El vicepresidente senior de Microsoft es el colombiano Orlando Ayala, quien pronunció la conferencia más importante del foro Big Leap (Gran salto), realizado en Cartagena de Indias. Este resumen nos aproxima a su profunda reflexión sobre Colombia y el país que le estamos dejando a nuestros hijos.
Orlando Ayala comenzó la conferencia con una cita del poeta ingles William Cowper: “Dios creo a la Tierra y el hombre a la ciudad” (1785). Explica que “El mundo tiene una gran cantidad de desafíos y el tema de urbanización es uno de los más grandes que tiene que lidiar la raza humana”.
Puso de presente que la transformación de China en los últimos 30 años es asombrosa. En las ciudades la población era menos del 20% y hoy es el 50%, y resaltó que hoy Latinoamérica es la región del mundo más urbanizada, arriba del 80%.
Señaló que hay una nueva generación de ciudadanos y que los gobiernos deben entender este cambio fundamental. “Los ciudadanos van a elegir nuevos líderes en la medida que estos puedan responder interrogantes de este tipo: ¿cómo optimizar el transporte, cómo detectar el fraude de manera más efectiva, como van a brindar más seguridad pública… Estamos en un mundo donde el diálogo de dos vías no es opcional, sino esencial”.
Luego explicó que la tecnología le ha brindado respuestas oportunas a la humanidad e indicó que hoy estamos ante la tercera revolución digital más importante que haya experimentado el mundo, después del computador personal y la Internet. Este revolución brinda la oportunidad de poder innovar y ofrecer soluciones a escala a bajo costo.
Cinco tendencias mundiales en tecnología
Explicó cuáles son las cinco tendencias mundiales en tecnología, que están transformando virtualmente cada industria en el mundo.
La primera es la nube, que le permite a una pequeña y mediana empresa el acceso como si fuera la luz o el teléfono: pago por uso. Puede tener acceso a tecnología de punta exactamente igual a la de la compañía más grande del mundo.
La segunda convergencia viene en dispositivos móviles. El cubrimiento proyectado para 2025 es casi de uno a uno: siete mil millones de dispositivos para siete mil millones de personas. Pero la gran revolución no es solo en teléfonos inteligentes, sino en dispositivos donde cualquier objeto que tenga átomos puede ser inteligente. Por ejemplo, una chaqueta puede tener la capacidad de ajustar la temperatura de la persona.
Entre estas dos tendencias se genera una tercera: información. En los últimos tres años se generó más información a través de todos los dispositivos que toda la información que se ha generado en la historia de la humanidad.
La cuarta está en las redes sociales, y la quinta en la capacidad de interactuar con el medio ambiente, “el hecho de que con gestos yo pueda comunicarme con una pared, con una pantalla o con el medio ambiente que me rodea”.
Producir conocimiento
En este punto, Ayala lanza la gran pregunta para Colombia: ¿qué vamos a hacer? ¿Qué tenemos que hacer para que este país sea un neto productor, ante todo, de conocimiento?
Explica que la tecnología no va a parar. Las compañías invierten cerca de US$80 mil millones al año en investigación y desarrollo en nuevas tecnologías.
Ese es el gran desafío, subraya, y dice que el concepto de conexión es el más poderoso desde el punto de vista del desarrollo del ser humano.
Pero su preocupación se centra en la capacidad de la voluntad política para reformar, para hacer reforma de política pública y entender que el mundo está cambiando
Por lo anterior dice que Colombia debe definir qué tiene que reformar y cómo hacerlo.
En su opinión, de nada vale y no es suficiente que hagamos puertos o que instalemos Internet de manera masiva, que es muy importante. “Esto no va a darnos resultados sin mirar políticas públicas y darnos una pela honestamente con respecto a qué hay que transformar en Colombia desde el punto de vista de política pública”.
Asegura que no todo el peso del cambio recae en el gobierno, porque realmente es un trabajo de sociedad civil, pero el gobierno tiene la responsabilidad de crear el marco de cambio.
Cifras para entender el contexto
Para entender la implicación que esto representa, trajo a colación unas cifras que en ningún medio, ni ningún economista había contextualizado de manera tan sencilla y pedagógica:
El producto interno del mundo es de 72 trillones de dólares.
El intercambio comercial en los últimos 50 años ha estado esencialmente en bienes duros, físicos. En el 2012, 26 trillones de dólares vinieron del intercambio económico, y eso es el 36% del PIB mundial. Pero en 1990 no representaba más de 20%.
Los flujos globales son bienes, servicios, capitales, gente y flujo de información y conexión, y de esos 26 trillones de dólares, el conocimiento representa el 50%.
Explica que esa es una tendencia silenciosa que no se ha entendido, porque el intercambio digital tiene un valor residual de cero con respecto a los costos. “Si usted compra un libro en Amazon, no tiene que imprimirlo y enviarlo sino descargarlo en un segundo”.
¿Cuál es el propósito de Colombia como país?
Ayala dice que después de entender estos flujos comerciales, surgen nuevos interrogantes: ¿están las reformas listas? ¿Cómo reformar? ¿Cuál es el propósito de Colombia como país?
Refirió que en China acaban de publicar un manifiesto llamado “El gran sueño chino” y es mover una economía basada en la compra de recursos naturales y producción de bajo costo, a una economía basada totalmente en el conocimiento.
Ello justifica que en Colombia, según su decir, se requiera un debate profundo en educación. “Los candidatos presidenciales deben decir cuál es el plan para la transformación del recurso humano en Colombia. No importa cuánto vamos a invertir en infraestructura, o qué reformas hagamos, si no entendemos que el capital más importante que tenemos es la gente, estamos muertos”.
Para el conferencista, Colombia es un diamante en bruto “pero necesitamos pulirlo y conectar todas las piezas y, ante todo, darle viabilidad al sostenimiento a través del tiempo”.
Basándose en estadísticas, dijo que las ciudades más competitivas del mundo responden a la capacidad de tener buenos resultados en actividad de negocios, capital humano, acceso a la información masiva para convertirla en nuevos negocios, experiencia cultural y compromiso político. “Esas son las variables si queremos ver a una nueva gran ciudad en Colombia”.
Para Ayala, todo arranca por la gente. Dice que Colombia es un país que tiene una gran capacidad creativa y gerencial, y que el gerente colombiano tiene una gran reputación pero no tenemos suficientes.
Pero el país debe definir su gran propósito, no se trata solo de pensar en grande, sino hacer en grande.
“La gran pregunta que les quiero dejar es ¿qué legado generacional queremos dejar?”
El reto del cambio, el reto de la paz
Explicó que has dos países que tienen el desafío más importante de su historia en frente de sus manos. Uno es China, porque tiene que hacer unas reformas estructurales increíbles pues en los próximos 20 años van a mover 500 millones de personas a las ciudades.
El otro es Colombia. Después de la Independencia, este es el desafío generacional más importante en nuestra historia. Sostiene que hemos tenido un movimiento hacia las ciudades que no fue planeado sino forzado. “Tenemos que parar de ver nuestros niños y niñas como los hombres y mujeres de la guerra, tenemos que comenzar por ahí. El movimiento masivo de desplazados va a crear una bomba de tiempo en nuestras ciudades. Por eso la importancia de proyectos como el Diamante del Caribe y Santanderes. Es esta generación de líderes la que va a tener que responder por este problema. Miles y miles de familias, sin agua, sin espacio ni acceso a servicios. Es una potencial hecatombe, y debemos evitarla con el diseño de ciudades”.
En la perspectiva de un nuevo modelo económico, Ayala dijo que se tiene que entender que el acceso a condiciones iguales de pago de la mujer va a ser determinante. “Las mujeres hoy producen 12 trillones de dólares de comercio, tan grande como la economía de EEUU. Imagínense si tuvieran las mismas oportunidades”.
Sin embargo, a su entender, la mecha explosiva más importante en los próximos 20 años va a ser el acceso a un empleo decente. “Hoy de los 7 mil millones de personas en el mundo, 3 mil millones están en edad de trabajo y solo 1.800 millones tienen empleo”.
Por ello, terminó su conferencia exhibiendo esta frase: “La inadecuada oferta de empleos de calidad es la gran mecha explosiva de un mundo inestable y globalizado. La creación de empleo es la nueva imperativa del liderazgo. El nuevo gran sueño global es el acceso a un trabajo de calidad”.