Por César Pión González (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 25 de marzo 2021.- Esta predicción atormentante sobre el futuro de la humanidad y de grandes cosas que necesitamos en nuestra ciudad, afecta nuestra calidad de vida haciendo que la realidad escape a nuestro control. Y convierta nuestras emociones en detonadores incómodos y difíciles que nos hacen dudar, ignorar, confrontar y perder la confianza.
El sueño del cartagenero de los sectores deprimidos se eteriza cada vez queriendo ver a su hijo profesional competitivo y empleado, para no repetir el sufrimiento de sus padres, quienes con su piel tostada, agrietada, envejecimiento prematuro y encallecimiento de las manos es deportado al otro mundo con el sueño sepultado de dar a sus hijos lo que no pudo tener.
Cartagena tiene el 80% de sus viviendas catalogadas estrato 1 y 2 y del 100% de la ocupación laboral el 60% pertenece a la economía informal, candil que se apaga sin aseguramiento médico oportuno, y sin la posibilidad de disfrutar en economía de primas, cesantías, vacaciones, y transportes.
Ahora respóndete: ¿Cómo vives, cómo comes, eres solidario, apadrinas un hogar sin recursos, por qué te quejas que te invadan el espacio público?, que te acosen, que te roben…. si nuestros hermanos son flagelados por el abandono y la complacencia de nuestro egoísmo.
Esta incertidumbre también viaja más allá, llega a la ciudad, esa que esperamos reactivar con canalización de drenajes pluviales, caños limpios y navegables, Popa recuperada con miradores turísticos y teleféricos, islas del Rosario legalizadas y habilitadas catastralmente, central de abastos, recinto ferial y de convenciones, mercado público fortalecido y diseñado como ruta cultural, gastronómica y artesanal.
Pensemos… ¿por qué no viajamos en el mismo sentido?, es la hora de olvidar las cicatrices y proponer soluciones, la pandemia acrecentó y sacó a flote las brechas y obliga al Distrito que sea el motor de la inversión. Alcalde, hay que buscar los recursos, endeudarnos en grande así se tenga que pagar en los años venideros, pero el Plan de Desarrollo debe cumplirse y extender un crédito mucho más amplio que permita construir el pavimento continuo de las rutas al fondo de los barrios impenetrables, que genere la mano de obra estancada por el trauma del POT, replantear los contratos de concesiones, cobrar por la dormida del vehículo en el espacio público, recuperar el recurso del fondeo de los barcos no contabilizados en el área de la Sociedad Portuaria, (más de 300 mil millones de pesos) entregar lotes del Distrito en concesión para parqueaderos verticales, construir por APP muelles públicos para controlar los zarpes de naves marinas, desarrollar actividad de marina pública en la ciénaga de la Perimetral para generar un polo de desarrollo. ¡Siempre habrá un mañana si hay una reparación!