Visión, liderazgo y valor

Por Miguel Raad Hernández (Agosto 5 de 2015).- No ha existido un verdadero dirigente, de aquellos que transforman la vida de sus conciudadanos, que careciera de esos tres factores determinantes. Sin Visión no hay camino definido, el rumbo será errático y nadie quiere que lo lleven a ninguna parte. Sin Liderazgo no hay resultados; he repetido muchas veces en la academia que líder es el que hace que las cosas buenas sucedan; aunque también hay líderes del mal, ellos triunfan, decía Martín Luther King, sólo cuando hay indiferencia de los buenos. Y respecto del Valor, Mao Tse Tung decía que es un componente esencial de todo gran dirigente. Sin Valor no hay liderazgo ni una visión compartida. Hay que tener las agallas para asumir las consecuencias que nos acareen nuestras posiciones y acciones políticas.

Ahhh Cuánto nos gustaría que las próximas elecciones territoriales en Colombia nos dieran hombres o mujeres elegidos que se distingan por estas características  determinantes. Seguramente nos darían buenos gobiernos.

Yo soy de los que pienso que siempre hay alguien por quién votar. Que las descalificaciones generalizadas generalmente provienen de seudo demócratas, gente sin mayor compromiso y mucha pose de cafetín. Entre la maraña de aspirantes a las alcaldías, gobernaciones, concejos y asambleas, hay hombres y mujeres que ameritan endoso de confianza. No llevan letreros que los distingan ni signos especiales que los hagan diferentes. Ellos son como cualquiera de nosotros, hechura de nuestra tierra. De seguro no tienen apariencia de superhéroes y todos tendrán más de un defecto. Esa es nuestra naturaleza. No busquemos ángeles ni seres extraordinarios. Busquemos hombres o mujeres ordinarios, pero con virtudes y principios que tengan Visión, Liderazgo y Valor, y apostemos por ellos.

Claro que debo hacer una advertencia. Identificar las tres características enunciadas en los aspirantes no es fácil. Primero porque hay una maraña de tonterías y sandeces en las campañas políticas que enmascaran lo fundamental. Segundo, porque muchos aspirantes pierden el foco de lo esencial y no se ocupan de mostrar su visión, su liderazgo y valor. Y tercero, porque los electores somos perezosos y nos quedamos con los rumores, los chismes y las banalidades de una campaña política, y no nos ocupamos de ir al fondo de los programas, del perfil de los candidatos y de su trayectoria.

En Colombia hemos satanizado la actividad política. Por los errores y corruptelas de muchos aventureros llegados en mala hora al ejercicio de esta noble actividad, las personas la toman contra la política y todos los políticos. No culpo a los desilusionados, pero sí le hablo a su inteligencia para decirles que no hay pueblo en el mundo sin políticos y sin política. Ni siquiera la tribu más insignificante. No es la actividad de gobernar, dirigir y administrar los asuntos públicos o de todos, la que debemos condenar y aborrecer. Es a los malos ciudadanos, a los malos gobernantes, a los malos políticos a quienes debemos darle las espaldas.

 

COLETILLA: Queremos más líderes como el Papa Francisco, «…llegado del fin del mundo» como él mismo lo dijo al saludar a su pueblo. Humilde, cercano a la gente y a sus necesidades y dolores, un líder visceralmente comprometido con la «opción por los más pobres», empeñado en hacer que la Iglesia Católica vuelva a lo fundamental que es el mensaje de Jesucristo en los Evangelios. Un Papa que hizo exclamar al Presidente comunista de Cuba, Raúl Castro, después de un encuentro con el Santo Padre: «Con un Papa como él vuelvo al catolicismo. Lo digo en serio».