Por Danilo Contreras.- Especial para revista Zetta.- Quizás el borroso recuerdo de una novia de la adolescencia, la expectación anual por sus alucinantes carnavales o simplemente Sofía Vergara, me hacen guardar por Barranquilla un afecto especial. No dudo que ha contribuido a esa simpatía, el hecho de no haber ahondado en los intríngulis de su administración pública.
Bajo la égida de los Char, Barranquilla se ha consolidado como ciudad competitiva, con nuevas infraestructuras como la Avenida del Río, El corredor Portuario o la Recuperación del Centro Histórico que ratifican su fama legendaria de Puerta de Oro de Colombia.
No es criticable que el Alcalde Vélez sea proclive a la emulación del Modelo Char. Sin embargo, como mero ciudadano no puedo evitar sentir que ese fervor imitador ha implicado una capitis deminutio que ha doblegado a los cartageneros y a sus instituciones.
No peco de xenofobia puesto que al inicio declaré mi cariño por La Arenosa, pero preferiría, por ejemplo, que altos funcionarios de la administración sean nativos de la tierrita en vez de importarlos de la urbe vecina para puestos claves como Salud y Hacienda. El buenazo del Secretario de Hacienda ha agregado a su natural simpatía, el don de la fidelidad propiciando algunos contraticos que favorecen a sus paisanos contratistas, como aquel de la comisión por el empréstito de $250 mil millones denunciado ampliamente.
Que manda estaremos pagando los cartageneros para que nos cueste tanto copiar el Modelo Char, considerando que a pesar del buen número de callecitas que se pavimentan ahora, el monopolio de la contratación en favor de empresas “quilleras” es escandaloso según lo que nos ha venido a informar el presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura.
Pero la copia casi siempre suele ser inferior al original. Dudo que la platica de la contratación de las obras que dinamizan el desarrollo de Barranquilla, emigre de La Arenosa; es claro además que algo va de la pavimentación de varios kilómetros de tramos de calles, a la visión estratégica de la construcción de verdaderas autopistas como la segunda calzada de la circunvalar que conecta toda la zona industrial de Barranquilla. En contraste, un poco más de la mitad de los recursos del controvertido empréstito por $250 mil millones hubiera sido suficiente para hacer realidad el traslado del mercado de Bazurto.
El Concejo parece compartir la implementación del Modelo Char, puesto que no ha dicho ni mú acerca de los serios cuestionamientos que se han realizado por importantes entidades como Funcicar respecto de la fórmula de adjudicación de contratos de ejecución de multimillonario empréstito que ellos aprobaron; por el contrario la feria de aprobación de endeudamientos continúa ahora con vigencias futuras, sin que se sepa cuáles serán los recursos que fondearan la nueva naturaleza de Transcaribe como operador.
Pero bueno, nuestra sociedad parece tener en gran estima a aquellos que han sido entrenados para demostrar que lo blanco es negro y lo negro es blanco.