Por Ambrosio Fernández (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 18 de enero de 2023.- El 2023 marcará, de una vez por todas, el aterrizaje económico luego del fuerte impulso que se vio en la mayoría de los países del mundo, producto de la reactivación postpandemia. De acuerdo con los cálculos del Ministerio de Hacienda y de instituciones como Fedesarrollo, este año el país crecerá entre 1,3 y 1,5%, cifra muy baja luego de haber aumentado el PIB más de 10 y 8% entre 2021 y 2022 respectivamente.
De entrada, esto implica un aterrizaje fuerte para la economía colombiana y por ende para todos los ciudadanos. Un horizonte nada halagador, atravesar el 2023 será una cuesta arriba y más si tenemos en cuenta que el presidente Petro y sus ministros, seguirán dando tumbos.
Factores como la disminución del turismo, por cuenta de un cada vez más alto costo de vida o la huida de capitales extranjeros, puede afectar fuertemente a Cartagena, que, a pesar de buenos datos macroeconómicos, como el índice de desempleo, continúa siendo una ciudad resentida económicamente, con fuertes brechas sociales que se profundizaron en la pandemia y que día a día se acrecientan más.
A lo anterior hay que sumar otro ingrediente para ese caldo de incertidumbre que se mueve actualmente y es que en octubre de este año se realizarán las elecciones para elegir alcaldes, gobernadores, diputados y concejales. Aunque en menor medida, muchos negocios o inversiones son detenidos en tiempos electorales, a la espera de señales por parte de quiénes son electos, sobre como dirigirán los destinos de sus territorios. Sin duda la contienda de este año no será fácil y en medio del ambiente de hartazgo y polarización que vive la ciudadanía, habrá enfrentamientos fuertes en la plaza pública o en las redes sociales, lo que provocará que especialmente desde el exterior, se vea a Cartagena aun con más recelo.
La agitación política tarde o temprano termina pasando factura a los destinos de inversión y más cuando esta no revierte en un fortalecimiento de las instituciones y las políticas públicas, sino cuando desemboca en auténticos fenómenos populistas que para todo discurso señalan una problemática, pero a la hora de presentar soluciones, se esconden.
Ante este panorama hay que seguir poniéndole frente a cada una de las situaciones que se nos presenten. Colombia ha sido relativamente fuerte cuando han ocurrido grandes crisis en los mercados o en las economías desarrolladas y Cartagena ni hablar, incluso a pesar de haber sido sitiada, hace siglos por los piratas y hoy por la politiquería, la corrupción y la improvisación, La heroica no ha sido del todo derrotada.
¡Vamos por este nuevo año!