Por Carlos Féliz Monsalve (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 3 de diciembre de 2024.- Innovar en lo público debe ser una premisa constante de todos los gobiernos y equipos de administración, indistintamente de la corriente ideológica que esté al frente ejerciendo funciones.
Constantemente se habla de transformación y reforma para alcanzar los objetivos públicos, bajo el uso permanente en eficiencia de los escasos recursos, que casi siempre existen frente a la multiplicidad de circunstancias y problemas que persisten y afectan a la ciudadanía. Hasta hoy, los esfuerzos que se han dado a través del tiempo no han sido del todo satisfactorios. Persisten métodos estandarizados y repetitivos, evaluados con los mismos indicadores, lo que conduce a gobiernos que administran lo público de manera inflexible, jerárquica, centralizada y burocráticamente expansiva.
Es indispensable y urgentemente necesario innovar, mejorando los servicios administrativos, sus procesos y, finalmente, los productos que impactan a los ciudadanos, ya sea de manera positiva o negativa, siendo esta última la preponderante en gobiernos indisciplinados, folclóricos, miopes y sin resultados.
No se trata solo de generar nuevas metodologías o saberes en el proceso de administrar; se trata, y se debe apuntar, a construir una verdadera gobernanza colaborativa, escuchando a la gente y gobernando con el oído.
Es fundamental generar valor público y construir políticas públicas mediante cabildos barriales abiertos, donde se refleje el resultado de relaciones positivas en el ámbito comunitario, con el invaluable aporte de las Juntas de Acción Comunal, que actúan como brazos activos del gobierno en el territorio, bajo la máxima de que, después de las familias, las Juntas de Acción Comunal son las organizaciones sociales más importantes en esa sinergia.
La innovación pública debe partir de este relacionamiento participativo, inclusivo e integrador con los representantes comunales, afianzados en la fuerza de la gente como conocedores naturales de sus espacios históricos. Así, se podrán estructurar políticas públicas útiles para solucionar de manera efectiva múltiples problemas.
La colaboración fluida entre actores sociales y el gobierno generará procesos inclusivos, democráticos y deliberativos, que permitirán construir soluciones basadas en realidades de manera acertada.
Innovar es escuchar, es analizar de manera objetiva el conocimiento colectivo, buscando siempre comprender las perspectivas del ciudadano, y no únicamente las del gobierno o de los expertos.
Organizar de manera diferente a los actores sociales a través de sus juntas de acción comunal permitirá generar creación colectiva a partir de relacionamiento, diferencias, consensos, disensos y acuerdos bajo un estricto diálogo ciudadano. Los acuerdos cívicos entre actores, pares o no, generarán una verdadera gobernanza para gestar el valor público con ciudadanos activos y organizados, también con ciudadanos actuando como facilitadores para poder avanzar.
Innovar en lo público bajo una lógica colectiva es el camino hacia una gobernanza sostenible y sólida, que permita una acción comunal pública generadora de derechos y soluciones optimas.