas en todos los estratos y el gran Centro Comercial Multiplaza., mientras que en Cartagena, es el Presidente de Novus Civitas, desarrolladora de Serena del Mar, el proyecto urbanístico más importante de la región caribe, conocida también como la Ciudad Soñada, gracias a los tres pilares que la sostienen: planeada para el futuro, integrada a la naturaleza y con oportunidades para todos.

Daniel Haime Gutt en su discurso ante la ANDI.

Como filántropo, Daniel Haime Gutt también se ha ocupado de mantener viva la tradición de su de su familia a través de la Fundación Carlos y Sonia Haime, donde ejerce como presidente apoyando programas de alto impacto social en las áreas de la salud, educación, arte y cultura. Esta organización lidera el fondo de Becas Carlos y Marlene Haime, una iniciativa que apoya la financiación de matrículas de pregrado universitario para 65 estudiantes. A través de la Fundación Carlos y Sonia Haime, en su contribución a la sociedad, desarrolló el Centro Hospitalario Serena Del Mar Hospital Carlos Haime, un hospital de alta complejidad, operado por la Fundación Santa Fe de Bogotá que busca brindar un servicio centrado en la persona y su bienestar.

También lidera la Junta Directiva de la Fundación Serena del Mar, dedicada al mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades que se encuentran alrededor de La Ciudad Soñada, donde continúa trabajando con gran dedicación para ofrecer mejores oportunidades con el propósito de promover el progreso y mejorar en la calidad de vida de las personas.

Hernando Cepeda, gerente del Centro Hospitalario Serena del Mar; Luis Eduardo Palacios, presidente de Dersa; Roberto Esguerra, miembro de la junta directiva del Centro Hospitalario Serena del Mar; el empresario Daniel Haime Gutt; Rafael Simón del Castillo, presidente de Novus Civitas; Arturo Riaño, gerente financiero; y Juan Santiago Vélez, gerente comercial de Novus Civitas. (La República).

 

Daniel Haime Gutt ante la ANDI en Cartagena de Indias.

 

Trayectoria de Carlos Julio Ardila

Carlos Julio Ardila cursó estudios en EE.UU. en B.S.B.A., Georgetown University. Realizó un MBA en la University of Miami y cuenta con estudios de civilización francesa en la Universidad de París. Forma parte de las juntas directivas de reconocidas empresas, como lo son: Avianca, Postobón, Ingenio Del Cauca, Cervecería Leona, Central Cervecera, RCN y Deutsche Bank Latam. Ardila es presidente del grupo empresarial de la Alianza Pacífico, miembro del Foro Económico Mundial, del Trust For The Americas y Council of The Americas. Concluyó sus palabras de agradecimiento con una invitación: “Avancemos con optimismo. Seguiremos trabajando con optimismo… tenemos un compromiso ineludible con la construcción de un futuro mejor”.

Palabras de Carlos Julio Ardila

La gratitud es esencial para la construcción de un mundo mejor.

Por eso, hoy que la Andi me confiere la Orden de Mérito Empresarial ‘José Gutiérrez Gómez’, inicio esta intervención con un mensaje de agradecimiento a mi familia, a mi esposa Patricia, a mis hijos, y en especial a la memoria de mis padres, Eugenia Gaviria de Ardila y Carlos Ardila Lülle.

Y, por supuesto, a todos ustedes amigos de la Andi. Este honor me lleva a agradecerles a los más de 45.000 colaboradores de las empresas pertenecientes a la Organización Ardila Lülle, una organización formada por la visión y el liderazgo de mi padre, y que hoy, con orgullo inmenso, tengo el honor de pertenecer bajo una premisa que nos ha acompañado por más de 70 años: servir a Colombia, un país que nos motiva a actuar con convicción.

Durante más de 200 años de nuestra declaración como República, el país ha avanzado. La Nación ha crecido bajo el manto de la democracia, ha tenido estabilidad política y ha superado momentos complejos marcados por la violencia y el dolor.

Nuestras instituciones se han regido por preceptos institucionales, orientados por la construcción de valor público y se han sostenido en el tiempo, posibilitando el ejercicio de poder mantener la conciencia sobre el respeto por los derechos fundamentales, la construcción de consensos para el bien común, y el sentido de libertad que promulga nuestra constitución.

Pero hoy estamos lejos de ser un país afín con la riqueza y potencial de nuestro territorio. Todavía tenemos mucho por hacer en el sector empresarial, y el sector es consciente de este reto. Desde quizá mediados del siglo XIX, como parte constitutiva del crecimiento del país, el empresariado le ha dado impulso al desarrollo social de Colombia y un tejido empresarial comprometido con la generación de valor social.

Sin duda, ha sido un acto heroico, y no exagero la palabra. Negar las vicisitudes que los empresarios hemos afrontado sería tapar el sol con un dedo. Pero más allá de ese trasegar por momentos sinuosos, el compromiso y el interés de propiciar el desarrollo del país con gran vocación de servicio siempre ha estado por delante.

Ese ha sido el papel de fondo de los empresarios en Colombia. ¿Cuánto más podemos hacer los empresarios por Colombia?, la respuesta es mucho. Sí, mucho. Tengo el convencimiento de que esa es la respuesta que hubieran dado todas las personas aquí reunidas y los más de 470.000 líderes de empresas grandes, pequeñas y medianas existentes en el país.

Pero necesitamos un aliciente de fondo para avanzar por el camino que nos lleve a aportar más, mucho más. Ese aliciente es la confianza. La confianza afinca nuestro papel como empresarios y motiva seguir adelante con la construcción de un país estable y viable. Confianza para mantener una relación armónica con todos los estamentos de la sociedad, como el Gobierno, los poderes públicos, la sociedad civil, los trabajadores y las comunidades.

Confianza mediada por un justo balance de elementos sobre los que debemos llamar la atención, y que rápidamente me gustaría listar.

El primero de esos elementos es el respeto por los principios democráticos, lo cual constituye un marco de acción correcto, ponderado y asertivo que protege a la nación. El segundo, la estabilidad y seguridad jurídica necesaria para invertir con el criterio de equilibrio económico, social y ambiental.

Una estabilidad que proteja nuestra capacidad de generar empleo y oportunidades. El tercero, la garantía de cuidado y respeto por la sociedad privada, que permita contar con ese capital de trabajo necesario para realizar inversiones sostenibles de cara a la competitividad del país.

Y el cuarto, la posibilidad de fortalecer una economía de mercado creciente con criterios de prosperidad y sostenibilidad, para generar valor a los grupos de interés, lo cual continuaría cada vez más nuestra vocación de construir desde propósitos superiores.

Ahora bien, me atrevo a dar un consejo a todos los que hoy nos acompañan para fortalecer ese compromiso del sector empresarial con el país.

Ese consejo es simple pero poderoso: avancemos con optimismo. Sin duda, el optimismo debe ser nuestro mayor aliciente. Ese es mi consejo para avanzar y prosperar. Hagamos que nuestro liderazgo empresarial esté cargado de optimismo.

En 2003, la Andi le confirió a mi padre el reconocimiento que hoy recibo. Él se sintió profundamente honrado, incluso manifestó que se trataba de un momento de realización y cristalización de un sueño que se propuso por forjar el bien de su país. Un empresario comprometido con Colombia, trabajando por una Colombia incluyente, dando impulso a la educación, a la salud, a la cultura, al medioambiente y el deporte entre otras causas, sus palabras estuvieron llenas de optimismo.

Hoy las retomo para reafirmar la importancia de ser optimistas. Seguiremos trabajando con entusiasmo, porque tenemos un compromiso ineludible con la construcción de un futuro mejor para un país que se lo merece. Muchas gracias.

Carlos Julio Ardila.