La temperatura seguirá subiendo – Análisis de John Zamora

Por John Zamora (Director Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 13 de mayo de 2025.- Los 53 ºC de sensación térmica a la que llegó Cartagena de Indias en estos días son apenas un gélido copo de nieve comparado con la hirviente refriega de apuestas, denuncias y descalificaciones sostenida entre el alcalde Dumek Turbay y el concejal Javier Julio.

La temperatura seguirá subiendo, a no dudarlo. Del concejal se espera que siga esa línea, pues logró captar la atención de su nicho político, que lo notaba silencioso, y, además, encontró en Dumek un atildado multiplicador de sus mensajes, así sea para contradecirlo.

Julio es retórico consumado y ventajoso, pues sabe que es muy fácil sembrar cualquier tipo de duda en cualquiera de los procesos contractuales que adelanta la administración en distintos frentes. Desde un minúsculo premio mal otorgado hasta la más cuantiosa licitación, pasando por las hojas de vida y hasta el modo de vestir de cualquier funcionario, todo, pero todo, será munición política.

Del alcalde se puede esperar una gestión arrolladora, con ejecuciones que no son “ni carreta, ni maquetas”, como en efecto lo está haciendo, y en eso Cartagena tiene que respaldarlo.

Dumek también es un apasionado político, y jamás se morderá los labios para negarse un contraataque, a riesgo de equivocarse.

El alcalde ha decidido encarar a Julio, ponerlo a su nivel, cuando bien pudo hacerlo un escudero. Lo retó a renunciar por denuncias infundadas, y aunque el concejal se ha resistido, reta al alcalde a que lo denuncie si lo que dice es falso. El mandatario le mandó un mensaje: ¡cuidado con lo que dices!, y de inmediato lloró Julio: “cualquier cosa que me pase, lo responsabilizo”. Se están mostrando los dientes y se dirán cosas peores. De tanto calentar la olla, llegará un momento en que “pite”, y forzosamente llegarán las “ías”, para atizar la hoguera.

Todo ese ruido es inconveniente para la ciudad, precisamente cuando creíamos que se habían ido para siempre los tiempos de la peleadera infértil.

Lo deseable es que estas temperaturas políticas decrezcan, pero es muy difícil cuando de por medio están dos actores preconfigurados para la confrontación.