Por Ricardo Bello Espinosa (Director de Revista Córner).- (Especial para Revista Zetta). Cartagena de Indias, 16 de diciembre de 2024. Al llegar a esta época del año y escuchar el cántico navideño “Otro año que queda atrás y mil momentos que recordar”, encaja perfectamente en Real Cartagena.
Luego de disputar los cuadrangulares finales y aplicar todos los ítems del reglamento, dio la reprobación de este año 2024.
Como lo había expresado en columnas anteriores, nos hacía recordar al estudiante que pedía el paso al siguiente nivel por haber realizado bien el procedimiento, y resultó muy triste que el plantel estuviera entrenando esperanzado en terceros para seguir adelante. Independientemente de lo que sucedió en Villavicencio, hay que dejar claros varios puntos que generaron este traspié.
La fase administrativa del equipo, a pesar de la buena voluntad del señor alcalde Dumek Turbay y el gobernador Yamil Arana, no mostraba una organización sólida. Allí realmente no se sabe quién es la voz oficial ni cómo está organizado administrativamente el equipo, que a pesar de ser una empresa con intereses particulares, juega y utiliza el nombre de la ciudad para beneficios propios.
La organización deportiva: ¿bajo qué criterio escoge la nómina? Hace un año exactamente estábamos sentados con el profesor Alberto Suárez, quien prometió cielo y tierra, y se hablaba de la presencia de jugadores bolivarenses y cartageneros, que no iban a ser desplazados sino por unos de nivel superior. A pesar de ser fútbol profesional, terminamos dependiendo de una gran cantidad de jugadores mercenarios con sello propio y faltos de pertenencia, que vinieron a ganarse un buen sueldo, pero que no cumplieron la misión establecida y terminaron fracasando en este proyecto. ¿Que estuvieron cerca? Sí. Pero el fútbol no se maneja con el corazón, caprichos y acercamientos, sino con resultados. El fútbol no es con emociones y apasionamientos, eso es para la hinchada. Los directivos deben tener la serenidad y prudencia para orientar los pasos, y la dirigencia se debe encargar más de las misiones deportivas y ligadas a lo que sucede en el terreno de juego. Algo que no se ve con calidad en el Real Cartagena; la prueba son sus resultados.
La elección del cuerpo técnico, aunque mostró voluntad, resultó un fracaso en los momentos cruciales donde tenía que mostrar entereza, se rajó. Eso le puede pasar a todos los principiantes para evaluar la experiencia. Echar la culpa a jugadas aisladas como la del arquero Arroyave no es coherente. Es globalmente donde planteas estrategias para aplicar tácticas diferentes que te lleven al logro. Son dos pasos diferentes. La táctica está definida como una sumatoria que define una estrategia que te debe llevar al logro final. Viera demostró que no encontró el onceno ideal: un día colocaba un jugador, otro día otro, sobre todo cuando regresó Teo Gutiérrez y reaccionó tarde cuando quiso colocar al Pitillo Salcedo, el goleador histórico del Real Cartagena, solicitado clamorosamente por todos los aficionados, y no alcanzó el oxígeno, quedando en UCI hasta quedar sellada la carta de defunción y confirmar el no ascenso.
¿Qué hacer? Nadie tiene la fórmula. Hay que tener claro el objetivo deportivo y acudir a gente que conozca el tema. Decidir a qué se va a apostar: ¿Ascender o formar jugadores? Hace dos años los amigos de Colombiagol decían que ellos apostaban a subir en dos años. Han pasado cuatro. Aparecieron los gobernantes como salvadores y aún no se logra el ascenso. Hay que trabajar con gente que conozca el medio, crear una comisión técnica. Agustín Julio podría ser un buen gerente deportivo. Buscar a Huberth Boder como asesor, un bolivarense que sí conoce el fútbol. Buscar un técnico de experiencia, preferiblemente que haya ganado este torneo: Gerson González, Jaime de la Pava, Rubén Darío Hernández. O creer en la juventud de Steven Sánchez, con quien se tiene una deuda moral, ya que se fue de aquí en su mejor momento y puso a Orsomarso a sonar en el país con una base de jugadores jóvenes envidiables, que podría ser valioso, así como cuando Hernán Darío Herrera trajo la base de Univalle en 1999. Sebastián Viera se le agradece, pero el curso se hace completo y sería bueno que dirija divisiones inferiores. El hecho de que sea gran jugador no implica que sea buen técnico; si no, recuerden a Diego Armando Maradona y el Pibe Valderrama para darles referencias.
Las relaciones con la prensa deben ser interactivas, ser conscientes de que la prensa deportiva especializada también puede aportar con su experiencia a un calvario que parece eterno. Las comunicaciones no pueden ser réplica de una información unilateral y de emociones presentadas por figuras que lo único que han hecho es conducir a fracasos, como el Chino Sandoval, que se fue feliz y ganando. Limitarse a entrevistas alegres con gobernantes cuando se gana… La noticia son los deportistas. Ningún equipo asciende en el mundo sin tener la prensa a su lado. Esto no es bajo emociones, promesas y preferencias superficiales. Esto es trabajando duro, parejo y evaluando cada día de resultados para ser mejor. En doce años, todos los equipos que bajaron volvieron a subir. El único que nunca ha logrado regresar es el Real Cartagena. ¿Por qué los demás sí pueden y Cartagena no?
Los hinchas son los grandes sacrificados del torneo, esos que día a día esperan con ilusión ver al Real Cartagena en la A.
Terminó el suspenso y la emoción. Habrá que esperar si los gobernantes de turno van a seguir apoyando. A los directivos les sugerimos que lleven propuestas a la Dimayor de sistemas más democráticos de ascenso. Jugar dos cuadrangulares y después jugar otro cuadrangular final; si clasifican dos por grupos sería más equilibrado y todo se define en el terreno de juego. En los escritorios es muy difícil.
Aquí hay que decir que “otro año que queda atrás”. El Real Cartagena no fue compatible con los lemas de los mandatarios: “Ni fue el mejor ni resplandeció en medio de las tinieblas de la B” y la pólvora se quedó almacenada hasta el 2025. Otra vez con ganas de triunfar.
José Ricardo Bello
@cornerctg