Por Luis Eduardo Brochet Pineda (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 24 de agosto de 2024.- Importantes empresarios y taurinos colombianos, mexicanos y españoles, se han dado a la tarea de rescatar la otrora magnífica feria taurina de Cartagena de indias; una feria emblemática, de postín y tronío que reunía a las figuras y a las ganaderías de lidia, con mayor cartel y aceptación.
La feria taurina de Cartagena era una cita obligada de final e inicios de año, diciembre y enero; y una despedida glamorosa entre los alisios que acompañaban aquellas fiestas patronales, medio paganas y solemnes de la Virgen de la Candelaria, en los albores del mes de febrero.
La tradición histórica y cultural del pueblo colombiano, heredado del ancestro español, nos dice que, pasado el acontecimiento del 7 de agosto de 1819, se reanudó la tradicional costumbre de celebrar los acontecimientos importantes con corridas de toros. En Bogotá, las fiestas se iniciaban en la parroquia Las Nieves, continuaban en Santa Bárbara y terminaban en San Victorino; los toros eran el espectáculo favorito de los bogotanos y a partir de 1846, para celebrar el 20 de julio como fecha de la independencia, se realizaban festejos en la Plaza Mayor, hoy Plaza de Bolívar. Bogotá, antes de la Plaza de toros de la Santamaría, tuvo 19 cosos taurinos en diferentes localidades.
Entre 1761 y 1770, el Rey Carlos III concedió permiso al Gobernador de Cartagena de Indias, José Antonio Bravo, Marqués de Sobremonte, para que se realizaran festejos taurinos. En 1894, se levantó la primera plaza de toros. Luego, vino la inauguración de la plaza de toros «La Serrezuela» en 1930, hasta el coso actual, la Monumental Cartagena de Indias, inaugurada en 1974.
La plaza de toros de La Serrezuela, que cumpliría 100 años de inaugurada en menos de una década, vio torear a las más importantes figuras de la tauromaquia en España y América. Cartagena de indias era la puerta de entrada, el paso obligado para los toreros que hacían “la América” en nuestro país, presentándose también en Ecuador, Perú y Venezuela. Generalmente la conexión o ruta era España – Ciudad de México – Cartagena de indias.
En la Serrezuela hicieron el paseíllo los hermanos Bienvenida, toda la dinastía Dominguín, Domingo Ortega, Luis Procuna, Eloy Cavazos, Ángel Teruel, Palomo Linares, “Paquirri”, Antonio José Galán, Miguel Márquez, Dámaso Gonzales, Joselillo de Colombia, Pepe Cáceres, etc., etc., etc.
En la plaza de toros Monumental Cartagena de Indias, desde su inauguración el primero de enero de 1974, con un cartel conformado por la terna Joselillo de Colombia (empresario y pionero de la construcción de la plaza), Francisco Ruiz Miguel y Antonio José Galán, hizo este año 50 años, también ha desfilado la flor y nata, la pléyade del toreo de todos los tiempos, desde César Rincón hasta Julián López, “El Juli”, solo para nombrar al uno por ciento. Cartagena también se distinguía de poseer la Dehesa de “Aguas Vivas”, de propiedad de la familia Vélez Daníes, cabaña brava que marcó un hito importantísimo en la historia de la crianza del toro bravo en América.
De esta forma, es muy claro que la tradición centenaria que ha tenido Cartagena de indias con la tauromaquia, se remonta a siglos atrás, y las fechas de los meses de enero, ha sido punto de referencia para ordenar, en años pasados, el calendario taurino colombiano. En ese sentido, la Corte Constitucional es reiterativa en observar dicho arraigo y tradición, para que los gobernantes de turno procedan a autorizar los festejos taurinos, sin otra interpretación.
Todos esperamos, pues, que en Cartagena y Colombia haya diálogo maduro, apego a la ley, coherencia y respeto por los derechos culturales; por los derechos de las minorías y por las tradiciones.
*Economista y Abogado