Por accidente, en un vistazo al Facebook vi que un hotel felicitaba a los periodistas en su día, y me pregunté por qué anticipaban tanto el saludo en pleno agosto, si la fecha es el 9 de febrero…
Deduje que andaban atolondrados o que fue un error de la “community manager”… pero reaccioné casi al instante y concluí que el lunático era yo: ¡claro, la ley esa que mandó el día del periodista para el 4 de agosto!
Se trata de la famosa ley 918 del 15 de diciembre de 2004 que tiene por objeto la adopción de normas legales “con meros propósitos declarativos, para la protección laboral y social de la actividad periodística a fin de garantizar su libertad e independencia profesional”.
Andaba la ley por ese camino cuando le dio por hacer un zigzag y meterse con la fecha dizque en conmemoración de “la primera publicación de la Declaración de los Derechos del Hombre, realizada el 4 de agosto de 1794 por Antonio Nariño Precursor de la Independencia”.
Como las malas canciones, esa ley lleva diez años tratando de poner de moda esa melodía, y nada que “pega”.
Razones hay varias, desde legales, históricas, sociológicas, pero la principal es periodística: El 9 de febrero de 1791, el cubano Manuel del Socorro Rodríguez publicó el Papel Periódico de la ciudad de Santa Fe de Bogotá, y lo hizo en 264 ediciones más (a propósito, la Revista Zetta va para la edición impresa Nº 145). Y ese es el gran motivo, ese día nació el periodismo en nuestras tierras.
La fecha se adoptó hace muchísimos años, desconozco cuándo, y tampoco sé en virtud de qué ley, pero lo cierto es que quedó como el Día, el verdadero Día del Periodista. Tanto así que ya, en 1966, el Círculo de Periodistas de Bogotá ratificaba esa fecha, ante propuestas de llevarla al 15 diciembre.
Y esa es otra debilidad de la ley, que ni siquiera acertó en su fundamento histórico. Resulta que la primera aparición de la traducción de los Derechos del Hombre por Antonio Nariño no fue el 4 de agosto de 1794 sino el 15 de diciembre de 1973, es decir 8 meses antes. (ANTONIO CACUA PRADA, VICEPRESIDENTE ACADEMIA DE HISTOIRA, BOLETÍN DE HISTORIA Y ANTIGÜEDADES – VOL. XCII No. 828 – MARZO 2005- “LA LEY DEL PERIODISTA CON GARRAFAL ERROR HISTÓRICO).
En cuanto a lo legal, la norma se autodefine “con meros propósitos declarativos” por lo que su fuerza queda minada de nacimiento. Es una ley raquítica. Nótese que indica el Código Civil que la ley “tiene como carácter general el de mandar, prohibir, permitir o castigar”, y ese tono dista del leve murmullo que tiene la norma en cuestión.
No obstante, el mismo Código Civil establece que “la costumbre en ningún caso tiene fuerza contra la ley. No podrá alegarse el desuso para su inobservancia, ni práctica, por inveterada y general que sea”, pero ni con este salvavidas sale a flote la nueva fecha del 4 de agosto. ¡Nada que pega!
Hacer que las aguas vuelvan a su cause y por vía legal se corrija el error sería una buena ocupación para nuestros nuevos congresistas.
Por eso lo mejor es recomendarle a todo el que nos quiera felicitar que reserve sus mensajes para el 9 de febrero de 2015, la fecha por antonomasia de los periodistas de Colombia.