Por Ana María Cuesta.- (Especial para Revista Zetta).- Ninguna autoridad en Cartagena se ha pronunciado sobre la histórica y polémica sentencia que hace pocos días profirió la Corte Constitucional sobre los afrodescendientes que trabajan y habitan en la isla de Barú, concretamente en Playa Blanca. La Corte le dio una ‘cachetada’ a la Alcaldía Distrital al conceptuar que se detengan los desalojos de los que han sido víctimas varios afrodescendientes en este paradisíaco lugar, que ha sido entregado al turismo de gran envergadura. Al turismo que los colombianos promedio no pueden pagar.
Y se enfrentaron los afrodescendientes de Playa Blanca, coadyuvados por algunos extranjeros y agrupados en la Asociación de Trabajadores del Turismo -Asotuplab-, a un gigante. Al suntuoso proyecto hotelero “Playa Blanca Barú” que está siendo auspiciado por un importante conglomerado económico y por el Gobierno a través de Fonade.
Con la orden de la Corte, los afro del lugar tendrán voz y voto en el destino de este megaproyecto del cual habían sido excluidos ante la renuencia de la Alcaldía para reconocerlos como raizales. En ese sentido, el alto tribunal ordenó que se adelanten los trámites para reconocerlos como Consejo Comunitario de Comunidades Negras, y que posterior a ello, se realice una consulta previa para resarcir la violación a los derechos fundamentales, que consideran, sufrió en doble vía este grupo.
Sin embargo, surge una polémica por una de las personas que presentó legalmente este recurso ante la Corte: María del Carmen García, representante de Asotuplab, quien tiene la paradoja de ser de nacionalidad española. La Corte la incluyó a ella dentro de la orden para la conformación de este Consejo Comunitario que, se pensaba, sería exclusivamente de afrodescendientes. Este punto seguramente será materia de debate en los próximos días.
Pero pese a todos estos componentes, Cartagena luce desentendida ante esta decisión. Ninguna autoridad o gremio ha emitido pronunciamiento alguno como sí lo hicieron por una polémica baladí -que tuvo un mínimo impacto nacional- por la no inclusión de la Cartagena exclusiva y que enorgullece en un video que preparó Procolombia para la Asamblea Mundial del Turismo. Me inquieta conocer por qué tanto silencio ante esta controversial victoria de los afrodescendientes -y de extranjeros- en el tribunal que defiende la supremacía de la Constitución.
¿Será que los gobernantes de la Heroica piensan como el magistrado Alberto Rojas Ríos? Rojas considera en un salvamento de voto que las personas a las que cobija este fallo no deben ser reconocidas como una comunidad negra ya que afirma que nada los distingue de las mayorías en Cartagena (serviles al turismo extranjero). De hecho pone en duda el que existan raizales en Playa Blanca al afirmar que “estas personas que dicen vivir en realidad cuidan los hostales que manifiestan tener por vivienda” y que algunos de los beneficiados en este fallo, como María García, “son venezolanos, uruguayos, argentinos, españoles, etc., razón suficiente para concluir que no tienen una relación ancestral con el territorio”.
El magistrado reiteró que estas personas llegaron a Playa Blanca por dinero y a construir hostales ilegales. Sin embargo estereotipa lo que significa ser un afro en una playa colombiana: “los adornos en el cabello, la preparación de alimentos, la venta de frutos del mar recién recogidos, los masajes, la venta de conchas y adornos para el cuerpo, son prácticas repetidas a lo largo de su historia, absolutamente ajenas al establecimiento de hostales, la venta de bebidas alcohólicas, la práctica de deportes extremos, etc., las cuales son prácticas novedosas ajenas a las costumbres de las comunidades asentadas desde la época de la colonia en Barú”.
Cartagena clamó en las últimas horas ante Procolombia y el Ministerio de Industria y Comercio por la reedición de un video que, sin el lugar común de las murallas, perjudica a sus hoteleros. En eso se parecen sus autoridades al magistrado Rojas, quien previendo el impacto económico, en otra ponencia derrotada propuso que los afrodescendientes de este pleito se asociaran con el megaproyecto, y que todo terminara en comunión. Sin mayores reconocimientos.
La polémica sentencia, que mezclaría a afrocolombianos con extranjeros en un derecho que por ley sólo es consagrado para comunidades negras, dará de qué hablar en los próximos días. ¿Será que presenciamos una equivocación de este alto tribunal o un nuevo hecho generador de jurisprudencia?