Por Danilo Contreras.- (Especial para Revista Zetta).- Mannheim, sociólogo cuyas tesis vieron luz en la primera mitad del siglo 20, expuso que las sociedades modernas en lugar de conducir a la adopción de comportamientos reflexivos, promueven conductas irracionales que multiplican los conflictos. Para el autor es deseable la “capacidad de juicio propia” del ciudadano.
En Cartagena no es raro encontrar funcionarios que gradúan de enemigos del progreso a quien se atreve a criticar las iniciativas oficiales. La reflexión está proscrita.
El arranque de Transcaribe genera -es natural- inquietudes que es menester responder con claridad, virtud que brilla por ausencia en los pronunciamientos casi inexistentes del gobierno.
En ausencia de respuestas oficiales, el gerente de Transambiental, uno de los operadores del sistema ad portas de operar, ha intentado explicar, mediante nota publicada por El Universal, las razones que deben convencernos que Transcaribe será la panacea a los problemas de movilidad. El saldo pedagógico es cuestionable.
El importante pero desconocido gerente, suelta perlas que son paradigma de manipulación. Inaugura su argumento con un titular sugestivo: “El modelo de Transcaribe es perfecto para la ciudad”, con lo cual excluye cualquier sugerencia pues nadie critica nada a la excelencia. Esta proposición es adornada con otra joya: “La idea es llegar a cubrir la demanda del 100% de la ciudad”, sin embargo el gerente se cuida de no anunciar en que tiempo se lograra la hazaña, un año, un lustro, una década. Creo que el gerente carece de elementos que le permitan la optimista conclusión.
La nota refiere otras novedades: Al sistema se integraran 431 “busetones” que tienen la particularidad, expresada con candor por el gerente, que “no se consiguen con tanta facilidad en el mercado” y serán probados en Cartagena, con lo que se siembra una duda adicional acerca del eventual éxito del experimento en un laboratorio caótico como el que puede llegar a ser nuestra ciudad.
Preocupa además que el gerente sostenga que “la Alcaldía no dijo que va a comprar buses”, pues está claro, que un legado histórico que deja el “Dioni” es que Transcaribe deja de ser ente de gestión, para competir con los privados como operador, lo que nos costará la bicoca adicional de unos $240 mil millones, por cuenta de la compra de 224 automotores.
El gerente tiene la fineza de admitir que el arranque del sistema el día 17 de noviembre “causará algunos inconvenientes y molestias” ineludibles pues operaran al tiempo los buses tradicionales y la moderna flota del sistema, esto es, los ciudadanos no tenemos más alternativa que someternos a esta evidente improvisación, como si la planificación fuese un objetivo inalcanzable. Todo esto “al gratín” durante un mes pues solo el 17 de diciembre comienza la operación.
En cuanto al mototaxismo le deja el muerto de su prohibición o no al gobierno, como es obvio, dejando entrever que como cualquier ciudadano, nada sabe al respecto.