De la efectividad de los Gobiernos

Por: MIGUEL RAAD HERNÁNDEZ

Fecha: Septiembre 11 de 2014

La semana pasada se presentó el informe de competitividad del Foro económico mundial de Davos, Suiza. Esta es una institución fundada por el Profesor de Economía suizo Klaus M. Schwab, que desde hace 35 años presenta anualmente su reporte basado en el Índice Global de Competitividad, que se define como el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país.

En el último año evaluó la información relacionada con 144 países en aspectos o factores que se consideran determinantes, tales como infraestructura, salud, educación, empleo, institucionalidad, desempeño macroeconómico, innovación, estabilidad gubernamental, seguridad, entre otros. Estos indicadores son muy valorados por los inversionistas y por organizaciones para el desarrollo como la OCDE, a la cual Colombia aspira a ingresar.

Nuestro país ha sido evaluado desde el año 2002 y su mejor ubicación fue el puesto 58 en el año 2005. Posteriormente nuestra posición se deterioró hasta caer al puesto 74 en el año 2008. Para el informe 2013 – 2014 Colombia aparece en el puesto 66, mejorando tres lugares frente al año anterior. Pero aún no recuperamos la tendencia que traíamos en el 2005.

De entre todos los factores determinantes para la mayor o menor competitividad de los países, el Centro Privado de Competitividad destaca los siguientes como los de mayor impacto final: Educación, Salud, Empleo, Infraestructura, Institucionalidad y Seguridad. Estos son como los presupuestos fundamentales. Sobre estos se pueden construir los demás factores necesarios para una mayor productividad y desarrollo de los pueblos. Pero sin ellos no hay ninguna posibilidad.

Ahora bien, hablamos de las naciones, pero ellas no son una abstracción, son el conglomerado de hombres, instituciones y gobiernos locales, departamentales, regionales, empresas, etc  asentados en todo el territorio nacional. Por ello es muy importante decir que los gobiernos locales y departamentales deben tener muy presentes estos indicadores de competitividad en sus gestiones. Una institucionalidad débil, sin funcionarios competentes, sin carrera administrativa, sin capacitación, será fácilmente permeada por la corrupción y absolutamente ineficaz. En su territorio no habrá educación de calidad, ni salud, ni seguridad, ni infraestructura, ni empleo, ni riqueza, ni desarrollo alguno. Sólo pobreza y subdesarrollo tendremos asegurado.

Es muy importante que Gobernadores y Alcaldes lo entiendan y se apliquen a fortalecer la institucionalidad. Por favor no más gobiernos con funcionarios y empleados provisionales, mal pagados, muchos de ellos reducidos a la abyección política en aras de una recomendación o respaldo que los sostenga en la burocracia. Esos no serán buenos gobiernos por mucho que lo intenten. Lo demás o son mentiras o mera propaganda oficial.

COLETILLA: Ay de las rendiciones de cuentas. Aunque deseables y necesarias, quedan todas en entredicho al mirar la respectiva institucionalidad. Y no faltarán las pruebas que demuestren nuestro aserto.