Por Álvaro Royo Bárcenas (Especial para Revista Zetta 20 años).- (Xiamen – China).- Desde mis épocas de estudiante de arquitectura por allá en los años 90 oía hablar de la canalización y ensanchamiento de los cuerpos de agua de Cartagena para el transporte acuático, son propuestas y proyectos que incluso vienen de décadas atrás. Es jodido pero el año 2020 me ha hecho cambiar de opinión; a una propuesta que antes me parecía urgente y necesaria, hoy la considero insensata, innecesaria, depredadora y contaminante.
Son muchas las veces que he visto plasmado en diferentes propuestas arquitectónicas las perspectivas con los buses acuáticos cargados de gente atravesando la bahía de las Ánimas, Juan Angola, la ciénaga de las Quintas, etcétera, qué lindo, imagínate poder ir de Bazurto al Cabrero, del Bosque al Centro, de Mamonal a Bocagrande, es increíble, eso hay que hacerlo, y creo que por aquí por la Revista Zetta hasta he escrito artículos refiriéndome a las bondades de este proyecto.
Pero este 2020 sí que ha puesto patas para arriba muchísimas cosas, y las otras que no, las ha dejado para nuestro análisis y rectificación, análisis que si lo hacemos desde el respeto hacia el medio ambiente, la flora, la fauna y nuestra salud, creo que los cambios podrían ser mayores que los que se han dado por reacción espontánea.
Y es que no podía ser más impactante cuando durante la etapa de confinamiento acá en China, en la ciudad de Xiamen donde vivo, salías y te pasaban al frente grupos de ardillas, o por redes sociales veías grupo de delfines rosados en las bahías y canales de acá, o saltando peces que yo que llevo 16 años viviendo aquí jamás los había visto, cielos súper despejados, sol radiante, aire sospechosamente limpio y aguas del mar que antes eran amarillas y turbias ahora lucían un azul turquesa esplendido.
Y el mismo espectáculo maravilloso recibía de Cartagena, delfines, patos, más aves de lo común, aguas calmadas y de una gama de azules que invitaban a contemplarlas, ¿por qué? Porque el ruido infernal de los motores fuera de borda que crean estrés en todas las especies marinas ya no estaba todo el tiempo revolviendo y contaminando, entonces las especies volvían.
Ya la contaminación que ponen los millones de sedimentos que trae el bochornoso y criminal canal del Dique es otra historia que debe quedar solucionado con el proyecto de las esclusas de puerto Badel y Calamar ¿para cuándo? Esperemos que pronto porque cada minuto que pasa son cientos de miles de metros cúbicos que cuentan, otra historia es también las empresas de Mamonal que de manera inmoral descargan químicos a la bahía sin pudor alguno, eso es un tema pendiente en la ciudad que pasa por una decisión política que no contemple dineros bajo la mesa como se acostumbra a hacer para que se mire para otro lado.
Pero imaginemos que ya está funcionando la trampa de sedimentos del canal del Dique y que se han ido de Mamonal las empresas que contaminaban la bahía, nos quedaría un trabajo por hacer para limpiar el fondo marino de la bahía el cual va a tardar unos años en recuperarse para llevarlo a niveles preindustriales, y se canalizan, se ensanchan y se recuperan los cuerpos de aguas de la ciudad, ¿para qué?
Pues para todo menos para transporte acuático de pasajeros, ¿por qué? Porque estos deberían convertirse en santuarios de especies nativas, pájaros, mamíferos, anfibios, crustáceos, peces en fin, todo lo que habíamos perdido por nuestro carácter depredador y que este 2020 nos ha mostrado que las otras especies merecen respeto también, la vuelta y conservación de la biodiversidad y de estas especies es lo que nos va hacer avanzar hacia un mundo más justo y en paz.
Quizás podamos estos cuerpos de agua surcarlos con góndolas o canoas pero que el único medio de propulsión sea un canalete o una vara, sin contaminar, sin ruido, para contemplar, inclusive cuando vayamos en ellos hablar en voz baja, para no incomodar, nada de motores, ni gasolina ni diésel, ni aceite si cosas por el estilo, canoas pequeñas con grupos de 4 a 6 personas y un número limitado de ellas.
Generar actividades de contemplación, lectura y deportes al aire libre en sus alrededores, actividades culturales que nos hagan crecer como individuos.
Yo no podía creer cuando veía cruceros turísticos con más de 5 mil personas a bordo entrando con el estruendo de sus máquinas de diésel navegando por los canales de Venecia, ¿quién sería el primer salvaje que se le ocurrió hacer eso? Por eso, cuando observaba los videos de la especies marinas de vuelta a los canales de Venecia en tiempos de cuarentena, los veía como un acto de justicia mas no como una tragedia para las empresas de turismo.
Y es que si me apuran yo pienso que ninguna nave de motor debería entrar ni salir a la Bahía de las Ánimas, el que quiera transitar por ahí debe estar en una canoa o en un velero con sus motores apagados.
¿Y las naves que viajan a las islas del Rosario? Todas sin excepción deberían salir de allí, hacia el Bosque, Mamonal, Barú etc. Organizar un muelle turístico fuera de la bahía de las Ánimas para dejar que las especies vuelvan y la contaminación se aleje.
De todas maneras esta solo es mi opinión, y soñar es gratis.
Por último y pensando un poco más allá, si hay algo va en contra de los intereses de Cartagena como destino turístico internacional es la zona industrial de Mamonal, allí hay empresas que no las reciben en ninguna parte del mundo por lo peligrosas y contaminantes que son, y muchísimo menos si están a menos de 50 kilómetros de centros urbanos, pero ya se me acabó el espacio y lo dejaremos para otra ocasión.
Como siempre allí está mi email al pie de página para los que quieran escribirme sus opiniones acerca del tema y con mucho gusto les responderé
¡Un abrazo!
Álvaro Royo Bárcenas
Xiamen-China
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