Al la fiesta de la democracia del 25 de octubre para la Alcaldía solo le falta una pareja: Estelita Cáceres. Los demás bailarines ya están en la pista, unos con muy buenos “pases” para “brillar hebilla” y otros muy estáticos, sin mayor movimiento en las caderas.
Por consenso se tiene que hay un pequeño combo que se ha mostrado como candidatos, pero aún no tienen tanto vuelo como para considerarse claros favoritos, en tanto que las nuevas propuestas, como la de Manolo Duque, arrancan con simpatía y claras posibilidades de crecer.
Falta que Estelita Cáceres, la hija del connotado líder Javier Cáceres Leal, diga lo que todos esperan, que es candidata a la Alcaldía. Y es que la están esperando, a juzgar por la congestión de llamadas y visitas que en los últimos días ha recibido. Clasificaría en la categoría de “carismática”.
En efecto, no creo que haya tiempo para esperar otra candidatura con probabilidades de “pegar”. Con la vorágine de aspiraciones por firmas y con las otras opciones que exploran avales de partidos, estimo que hemos llegado al punto culminante en materia de “calentamiento de motores”. Están los que serán en definitiva los que aparezcan en el tarjetón, menos aquellos candidatuchos de mediopelo que todos sabemos que son unos desocupados, o mamadores de gallo, o descarados, o “puyaojos” o desequilibrados mentales con esquizofrenia electorera. ¿Lograrán las 50 mil firmas válidas? ¿Habrá partido serio que los avale?
El panorama actual dice que hay dos candidatos con origen en el Concejo que han venido eclipsando la campaña: Quinto Guerra y Andrés Betancourt. Uno con anunciado aval del partido Conservador, otro recolectando firmas. Que hay otras opciones que buscan aval de partido como Gina Benedetti en Centro Democrático Fabio Castellanos en Alianza Verde; o que buscan firmas como William García Tirado.
Pero la semana pasada ocurrió algo que no estaba en el presupuesto de nadie, ni del propio aspirante: Manolo Duque. En un par de semanas su nombre creció exponencialmente y se atrevió a hacer un lanzamiento ante más de 3 mil personas en el centro napoleón Perea, todo un campanazo político.
Tan inusitada aceptación solo se explica en la medida en que las opciones vigentes a la fecha no satisfacen con amplitud, y si ello es así, está el campo fértil para sembrar otra candidatura con arraigo popular como la que tendría Estelita Cáceres.
¿Y si el cabeza-cabeza es entre Manolo y Estelita? ¿Y si Pecas Betancourt acelera y pega? ¿Y si Quinto no se deja y capitaliza dos años de campaña? ¿Y si William García se consolida? ¿Y si Fabio logra meterse en el lote puntero? ¿Y si Gina sale y los descabeza?… como se ve, sólo falta una pareja para el baile.