Por Álvaro Royo Bárcenas (Especial para Revista Zetta).- (Xiamen – China).- 5 de febrero de 2023.- La historia siempre nos ha demostrado que las ciudades que más crecieron y se desarrollaron a nivel mundial fueron las que estaban conectadas con actividades económicas que le permitían a sus ciudadanos el intercambio y comercialización de bienes y servicios. Las que no se apegaron a esas dinámicas simplemente se quedaron congeladas en el tiempo o fueron abandonadas.
Es muy normal hoy en día encontrarse gobiernos de muchos países como Italia, España, Canadá y otros ofreciendo casas por 1 dólar y una serie de beneficios especiales para los ciudadanos del mundo que quieran mudarse a esos sitios con un propósito, repoblar; estaría por verse si estas estrategias funcionarían si no se proveen esos pobladores de herramientas económicas que restablezcan el tejido social y conecten con el resto de las ciudades de ese país y, por qué no, con mercados del mundo para que sea viable ese repoblamiento, o de lo contrario, sin oportunidades reales de emprendimiento y de negocios los nuevos inquilinos terminarán emigrando.
Hay tres países de Asia que lograron pasar en menos de dos décadas del tercermundismo humillante a ser potencias económicas a nivel mundial: Corea del Sur, Singapur y China. He tenido oportunidad de tener largas conversaciones con ciudadanos de esos países así como también vivir la experiencia directamente en el día a día en China, donde literalmente este país me ha explotado en los ojos en los últimos 20 años y las decisiones y la voluntad políticas son determinantes en estos procesos que curiosamente no solamente vienen acompañados de políticas del Gobierno central, que funcionan como la chispa que enciende el fuego inicial, pero, y aquí está la parte más sustanciosa e interesante de este dinamismo, y es que el mantenimiento y alimentación permanente de ese fuego que termina por iluminar toda la nación proviene de los gobiernos locales, alcaldes y gobernadores.
Así como lo oyen, los gobiernos locales tienen que trabajar no solamente POR las comunidades si no CON las comunidades, para que estas cuenten con canales de comunicación y de plataformas que conecten con el ciudadano, que hagan realidad y conviertan en viables los proyectos que ellos presenten de reactivación económica en los diferentes sectores en los que sea fuerte cada una, ya sea por su entorno histórico, moderno, natural como playas, ciénaga, montañas, ríos, lagos, etcétera.
En todos estos aspectos juega un papel importante el triángulo comunidad, empresa privada y gobierno local (léase alcaldías o gobernaciones). Sin estos tres actores es imposible generar las dinámicas deseables para producir ingresos, bienestar a una ciudad y luego a un país.
Para que todo esto funcione tiene que haber sido definido previamente el tipo de ciudad y departamento que queremos, donde haya un POT y un PEMP que sirva como hoja de ruta y acorde a los tiempos actuales, mas no a nostalgias del pasado que no nos permiten avanzar. Una ciudad moderna, culta, segura y educada con una movilidad que permita agilizar los procesos y no que estos vayan a la velocidad del trancón que hace que ir de la urbanización El Rodeo al Centro de Cartagena se haga en el mismo tiempo que ir y venir a Barranquilla, quiero decir dos desgastantes horas en el tráfico caótico que tenemos hoy.
Este triángulo permite la viabilidad de estos proyectos ya que las comunidades como dueñas de la tierra, la empresa privada aportando el know how y parte de la inversión, así como el Distrito como elemento gestor y articulador de todo el proceso involucrándose como inversor que luego recibirá recursos permanentes cuando la generación de ingresos de estos proyectos se mantenga en el tiempo. Si, estos procesos son a tres bandas, las ganancias y los beneficios son obligatoriamente a tres bandas también. Así lo hicieron acá y así es posible implementar ese modelo para Cartagena y dar un salto al futuro.
Y la pregunta que siempre se hacen en Cartagena es que no tenemos dinero y que de dónde van a salir los recursos, pues estos proyectos tienen que hacerse con el concurso de estos tres actores mencionados para que no sea el distrito quien deba cargar con todo el peso de la inversión, y si es necesario recurrir al sistema financiero para el proceso inicial de los proyectos, estos deben ser créditos a corto plazo, amarrados al IPC y los pagos mensuales deben ser asumidos por cada una de las partes de acuerdo a sus porcentajes de participación; una vez el proyecto este produciendo dividendos para pagar una de las cruces que tienen que cargar los municipios que son los mantenimientos de sus obras de infraestructura.
Es el mantenimiento, este es un punto que debe ser tenido en cuenta porque las obras de infraestructura tienen que tener un componente que permita tener unos ingresos mensuales que cubran esas actividades. Para ponerlo en un contexto sencillo y entendible, es como que el Gobierno le exigiera a los constructores hacer unos pocos locales comerciales en la primera planta o que deben dejar 4 apartamentos para que sean parte de la comunidad y esos no se venden si no que se arriendan para que los nuevos inquilinos no tengan que pagar por buena parte de la administración, o solo una cuota extraordinaria de vez en cuando.
Estos procesos que le permiten avanzar a las ciudades, si le ponemos un nombre contemporáneo de economistas de nuestro tiempo se llama creación de valor. Pero si queremos quedarnos en el pasado, permitir que nuestros ciudadanos sigan exiliándose buscando mejores oportunidades económicas en otros países, entonces que algunos sigan hablando y creyendo en la utopía del decrecimiento y otros en la odiosa y anacrónica distribución de riqueza.
Como siempre allí está mi email al pie de página para los que quieran escribirme sus opiniones acerca del tema y con mucho gusto les responderé
¡Un abrazo!
Álvaro Royo Bárcenas
Xiamen-China
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