A unas semanas de empezar la universidad y con 19 años recién estrenados, Inmaculada Sequí ya conoce el lado más amargo de la política. La presidenta de Vox Cuenca, la que fue presentada en febrero como la candidata más joven de España, recibió ayer una paliza a unos metros del portal de su casa.
Ocurrió hacia las ocho y media de la mañana, cuando salió del portal de su vivienda: «Nada más girar, me he encontrado con una patada en la espalda que me ha tirado de golpe al suelo», cuenta horas después del episodio, mostrando un labio hinchado, la muñeca envuelta en vendas y un pómulo que empezaba a amoratarse. «Entonces oí ‘¡es ella!’ y ‘a ver si ahora eres tan valiente, fascista de los cojones’. A partir de ahí, ha sido el puñetazo en el pómulo y en el labio. Y ya me agarraron del cuello y no recuerdo nada más», relata.
En el Hospital Virgen de Luz, donde estuvo ingresada hasta las dos de la tarde, también detectaron contusiones en el abdomen, aunque Sequí no lo recuerda. «Todo estaba borroso». Tampoco pudo reconocer a sus agresores, aunque por las voces sí distinguió a «dos hombres y una mujer». «Eran mayores que yo, quizás tendrían 25 o 30 años, pero no lo puedo asegurar». Dentro de la semi inconsciencia, la candidata a la Alcaldía de Cuenca pudo llamar a su padre, con el que iba a reunirse para tomar un café. «Papá, me han pegado. Estoy en el portal de casa», fueron sus palabras. Luis Miguel Sequí Muñoz corrió a socorrer a su hija, que yacía en el suelo. «Me la eché al hombro y la metí en el coche. Me dio miedo luego, porque se desfalleció».
Tras recibir el alta, una vez en su casa y acompañada por el presidente de Vox, Santiago Abascal, y varios dirigentes a nivel nacional y autonómico, Sequí dice no albergar temor alguno: «No tengo miedo, esto no me va a parar. Voy a seguir defendiendo las ideas de Vox», aseguró. A la futura estudiante de Derecho y Criminología no le tiembla la voz. «Es violencia política y estamos viviendo un ataque a la libertad y eso es lo que se debe condenar. Debemos saber de dónde viene esto y por qué se ha despertado este odio al que piensa de forma distinta. Es un acto liberticida», insistió.
Sequí es de la opinión de que el ataque está motivado por su ideología política -«Defiendo ideas con las que algunos no están de acuerdo», subraya-, pero admite que su defensa de la tauromaquia podría ser el detonante: «Personalmente, no a nivel de partido, soy aficionada a los toros y he recibido muchas críticas a través de las redes sociales. Quizás ha sido por apoyar el cartel de la Feria de Cuenca o por dar mi apoyo a algún torero cuando ha habido cogidas», reconoce. También asegura que ha recibido «muchos ataques por parte de la izquierda radical», pero «siempre verbales y a través de las redes».
Pese a su firmeza, la agredida reconoce que teme por «el bienestar» de sus padres que, igual que la agredida, recibieron la noticia de la agresión con «mucha sorpresa» y que ya se plantean la posibilidad de recurrir a servicios de seguridad privada, según dijo su padre, que acudió a poner la denuncia a la Policía Nacional mientras la política estaba en el hospital.
En este sentido, Santiago Abascal, presidente de la formación, se comunicó ayer con la Delegación del Gobierno para aclarar si habrá medidas «por la seguridad de nuestra compañera» y para pedir información sobre las pesquisas policiales. El dirigente aseguró que podría considerarse un «delito de odio por motivos políticos» y alabó la «valentía» de Sequí, pero persistió en que «más allá de las lesiones», se trata de un «atentado político, por las pretensiones que tenía de acallar» y porque «han intentado amedrentar a una persona».