Ser OPS era sinónimo de malandrín, según las repetidas arengas de William Dau, cuando era candidato a la Alcaldía. Ahora como alcalde, las OPS han ocupado un mayor porcentaje en la contratación pública, en contraste con la inversión, que ha sido reducida. El alcalde le echa la culpa a la pandemia, pero su decir contrasta con las propias cifras de sus funcionarios.
Tal ha sido el culto de Dau a las OPS que contrató a la persona de más alta confianza por este mecanismo, Cyntia Pérez Amador, por una cifra elevada y con documentos de soporte tachados de falsos.
Según el presidente de la comisión de Presupuesto del Concejo, Fernando Niño Mendoza,«a 31 de octubre 2020 hay varias dependencias que -prácticamente – no han ejecutado los recursos de inversión; sin embargo, han sido muy eficientes en gastarse grandes sumas en OPS (Órdenes de Prestación de Servicios)». «Además«, agregó, «como usted tuvo la oportunidad de escuchar, todos los secretarios y demás jefes de las Unidades Ejecutoras del Gasto reconocieron tener o haber tenido problemas con los trámites para contratar, por la falta de competencias y la concentración de funciones en la Secretaría General«.
Por ejemplo, el Ipcc, dirigido por la servil Saia Vergara, apenas ha ejecutado el 20% del presupuesto pero en cambio ha contratado 195 OPS que le cuestan a los cartageneros casi $3 mil millones. Dentro de la pobre inversión están asuntos que distan de una política seria para la cultura como el concursito «Abajo los corruptos», convocado en medio del escándalo por los certificados falsos de la Primera Dama, Cynthia Amador, también contratada por OPS. La gracia nos cuesta $80 millones.
El EPA tiene inversión $0 pero 205 OPS. Valorización solo 1% de inversión, pero 87 OPS. Infraestructura 9% de inversión pero 100 OPS. Planeación 25% de inversión pero 270 OPS. Participación solo 25% pero 261 OPS.
Según las declaraciones a revistametro.co, «Los números no mienten; mienten otros; y estas cifras nos muestran que los recursos no llegaron al pueblo, que hubo una ejecución pobre y que lo que hay es una administración que da tumbos pero no concreta. Y hay algo grave que pocos han advertido, y es que el Gobierno Nacional castiga la falta de ejecución».