Por Ambrosio Fernández (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 7 de diciembre de 2022.- Cartagena de Indias, junto con Bogotá y Medellín, son probablemente las ciudades colombianas que están más expuestas en su día a día, a personas angloparlantes. Es casi natural que por medios de comunicación o redes se tenga acceso a contenidos en otros idiomas, pero en nuestra ciudad a veces con solo salir a la esquina ya podemos encontrar visitantes que hablan inglés.
El inglés es el idioma más poderoso del mundo. La mayoría de negocios se hacen en esta lengua y ni hablar de que las principales casas de medios y entretenimiento del planeta producen sus noticias, series, películas o periódicos, en inglés.
A pesar de este panorama, tanto Colombia, como Cartagena, siguen rezagados en el aprendizaje del inglés como segunda lengua. Distinto a lo que pasa por ejemplo en países europeos, no tenemos vecinos cercanos que sean angloparlantes. Excepto Brasil, las Guayanas y Surinam, en Sudamérica todos hablamos español o lenguas nativas, lo que dificulta conocer un idioma extranjero, y por ende, esto a veces solo lo logran personas con niveles de educación altos.
Aprender inglés, en un contexto como el cartagenero, puede ser una manera de saltar las llamadas trampas de pobreza. En la ciudad sectores como el turístico necesitan profesionales bilingües, no solo para tener conversaciones básicas en el servicio, sino para ofrecer experiencias de valor a los visitantes. Ni hablar del turismo de negocios o de eventos, que también tiene protagonismo en la ciudad y necesita hombres y mujeres que puedan dialogar fluidamente en dos o más idiomas. Pero además, en el comercio exterior o en los interesantes avances que hay en materia de transición energética, es casi que una exigencia hablar inglés.
El sector público, privado y la sociedad civil, debemos esforzarnos por brindar a los cartageneros y a este territorio, oportunidades de empleabilidad y competitividad. Llevar a cabo una macro estrategia que en 2 – 5 años forme por lo menos 20 mil ciudadanos totalmente bilingües, especialmente jóvenes, sería un gran paso para cerrar brechas sociales, atraer inversión, turismo y generar empleos de calidad, no solo en los sectores ya mencionados, sino que se podrían explorar otros y aprovechar las ventajas competitivas ya sea por ubicación geográfica o desarrollo industrial.
Los servicios “bpo” o la programación de sistemas son actividades que generan empleo y que pueden poner los ojos en Cartagena con grandes proyectos si se desarrolla una estrategia de bilingüismo.
Aunque la meta inicial puede parecer ambiciosa, con un esfuerzo mancomunado se puede lograr en el mediano plazo y de esta manera apostar a cambiar realidades y fortalecer proyectos de vida.