Carlos Granadillo, secretario de Hacienda: Clave de un gobierno contrarreloj

Finaliza el gobierno de Dionisio Vélez Trujillo, que en dos años y medio de gestión encontró en su secretario de Hacienda, Carlos Granadillo, un funcionario diligente para encontrar recursos y poner en marcha el plan de obras por $250 mil millones.

Por JOHN ZAMORA

Director Revista Zetta

Carlos Granadillo se constituyó en el gran escudero del alcalde Dionisio Vélez, su hombre de mayor confianza y cerebro de la operación epicentro del gobierno: el crédito de $250 mil millones para obras en salud, educación y vías.

Aunque Transcaribe eclipsó la recta final de la Administración, el frente de obras le ha permitido sostener a los amigos del gobierno que es el alcalde que más ha hecho en tan poco tiempo y que las obras quedarán como testimonio de su gestión.

Otras voces sostienen que dicho crédito dejó a la ciudad sin margen para endeudarse y que el alcalde entrante Manolo Duque tendrá poco margen en esa materia. Pero Granadillo contesta con serenidad y, a la vez, con firmeza.

En esta entrevista explica lo que hicieron y refuta: el nuevo gobierno tendrá una capacidad de endeudamiento altísima, similar a la actual.

 

Al llegar al cargo… ¿qué encontró?

Encontramos una dinámica en la Secretaría de Hacienda con unos números buenos, que podrían mejorarse, aplicando un poco de gestión. También nos dimos cuenta que el presupuesto de la ciudad, si bien es importante del orden de $1.1 billón, era insuficiente para las necesidades de la ciudad, ya que solamente quedaban unos 300 mil millones de libre destinación. Lo demás son recursos de destinación específica, para salud y educación principalmente, por transferencias de la Nación. En educación, más del 90% se va en pago de maestros.

Y de esos $300 mil millones había que descontar funcionamiento, pago de la deuda y transferencias a órganos de control, y lo que quedaba era apenas $110 mil millones, y eso es lo que realmente contaba la administración para direccionar en todas las necesidades de la ciudad. Por ejemplo, en infraestructura solo había $9 mil millones, y eso es muy limitado.

Entonces si queríamos hacer algo en dos años de administración, debíamos conseguir recursos y analizamos varias alternativas. Por el tiempo limitado, el crédito era una forma de traer a valor presente neto unos futuros ingresos y poder contar con ellos enseguida para hacer obras.

 

¿Cómo estructuraron ese crédito?

Los números analizados en ese momento permitían llegar a una cifra de $350 ó $400 mil millones, pero hubiéramos llevado a Cartagena al límite máximo de su endeudamiento, y esa no era la idea. Otra variable era saber cuánto dinero realmente se podían ejecutar en dos años y medio. Encontramos que el último crédito había sido de $100 mil millones en la administración Pinedo, y en los cuatro años no se alcanzaron a ejecutar todos.

Debíamos, entonces, armonizar el plan de desarrollo con una capacidad de endeudamiento y seguir manteniendo finanzas sanas, y también la capacidad de ejecución en el tiempo de gobierno, lo que nos llevó a la cifra de $250 mil millones.

Después de ese planteamiento y varias mesas de trabajo, vino todo el proceso legal para obtener la aprobación del Concejo, la socialización, fue un proceso largo pero exitoso.

 

¿Qué fue eso de la subasta inversa?

Luego debíamos ir a la banca a buscar los recursos, y con un mecanismo de subasta inversa logramos la mejor tasa posible, del DTF+2.3, que es la tasa más baja para un crédito público que tengamos referencia. El proceso continuó con las vigencias futuras y registrar el crédito ante el gobierno nacional y obtener autorización.

Todo se concretó en $100 mil millones para salud, $70 mil millones en vías y $80 mil millones en educación.

Son recursos adicionales a lo que ya se encontraba en el presupuesto ordinario.

 

Ha sido un gran compromiso…

Son tres grandes fases: consecución de recursos, distribución, y la ejecución.

Paralelo a ello, se trabajó en dónde se aplicarían esos recursos, identificándose como prioridad la salud y la educación.

En salud, 40 obras nuevas y recuperación de otras, con el propósito de acercar el servicio a la gente. En educación, más de 77 donde incluso, algunos colegios debieron derribarse y construirlos de nuevo.

Las obras se distribuyeron en toda la ciudad, en todas las localidades y corregimientos.

Lo anterior nos llevó al tema de vías: de qué vale un nuevo colegio o nuevo puesto de salud si no hay cómo llegar. Son 86 kilómetros.

Y estas inversiones afectan positivamente a otros sectores como deportes y cultura, por unos traslados que deben hacerse, y por eso vemos también obras aquí.

 

Funcicar señaló algunos lunares en la ejecución de esas obras…

Son más de 500 obras regadas en toda la ciudad, pero no pasará del 5% situaciones donde hay incumplimiento del contratista, y para ello hay pólizas respectivas y las reclamaciones para asegurar el cumplimiento.

 

Pero esta operación dejó a la ciudad maniatada y sin capacidad de vuelo para nuevos créditos, dedicándose a pagar este durante seis años…

De ninguna manera. Este cuatrienio, que comenzó con el anterior alcaldesa ciudad tenía un nivel de endeudamiento cercano al 40% y nosotros vamos a entregar el nivel de endeudamiento en un 34%, es decir, inferior.

 

¿Cómo se explica eso, que con un crédito tan grande, el nivel de endeudamiento sea menor al encontrado?

El nivel de endeudamiento depende de los ingresos y el saldo del crédito. Por una parte, los recaudos han subido, y por otro lado hicimos un prepago de la deuda en dólares que había, adelantándonos a la subida de la divisa, con lo que nos ahorramos casi $10 mil millones. Pero esa deuda en dólares obligaba a reservar $26 mil millones del 18% del predial y $20 mil millones del 100% de SGP-Agua Potable, que era para subsidios. Entonces, como la deuda se venía pagando, quedaba un saldo a favor de esa reserva, que quedaba en caja. De esa plata se pagó la deuda, y el próximo alcalde queda con esos dineros liberados, y puede utilizarlos.

Los cálculos que estamos haciendo es que entre el nivel de endeudamiento y el tope, es que la ciudad podría prestar $300 mil millones más.

 

¿El crédito resultó la única alternativa?

El crédito es una alternativa para conseguir recursos, pero hay muchas otras. Nosotros por el acoso del tiempo optamos por un crédito.

 

¿Por qué dice se ha mejorado el ingreso corriente del Distrito?

De los Ingresos Corrientes de Libre Destinación, el 95% lo constituyen el Predial y el ICA, y enfocamos toda la energía para mejorar esos indicadores.

En el predial, el recaudo estaba en un 43% y hoy estamos arriba del 52% y hay que llevarlo al 70%. Las estrategias fueron varias, pero hubo una muy significativa reconocida por la gente en las encuestas que hacíamos: ven los impuestos reflejados en obras, se aumentó la confianza del contribuyente. Además, hemos llevado los puntos de recaudo a los barrios, oficinas móviles, facilitar puntos de pago.

 

¿De allí la necesidad de un nuevo Estatuto Tributario?

Podría lograrse una mejor gestión con nuevas herramientas, y la más importante es un nuevo estatuto tributario, que presentamos el año pasado pero no tuvo buen ambiente, y ahora lo volvimos a presentar y ha estado en estudio.

Lo que queremos es darle herramientas a la Secretaría de Hacienda para mejorar su gestión, modernizarla, y así lo han entendido en la academia y los gremios. El actual viene del 2006 y está desfasado, y le permitirá al nuevo gobierno contar con esas herramientas desde enero. Está en estudio del Concejo y esperamos la decisión.

Pero le apuntamos a mejorar la competitividad en Cartagena. En la Secretaría tenemos adscrita la unidad de desarrollo económico, para establecer estrategias que mejoren la economía, y trabajar con entidades que mejoren la inversión en Cartagena y ser más competitivos en la región, que el clima para establecerse en Cartagena sea mejor para los inversionistas.

 

¿La administración se despide con unas finanzas estables, saneadas y en progreso?

Uno desde adentro puede decir que las cosas están funcionando, pero te puedo hablar de dos entes externos que hablan de nuestras finanzas.

Por una parte está el informe del Banco de la República, en donde reporta sobre el incremento de los ingresos, y menciona asuntos por hacer.

El segundo es el de la firma Fitch Ratings y la calificación AA para nuestras finanzas, lo que significa que hay unas buenas finanzas, un buen manejo fiscal. Esta es la más alta calificación de Cartagena en su historia, y nos deja a un paso de la AAA que es la máxima.

 

Entonces, ¿cuál es el resumen de los logros?

Nos llevamos un listado de logros, como el tema de promoción de la ciudad, con el proyecto de acuerdo de Invest in Cartagena, elevar la competitividad, pero el mayor orgullo es haber conseguido los recursos en tan poco tiempo y tenerlos dispuestos para la ejecución, mejoramiento de ingresos, control al gasto, crecimiento de la inversión, la calificación AA y el prepago de la deuda en dólares.

 

¿Qué consejos le deja a la persona que le suceda en el cargo?

Al revisar bien el presupuesto encontrará que nunca será suficiente para atender todas las necesidades de la ciudad. Se encontrará al final que sólo tendrá $150 mil millones, y las solicitudes de las diferentes unidades ejecutoras serán de $450 mil millones, y tendrá que recortar y direccionar a donde las políticas del gobierno indiquen. Mejorar el recaudo siempre será buena tarea y controlar el gasto, pues la Alcaldía es una empresa muy grande.