Bellas Artes vive un momento de alto reconocimiento, sólo comparable con la fértil época de Pierre Daguet y todo el movimiento artístico generado en aquellos días.
La universidad salió a la calle. En cualquier plaza, en una iglesia, en la cima de la Popa, o en un municipio, se pueden ver a los estudiantes de Unibac mostrando lo que aprenden de puertas para adentro.
Si no es en el festival de Jazz de Mompox, es en Sonarte en la plaza de la Proclamación, o es en la plaza de la Trinidad con homenaje a músicos locales, o es en la iglesia de María Auxiliadora con un cuarteto de trombones, o es llevando música sinfónica a la iglesia de Arjona, o es escuchando la emisora en la web, o es viendo puestas en escena en la plaza de Santa Clara, o es en el Festival de las Artes con montajes, producciones, talleres, exposiciones o cualquier otra actividad que denote que hay artistas en formación.
Es, tal vez, el momento de mayor reconocimiento de la Universidad (antes Escuela) de Bellas Artes, sólo comparable con la fértil época de Pierre Daguet y todo el movimiento artístico generado en aquellos días.
Para Sacra Nader, rectora de la institución, existen dos circunstancias simultáneas: por una parte, el incremento de la calidad pedagógica y, por otra, una mejor salud financiera. “Mostrar lo que se hace cuesta dinero. Tenemos apoyo económico como nunca, y estas son dos circunstancias muy especiales y coincidentes”, dice al ser preguntada por la Revista Zetta.
La funcionaria señala que Unibac está en un momento muy importante en donde la calidad de los productos académicos de la docencia, investigación y proyección social, son de tan alta calidad, que es importante mostrarlos, que la comunicad se entere qué es lo que se está haciendo dentro del claustro.
“Tenemos la obligación rendirle cuentas a la comunidad y esta es una manera de mostrar todo lo que están haciendo los estudiantes: grupos musicales, diseños, exposiciones, talleres, muestras, montajes, producción, como sucede en el Festival de las Artes, que es una excelente oportunidad de mostrar eso”.
Salud financiera
Por muchos años, la estampilla Procultura fue la tabla de salvación de la entidad, pues los recursos propios provenientes de matrículas eran demasiado limitados, y no contaban con transferencias departamentales, pues la Gobernación de Bolívar arrastraba su “propia cruz”, tanto así que debió acogerse a la ley 550.
Pero ese panorama se despejó y, para fortuna de Unibac, contaron con el respaldo del gobernador Juan Carlos Gossaín, quien supo apreciar el talento de los tres mil estudiantes que allí se forman en los programas de música, artes plásticas, artes escénicas y diseño gráfico, así como otros tres mil de 36 municipios.
Desde hace dos años, Unibac se vigorizó y gracias a las transferencias del orden de $5.200 millones anuales de la Gobernación de Bolívar, pudo diseñar toda una estrategia de calidad que le permitió reforzar su nómina de docentes con profesorado especializado, y que se traduce en una mejor pedagogía para los estudiantes.
Hoy, las transferencias de ley 30 representan la mitad de los ingresos, mientras la estampilla un 30% y los ingresos propios un 20%, aproximadamente.
Otra fuente de ingresos son los convenios interadministrativos, como los realizados con la Gobernación de Bolívar para el Festival de Jazz de Mompox, el Festival Multicultural de los Montes de María o el Festival de Bandas.
A la vez que sirven de fuente de recursos, esos certámenes se aprovechan para mostrar los distintos grupos musicales que existen en Unibac como Orquesta Sinfónica de Bolívar, Banda Sinfónica, Big Band, Coro Gospel, Coro Santa Cecilia, Banda Sabanera, Leydon Band, Son Bacano, Octave Providence, entre otros.
Pedagogía y otras iniciativas
De las actividades más satisfactorias para Unibac está el acuerdo con la Universidad de Antioquia para la Maestría en Historia del Arte. Aquí los profesores de Unibac tienen media beca y facilidades de pago, y ello permite elevar el nivel de especialización del cuerpo docente.
La Universidad de Bellas Artes y Ciencias de Bolívar también está pensando en ampliarse, tanto en lo físico como en lo curricular.
En lo físico, se pretende una ampliación de sus instalaciones en el lote posterior al convento de Santa Cecilia, donde está la biblioteca “Marún Gossaín”. Se piensa aprovechar la altura de las viejas edificaciones para hacer tres niveles así como un sótano, donde pasarán las prácticas musicales, para reducir ruidos al vecindario. El trámite se ha surtido en sus etapas de rigor y ya se tiene la aprobación del IPCC.
Así mismo, el salón “Pierre Daguet” en breve será cerrado para someterlo a una actualización logística: nueva tarima, acústica y dotación de tecnología.
De igual forma se dotará a la universidad de un estudio de grabación fonográfica para provecho de los estudiantes de música así como los de producción de radio y televisión, y no se descarta más adelante crear “Unibac Records” para que los grupos perfeccionen sus propuestas artísticas y puedan presentarlas en el mercado.
En lo curricular, Unibac tiene en “cocción” dos nuevos programas: Diseño Industrial y Comunicación Audiovisual, ambos inexistentes en Cartagena de Indias, y con los que se busca darle alternativas de estudio a la juventud bolivarense.
De igual forma, se ha incorporado una fuerte apuesta en la internacionalización y el bilingüismo. Fruto de ello, ya se tienen dos salidas a Estados Unidos de grupos artísticos de Unibac. La primera, la Universidad de Tennessee en junio, y la segunda en julio a Houston y New Orleans.