¡»Taurino bueno, taurino muerto»! El nuevo y nefasto grito de combate de los antitaurinos

Por: Ricardo López Solano (Especial para Revista Zetta).- ¡TAURINO BUENO, TAURINO MUERTO! gritaban un centenar de antitaurinos apostados en las afueras de la plaza de toros de Palma de Mallorca, España, donde el jueves 6 de agosto del corriente, se encontraban presenciando la corrida once mil aficionados, que al unísono respondían ¡Libertad, Libertad!, al tiempo que un espontáneo animalista saltaba de la gradería al ruedo con la intención manifiesta de agredir al torero de turno Morante de la Puebla, agresión que no fue a mayores por la oportuna intervención de las fuerzas del orden público

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En una protesta antitaurina en la plaza de toros de Acho de Lima (Perú) el 26 de octubre del corriente, los amigos profesionales de los animales le prendieron fuego al almacén de cojines de la plaza y uno de los activistas apuñaló a unos de los policías montados que controlaban la manifestación. La oportuna intervención de los bomberos y de la policía evitó una tragedia mayor.

Es preocupante la ola creciente de violencia y de crueldad, crecimiento de tipo exponencial, con el que las agrupaciones antitaurinas tratan de abolir las corridas de toros.

De mi parte comencé a preocuparme de su accionar, después que el toro «Burlero», año 1985, le propinara en la plaza de Colmenar Viejo, la cornada que le dividió en dos el corazón, al torero francés José Cubero «Yiyo» ¿Cómo creen que reaccionaron estos amigos incondicionales de los animales? Pintando en las afueras de las paredes de la plaza de toros de Las Ventas de Madrid ¡Queremos más «Burleros»! ¡Queremos más «Yiyos» muertos! No me lo podría creer, que en el planeta tierra, pudiesen tener cabida personas tan desalmadas con los humanos, como las que enarbolan la bandera de la protección animal.

 

Pero no todo ha parado allí. Si hacemos una visita a www.youtube.com, encontraremos, entre otras perlas, homenajes psicopáticos, que los antitaurinos les hacen, incluido a “Burlero”, a “Islero”, el toro que en Linares, le dio muerte a «Manolete», y a “Avispado”, el toro que en Pozo Blanco, acabó con la vida de “Paquirri. Y otras dos perlas más, la primera, a mediados de año pasado, la Concejal española Marisol Moreno del gobierno municipal de Alicante, comentó por su cuenta de Twitter, donde se hace llamar “Marisol La Roja”, una de sus ilusiones más fervientes, el de arrojar, al mejor estilo de los terroristas extremos, una “bomba” en el tendido de la plaza de toros de Pamplona. Y la otra, aconteció el pasado 26 de octubre en la plaza de toros de Acho Lima (Perú), donde los animalistas enardecidos prendieron fuego al almacén de cojines de la plaza y uno de estos activistas apuñaló a un policía montado.

 

Mucha razón tenía Ernest Hemingway, cuando en su tratado taurino, «Muerte en la tarde», capítulo 1, escrito al final de la década de los años 30, decía, que de acuerdo a su experiencia y a sus propias observaciones, había podido llegar a la conclusión, de que aquellas personas que se identifican con los animales, los amigos profesionales, entre otros, de los perros y de los gatos, son capaces de mayor crueldad con los seres humanos que quienes no se identifican espontáneamente con los animales ¿Cómo les parece esta predicción?

 

Bueno, bien, desarrollada esta introducción, pasemos ahora si, a explorar las razones psicológicas de peso, que llevan a los antitaurinos, no solo a lanzar este tipo de consignas fatalistas y fuera de contexto, si no generar violencia extrema. Y para ello, repacemos los conceptos fundamentales básicos, correspondientes a las posiciones existenciales, conceptos que nos facilitarán el poder entender la trama psicológica en la que se encuentran inmersos estos amigos profesionales de los animales.

 

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El activista antitaurino holandés Peter Janssen salta al ruedo de la plaza de toros de Sevilla correspondiente al a la feria de abril del 2014, mientras el torero español Miguel Abellán intenta aplicarle un zancadilla a fin de controlarlo y evitar que su accionar pueda llegar a mayores.

 

POSICIONES EXISTENCIALES

 

Se le da el nombre de posición existencial al conjunto de conceptos y sentimientos, que mantenemos sobre nosotros mismos, sobre las demás y sobre el mundo en general. Esta forma particular con la que terminamos percibiendo y calificándonos y calificando al resto de los mortales, es moldeada e impresa en nuestra psiquis desde nuestro nacimiento hasta los siete u ocho años de edad, por las personas responsables de nuestra formación básica.

 

Las posiciones existenciales, son cuatro. A saber: “Yo estoy mal, Tu estás bien”; Yo estoy mal, Tu estás mal“, «Yo estoy bien, Tu estás mal” y “Yo estoy bien, Tu estás bien”.

 

Analicémoslas en su orden:

 

1.0 YO ESTOY MAL, TU ESTAS BIEN: Posición depresiva que en casos extremos puede llevarnos al suicidio, y que viene siendo la posición natural con la que todos nacemos. Esta posición se desarrolla, entre otros, porque el niño crece en un mundo en el que los que le rodean, son más grandes, más fuertes, más hábiles y más poderosos que él. En estas condiciones de inferioridad manifiesta, si paulatinamente el infante no fortalece o no le permiten fortalecer sus estructuras físicas mentales de autovaloración apropiadas, bajo estímulos y correctivos bien direccionados pueden llevarle cuando las recriminaciones, los malos tratos o la sobreprotección estén en la orden del día, a optar por esta posición de manera preferente.

 

 

2.0 YO ESTOY MAL, TU ESTAS MAL: Por lo general, esta posición se da, cuando en los primeros años de vida del infante las caricias por parte de sus progenitores o sustitutos son inexistentes y/o cuando el abandono al que lo someten en su hogar es casi que total, amén de los malos tratos que le dan y el desagrado con que lo asisten en lo básico. De esta posición, casi siempre aderezada, entre otros ambientes, con el acoso escolar, suelen surgir esos seres envenenados, que un acto de planificación detallada e inmisericorde, antes de hacerse eliminar, suicidio enmascarado, se aseguran de eliminar a todo el que se le cruce por delante.

 

3.0 YO ESTOY BIEN, TU ESTAS MAL: Posición arrogante, dominante, crítica, despectiva, rencorosa y vengativa, propensa de quienes por considerarse perfectos, suelen mirar a los demás por encima del hombro. Si «yo estoy bien y tú estás mal», entonces yo me siento en todo el derecho de ofenderte, de maltratarte, de rebajarte, y por qué no, de disponer de tu vida a mí antojo, homicidas en potencia. Posición que por razones válidas los expertos suelen denominar como homicida. Los campos de concentración y las cámaras de gases, y por ende, el exterminio de más seis millones de judíos por parte de los Nazis, se cocinaron bajo esta posición en especial.

 

Igualmente, según los expertos, esta posición, en su parte fundamental, se formaliza cuando los padres o son excesivamente indulgente o cuando de manera persistente y prolongada le propinan a sus hijos un trato brutal, lo que llevará al niño en un momento dado de su vida a interiorizar que el que está mal es mi padre o mis padres, y yo, por mi parte, estoy bien. Nueva proyección interior idealizada que el niño terminará generalizando hacia el resto de los mortales.

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El venezolano Emilio González se suspende de cuatro ganchos insertados en la parte superior de su espalda. El dolor es instantáneo, pero de inmediato su sistema endocrino descarga un coctel, entre otros, de endorfinas, dopamina y adrenalina que no solo anulan el dolor sino que lo llevan a una especie de éxtasis y levitación que le causa un placer indescriptible, y que lo lleva a repetir esta experiencia una y otra vez. Y eso que nuestro organismo apenas produce la décima parte de endorfina que las betaendorfinas que llega a producir el toro durante la lidia.

 

Igualmente, ahora de acuerdo a mis estudios y observaciones, esta posición también puede adquirirse por las siguientes variantes: 1.0. Cuando se nace en una clase social alta en el que la discriminación se encuentra a la orden del día. 2.0. Cuando nacido en un estrato donde impera la pobreza y se sufre una discriminación persistente, el niño idealiza, válvula de escape, que cuando la fortuna le sonría: dinero, fama y posición de mando, ellos, por derecho propio, pueden infringir el mismo trato a los demás. 3.0. Cuando los políticos oportunistas, por votos, dinero u otras prebendas se adhieren a agrupaciones que discriminan a una minoría. 4.0. Cuando agrupaciones tipo religiosas, políticas u otras, que excluyen las directrices del método científico, se creen poseedores de la verdad rebelada. 5.0. Se incluyen, igualmente, los oportunistas pertenecientes a las posiciones existenciales Nos. 1 y 2 y las variantes Nos. 1-5 de la posición No. 3, quienes no dejarían de perder la oportunidad de sentirse temporalmente «bien» ante un sector o grupo, que los de la posición radical No. 3, tienen en la mira.

 

4.0 YO ESTOY BIEN, TU ESTAS BIEN: A esta posición se le denomina de salud mental. Y es que, inmerso en ella cualquiera, sea quien sea, sin manipular y sin ser manipulado, puede resolver sus problemas y/o conflictos de una manera constructiva. En esta posición, en la que las personas suelen desarrollar todo su potencial, crecen y hacen crecer a los que comparten su entorno en un gana gana permanente.

 

Las tres primeras posiciones suelen adquirirse de una manera inconsciente y a una edad muy temprana. Estas se basan en sentimientos, cerebro emocional, y tienen relaciones con el ¿por qué? ¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Por qué soy tan de malas?, etc. En cambio la cuarta posición es una decisión consciente, cerebro racional, que se gana con tesón en el día a día, desde que se puede razonar por siempre y para siempre. Esta posición guarda una relación directa con el ¿por qué no?

 

LA POSICION EXISTENCIAL PREFERENCIAL DE LOS MOVIMIENTOS ANTITAURINOS

 

Una vez comprendido como los conceptos básicos de las posiciones existenciales a las que nos adherimos, inciden en nuestro modo de pensar y de actuar, sería de fácil recibo aceptar, que la posición predominante que comparten los antitaurinos no es otra que la que reza, «Yo estoy bien, Tu estás mal», posición adquirida por cualquiera de las variantes antes expuestas. De ahí que ese tipo de movimientos se creen que además de poseer la verdad revelada, igualmente pueden por derecho propio, señalar, ofender, rebajar, tratar de criminales y hasta, de momento, desearles la muerte, deseos que a futuro, si las cosas se les dan, terminarán de concretar en aquellos que no comulguen con sus «verdades» animalistas.

 

Las reacciones de los antitaurinos son de tipo emocional o subjetivas, exclusivas del sistema límbico o cerebro emocional, y no racionales u objetivas, exclusivas del neocórtex o cerebro racional. De ahí, que sin comprobación científica y sin distinguir que el toro y los humanos son dos organismos totalmente diferentes, terminen comparando por igual, el dolor, que asumen, sufre el toro en el ruedo durante la lidia, con el que en las mismas circunstancias, pudiese sufrir una persona sometida a un castigo semejante.

 

De ahí que no hayan aceptado las conclusiones a las que llegó el acreditado veterinario, Juan Carlos Illera, profesor titular y director del Departamento de Fisiología Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, quien en un periodo de 5 años analizó la respuesta hormonal de 300 reses bravas lidiadas en la plaza de toros de la capital española, a las que les tomó muestras de sangre en el transporte desde sus dehesas a la plaza, y a los ejemplares devueltos a los corrales una vez picados, e incluso, banderilleados.

 

Conclusiones de esta experimentación:

 

Los niveles de estrés del toro de lidia medidos a través del cortisol y las catecolaminas, son tres veces mayores durante el traslado, que en el ruedo, por lo que el sufrimiento del toro sería mayor en el camión que frente al torero.

 

El toro de lidia produce diez veces más betaendorfinas, conocidas como hormonas del placer, que el ser humano y siete veces más que durante el transporte. Las betaendorfinas bloquean los receptores del dolor hasta que llega un momento en que el dolor y el placer se equiparan anulando prácticamente el sufrimiento.

 

Las respuestas de los antitaurinos no se hicieron esperar, el correo electrónico de Illera, reacción supeditada al cerebro emocional, y por ende, a la posición existencial «Yo estoy bien, Tu estás mal», se llenó de insultos, de improperios, y hasta de amenazas de muerte.

 

Para el caso que nos compete, el cerebro de los animalistas profesionales, activado solo en su faz emocional, y aunado a su vez, con la posición existencial No.3, excluye, en automático, resultados como el que llegó este científico. De ahí que se den a menudo, cerebro emocional y posición existencial preferencial en activo, los comportamientos ofensivos, violentos y amenazantes, a los que nos tienen acostumbrados estas agrupaciones. Reacciones, que si no se frenan a tiempo, terminarán convirtiéndose, ante la complacencia de un buen número de políticos oportunistas, de las autoridades y de los medios de comunicación que los avalan, en una nueva cacería de brujas, muy al estilo de la inquisición del medioevo, del Klu Klux Klams o de los grupos religiosos de este corte. De ahí, que para los antitaurinos, la sentencia que reza, «TAURINO BUENO, TAURINO MUERTO», ha de terminar convirtiéndose, más temprano que tarde, en una realidad física. Espero que las cosas no alcancen a llegar a este punto. ¡Así, que, a reflexionar sobre el tema y a tomar medidas pertinentes con estos señores, por favor!