Análisis de John Zamora.- Director Revista Zetta.- La encuesta de CM& coincide en buena parte con otros sondeos, lo mismo que en el voz a voz de la gente: la campaña se polarizó entre Quinto Guerra y Manolo Duque.
Sus registros ya superan en 8 puntos, al menos, a los demás aspirantes y se han mantenido a tope en los últimos dos meses. También es constante que Quinto esté arriba de Manolo, a veces con empate técnico, a veces por un margen ligeramente mayor.
Luego hay un lote de tres candidatos, que también se ha mantenido en ese orden: Betancourt, García Tirado y Gina Benedetti. Y los tres están en todo su derecho de no creer en los resultados de esta encuesta.
Después hay tres candidaturas con bajo registro: Rosario Romero, Reinaldo Manjarrez y Fabio Castellanos, este último con un injusto 0%, lo que arroja dudas sobre la técnica de recolección de datos, pues se trata de un candidato visible, preparado y que debería estar por encima.
El Voto en Blanco repunta y llega a un 21%, mientras el No sabe-No responde está en el 14%, lo que indica que hay un sector ciudadano inconforme con lo que representan las candidaturas, y otro sector indeciso. No obstante, cuando llegan las elecciones, la abstención pasa del 60%, así que es más probable que el Ns-Nr finalmente le gane al Voto en Blanco
El Voto en Blanco puede crecer pero de momento no inquieta, pues está visto que el día de las elecciones salen a votar todos los que tienen la vida en juego: candidatos a Alcaldía, Gobernación, Asamblea, Concejo y JAL, así como una franja de voto de opinión, y con eso es suficiente para derrotar al Voto en Blanco, más no a la abstención.
Otra cosa que no dilucida la encuesta es la “paternidad” del voto en blanco, pues es un espacio de la ciudadanía, pero también fue inscrito por el Polo Democrático. Dada la proporción electoral de esa colectividad en Cartagena, lo más probable es que el registro del voto en blanco sea espontáneo y no partidista. Es decir, la gente que votará en blanco lo hará por convicción y no porque el Polo lo diga.
¿Qué viene ahora?
Tanto Quinto Guerra como Manolo Duque deben esforzarse en crecer, es apenas lógico. El asunto es ¿cómo? Y la respuesta está en la estrategia de campaña que se trace a mes y medio de los comicios.
Por los lados de Quinto, le conviene el rezago de Betancourt y Gina Benedetti, pues los sectores empresariales que les son afines, podrían redireccionar sus esfuerzos por el candidato conservador. Y en esa tarea está una mujer clave: Fanny Guerrero, quien se ha distanciado de la Cámara de Comercio –aunque sigue siendo de la Junta Directiva- para fajarse en a conquistar empresarios.
Por los lados de Manolo, hacer parte del binomio favorito ya es un triunfo, si se tiene en cuenta que apenas en la primera semana de marzo comenzó campaña, a diferencia de Quinto que lleva dos décadas en la política, tres periodos en el Concejo y dos años en campaña.
Pero las dos campañas deben esforzarse por tender puentes con los candidatos rezagados y proponer alianzas, amén de seguir conquistando dirigentes políticos y, sobre todo, a la gente independiente, a las comunidades.
No obstante, quien obtenga el favor de Betancourt, García o Benedetti, sin duda estará más cerca del Palacio de la Aduana.
Lastimosamente, también recrudecerá el juego sucio y el terrorismo emocional. ¡Ese candidato es mafioso! ¡Ese candidato no está preparado! ¡Ese candidato es corrupto! ¡Ese va a robar! Con esto se busca impresionar al elector, crearle miedos, hacer que actúe a prevención y que termine convencido que está votando por el menos malo.
También es probable que candidatos a Concejo y JAL que no están con Quinto o Manolo, es decir que ya tengan candidato a la Alcaldía, terminen abandonando ese proyecto y pasen a unas filas con más posibilidades de triunfo. Es la famosa “volteadera”, que también contempla a quienes están con Quinto para que se vayan con Manolo, y viceversa.
Posibles alianzas
Las candidaturas de Andrés Betancourt, William García Tirado y Gina Benedetti seguramente ya vienen recibiendo llamados para una alianza.
Es seguro que digan a los cuatro vientos que van hasta el final y que busquen un revulsivo que les haga crecer en las encuestas.
Bien podrían pensar en darle la prioridad a ellos mismos: ¿qué tal que, unidos, le hagan pelea a Quinto y Manolo? ¿qué tal que una tercería sea la fórmula ganadora?
Pero también están otras combinaciones:
Andrés Betancourt se retiró del partido Conservador porque allá estaba Quinto, y se perfiló desde hace dos años como uno de sus contradictores en este camino. Resultaría muy difícil de explicar cómo se le uniría, no se le ve allá, salvo un “gran acuerdo”. Pero tampoco se le ve afín con Manolo, no lo considera con la altura política, académica y administrativa para conducir a Cartagena… a no ser que se registre un “gran acuerdo”.
Es evidente que la gente no comió de cuento con las alianzas con “minifaldas” como Pío Mayo, Jairo “Yomellamo” Martínez y Gustavo “pintorroteador” Martínez (quien al parecer ya le dijo adiós, y eso que tanto lo defendió Pecas), o los respaldos del concejal Pastor Alonso Jaramillo y el hermano del alcalde y gerente estratégico Dusán Vélez.
Minutos después de conocerse esta encuesta, trinó en Twitter: “Trabajemos con más determinación, se avecina una gran ingobernabilidad si esos son los resultados”.
Por su parte, William García Tirado puede mirar en ambas direcciones, pero tal vez le guste más el panorama donde Manolo. Ha sido un político que siempre ha caminado por sendas diferentes a las de Quinto Guerra. Pero ha hecho una campaña notable y bien podría llegar a un “gran acuerdo” con cualquiera de los dos.
Gina Benedetti no despegó. La campaña siempre envió mensajes equivocados y se anquilosó en el uribismo, sin trascender a otras esferas políticas. Pero bien podrían ser el momento de apoyar una causa ganadora, o de hacerla ganadora. Las afinidades más aparecen estar por los lados de Quinto Guerra.
¿Y la izquierda?
En Cartagena, la izquierda es reducida pero altamente vanidosa y dividida. El Polo Democrático está por un lado defendiendo el voto en blanco; es difícil que la Unión Patriótica se una a otro candidato, pero lo mejor sería que lo hiciera con Fabio Castellanos, del partido Alianza Verde, para hacer un frente digno.
Para Rosario Romero cualquier alianza será ganancia. Ya nadó hasta Tierrabomba, así que sabe en qué aguas estará el 25 de octubre si sigue en su aventura, sola y sin snorkel. El problema es ¿quién se aventura con ella?