Por Pedrito Pereira Caballero (Especial para Revista Zetta).- Como expersonero, exconcejal, excongresista y exalcalde de Cartagena siento el deber de opinar ante la terrible realidad que afrontamos con más de 225 crímenes y 141 sicariatos cometidos en lo que va corrido del año, lo que a algunos nos hace vivir con miedo, pero a otros se convirtió en la nueva realidad.
Se dice que existe una vendetta entre bandas criminales que se pelean el territorio para dominar los negocios que antes eran oscuros, hoy evidentes: microtráfico, prostitución, atracos y fleteos. Lo cierto es que todos los cartageneros nos sentimos afectados porque la sensación o percepción de seguridad desapareció. Es tal la sevicia de los criminales que asesinaron a un niño que iba con su padrastro. Es claro que tocaron fondo.
Desde la Alcaldía sí es posible hacerle frente a la inseguridad, trabajando de la mano con las autoridades, ejerciendo la autoridad que la ley otorga al alcalde de la ciudad, implementando acciones de gobierno en las comunidades. Desde el Gobierno se debe atacar el hambre y la pobreza extrema, pero con estrategias, no con demagogia, ni prometiendo $15 mil millones mensuales en inversión como ocurrió con el actual mandatario, pero nunca pasó de ser un anuncio.
Lo cierto es que el crimen y la violencia condicionan nuestras decisiones diarias. Dónde vivimos, por dónde transitamos, dónde invertimos, y qué hacemos o dejamos de hacer un fin de semana. Es decir, afectan nuestra calidad de vida y nuestro bienestar. Aunque tampoco podemos olvidar que Dios nos regaló el libre albedrío, que no es más que la voluntad no gobernada por la razón, sino por el apetito, antojo o capricho y bajo esa premisa cada quien asume las consecuencias de sus actos. Por eso no tengo duda, que el desarrollo sostenible no puede lograrse sin seguridad y viviendo con miedo. Si queremos comunidades donde las personas puedan vivir tranquilas y donde los niños vayan a la escuela sin miedo, tenemos que actuar para transformar sus entornos de violencia.
Aunque las cifras en Cartagena, comparadas con años anteriores, son escandalosas, tenemos que decir que no toda la violencia es homicida. El delito común está afectando el bienestar y calidad de vida de las personas cada vez más.
Toda esta violencia no solo tiene un gran costo humano. Tiene también un costo económico importante, pues ahora mucha gente se abstiene de salir, y entonces muchos negocios dejan de vender. Vivir encerrados es la solución de muchos. Por eso, los esfuerzos para reducir la violencia deben focalizarse en lo local, y estar centrados en los ciudadanos. Y por ello, el Alcalde y la administración deben estar estratégicamente posicionados para dar respuestas a las demandas de los ciudadanos. Ellos conocen las amenazas que afectan cada rincón y a cada vecino del barrio y con esa información se avanza. Si al liderazgo, sumamos el enfoque de gobernanza compartida entre lo nacional, lo local, involucrando a los gremios, Juntas de Acción Comunal y líderes de barrio, se pueden reducir los niveles de criminalidad.
Estoy seguro que si volvemos a usar el Centro de Observación y Seguimiento del Delito (Cosed) tendremos una herramienta que ayudará a seguir en el derrotero correcto, pero esta administración también lo apartó del camino.
Para reducir la inseguridad desde lo local, el alcalde no puede exonerarse de responsabilidades y delegar el control de la delincuencia a otros. El liderazgo por parte de las autoridades locales es esencial. Un gobierno que escucha el clamor de sus ciudadanos genera mayor seguridad. Esto, independientemente de que las responsabilidades vengan o no de marcos normativos. De igual forma, el Gobierno Central también tienen un papel fundamental para sentar las pautas de una política de Estado en materia de seguridad ciudadana.
Es el Gobierno Nacional quien tiene que contribuir a construir capacidades para que los actores claves puedan actuar, y sobre todo apoyarlos cuando el crimen desborda sus capacidades locales. De igual forma, se deben alinear acciones de los diferentes sectores gubernamentales hacia un mismo objetivo: la reducción del crimen y la violencia.
La Policía tiene que estar en primera línea para prevenir y controlar el crimen. Son ellos quienes mejor conocen las comunas, sus desafíos, su gente, pero de forma articulada con las demás autoridades. Es necesaria la intervención del Alcalde para que, en conjunto con Policía, Fiscalía, Armada, designe una comisión de investigadores expertos en criminalística, investigación judicial que pueda determinar e identificar las estructuras y causas del incremento del actuar criminal en la ciudad de Cartagena.
Así mismo, como Cartagena es la sede alterna del Gobierno, principal destino turístico de Colombia, recomiendo se solicite el traslado a Cartagena de la sede de la Dirección de la Policía Nacional de Turismo, mejorando sus capacidades, direccionamiento de acciones para reducción del delito en sectores focalizados por la Dijin, aumentar la vigilancia y control operacional con más uniformados y medios logísticos.
El seguimiento y control al actuar operacional de la Policía y organismos de seguridad, debe ser sistemático y amerita un espacio en la agenda del Alcalde cada semana, de tal manera que se evalúen las acciones o medidas adoptadas para contrarrestar la criminalidad en la ciudad. Propongo trabajar en unión en el establecimiento de puestos de control mixtos permanentes, focalizados en zonas de mayor incidencia de delitos, acompañados de medios de identificación y verificación de antecedentes: Fiscalía, CTI, Armada, Migración, Ponal y Tránsito, etc.
De igual forma, invito a que se solicite el aumento de los efectivos de la Unidad de Protección de la Policía, de tal manera por necesidades del servicio (eventos, visitas diplomáticas, presidenciales etc). También fortalecería las redes de apoyo vecinal, empresarial y gremial. Además, orientar a las empresas privadas de vigilancia a contribuir con las autoridades de manera más efectiva, directa y organizada, ejerciendo una supervigilancia.
También se debe revisar la posibilidad de construir una URI en la Localidad 2 con todas las capacidades para cada institución responsable del sistema.
Ahora quiero comunicarles las acciones de gobierno adelantadas durante el encargo en la Alcaldía. Entre septiembre de 2018 y 31 de diciembre del 2019, se realizaron caravanas de seguridad en los barrios con Policía, Armada, Secretaría del Interior, Distriseguridad y Dadis todos los fines de semana. En los barrios de la ciudad y el Centro con el apoyo de Corpoturismo.
De igual forma, con las autoridades se recorrían las estaciones de Transcaribe, se hacían recorridos control de precios y aforo en playa Blanca y demás de la ciudad, todos los fines de semana.
Se promovieron controles a chatarrerías, control a parahotelería, inspecciones a muelles y se realizaban consejos comunitarios de seguridad dos veces por semana en los barrios. Incentivamos el uso de alarmas comunitarias, se entregaron dotaciones a la Policía y se ejerció control a establecimientos nocturnos. Siempre cumplimos con el ejercicio de la autoridad por encima de los intereses particulares. Para terminar, la invitación es a trabajar por y con la gente, pues con mezquindad es imposible gobernar. Construimos tres CAI por petición de la comunidad en la avenida de El Lago frente al Pie de La Popa, Villa Olimpica y entrada a Bocagrande.
Quiero referirme a los resultados del informe Cartagena en Cifras de la Cámara de Comercio de Cartagena que dice que en el 2022 se duplicaron los homicidios en comparación al primer semestre del 2019, lo que ratifica nuestra gestión en seguridad.
Por último, entendemos el disgusto de las personas que participaron en el paro realizado ayer contra la administración y el deseo de mostrar su inconformismo, pero durante el desarrollo de la protesta pudimos ver que si es posible sacar la fuerza pública a las calles de manera decidida y acentuada, pero para reprimir la protesta social. Entonces, ¿por qué no se saca la fuerza pública para combatir la delincuencia?
Entiendo a los protestantes, pues personalmente he recibido injurias y calumnias del Alcalde Dau desde que se posesionó y duele el estado de la ciudad. De hecho, comparto las razones de los manifestantes.