Todo el mundo tiene derecho a lavarse la cara – Opinión de John Zamora

Por John Zamora (Director de Revista Zetta 20 años).- Un punto de quiebre en la convulsionada historia política de Cartagena respresentó el controvertido gobierno de Judith Pinedo, tras el cual la ciudadanía quedó tan frustrada que comenzó el vaivén del populismo en la estéril búsqueda de un gobierno que no fuera un fiasco.

En su gobierno, el entonces rey de la sintonía radial era Campo Elías Terán. De seguro incidió en su despertar político el ver que cuando el micrófono se asocia con la zahorra, la gente se vuelve loca. Y así, la combinación Alcaldía-Campo hizo que muchos pensaran que si así era como periodista, mejor lo haría como alcalde.

Ante los ojos de todos, la entrada de RCN en el parque de Bolívar se volvió un comandito político, con gente que buscaba a Campo al final de cada emisión, indicativo incontrovertible de su suprema audiencia.

Entre tanto, el gobierno se enseñoreaba en la socialbacanería, y el bar Havana en la calle de la Media Luna se convirtió en epicentro de los amaneceres de cebada de la cúpula del palacio de la Aduana.

Cascarones de hospitales, feria de contratos y “unidad de caja” en Edurbe o la venta de un triángulo de playa fueron las verdaderas huellas de un gobierno pitillo, sin nada por dentro,  pero con un afán sin precedentes por mojar prensa nacional, con los esfuerzos presupuestales que nunca antes se dispusieron ni siquiera con los medios locales.

Desprovista de la chequera distrital, la capacidad de liderazgo político de Pinedo se precipitó tan bajo que ni para llegar a una votación medianamente digna le alcanzó cuando pretendió llegar al Congreso.

Para un museo del recuerdo está su protagonismo de uno de esos casos macondianos, el de un proceso eterno ante la Justicia por la cuestionada venta de un triángulo de playa, del que tiene la constitucional presunción de inocencia, pero del cual aún no hay decisión, y que tiene record mundial de audiencias fallidas.

La llegada de William Dau a la Alcaldía representó un reencauche político que, con su acomodaticio olfato, supo concretar y varios de sus recomendados encontraron espacio y jerarquía en el nuevo gobierno, donde sin duda su voz es escuchada.

En su escalante reencauche ahora la vemos invitada a un foro de “Los valores de nuevo ciudadano de Cartagena” organizado por RCN Radio Cartagena, con el respaldo de importantes empresas, muchas de las cuales han sido socias de Funcicar, donde Pinedo fue directora en los tiempos en que esa entidad se debatía internamente entre ser una especie de “think tank” o en disputar el cacicazgo político a los grupos tradicionales. Pinedo utilizó los instrumentos a su alcance para perfilar su candidatura a la Alcaldía, con notable éxito personal, proporcional inverso al bienestar de la ciudad.

Todo el mundo tiene derecho a lavarse la cara.