Cultura en Cartagena: Riqueza sin garantías (1) – Reportaje de Manuel Lozano Pineda

A 20 años del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena

Por Manuel Lozano Pineda (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 24 de junio de 2021.- Cartagena, a pesar de sus riquezas, dinámicas culturales y sociales es desde lo institucional-cultural una ciudad del siglo pasado. Los organismos distritales responsables de planificar, gestionar o direccionar estos procesos están a merced de la intención  e iniciativas que los alcaldes de turno tengan  y del apoyo o alianzas con los concejales. La ausencia de planes de mediano o largo plazo hacen parte del panorama. Muy poco, o casi nada está garantizado para el sector. Y en eso precisamente, radica gran parte del atraso.   Hay quienes no lo consideraron importante, y los que lo contemplaron como conveniente, no hicieron lo suficiente para incluir la cultura en sus prioridades para la ciudad.  

Esto no es una conclusión nueva, ni mucho menos un descubrimiento, ni análisis “sesudo” y profundo; es un reiterativo balance que viene haciéndose desde los primeros años en que se creó el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC), y una visión que comparten los hacedores del sector y varios de los directores de esta entidad consultados para el presente trabajo. 

Parte de los protagonistas de los últimos 20 años en el manejo del tema cultural en el Distrito son los directores del IDC y el IPCC; son ellos los que han tenido durante un periodo el liderazgo de la entidad que coordina el sector.

Fredy Durante, Araceli Morales, Angel Thorrens, Gina Ruz, Nacira Ayos, Bertha Arnedo e Iván Sanes son parte importante del proceso y gracias al balance individual que compartieron con la Revista Zetta presentamos un resumen de su experiencia, logros y lo que ellos consideran ha pasado con la institución. (Se consultó también otros ex funcionarios del Distrito, y concejales pero por diferentes compromisos no pudieron contestar) 

Igualmente, gestores, hacedores de cultura, investigadores y conocedores participaron de este balance. El economista Aaron Espinosa, el actor de teatro William Hurtado, el gestor cultural Ariel Ramos, el sociólogo Raúl Paniagua, la gestora cultural Merly Beltrán y el cantante Louis Tower completan esta revisión que intenta hacer una aproximación y radiografía actualizada de la institución.  

Veinte años del Instituto

Veinte años después de establecido el Instituto de Cultura, su panorama es incierto.  ¿Qué ha sido lo más importante desde su creación?, ¿En qué se ha avanzado?, ¿Qué propuestas hay?, ¿Cuáles son los principales aportes de los directores consultados? y ¿Cuáles han sido los desaciertos de la Institución a lo largo de su existencia? son parte de los interrogantes que nos ayudarán a entender por qué la ciudad está como está en el sector cultural.

Estudios, análisis, diagnósticos, propuestas, debates, promesas, sugerencias, artículos, columnas de opinión, especialistas, gurús de cultura, foros, denuncias, mesas de trabajo, manifestaciones, tesis, recomendaciones, alianzas, reiteraciones, protestas, planes de desarrollo que no se cumplen y encuentros hacen parte del proceso institucional cultural de los últimos 20 años que se quedaron en documentos y que poco eco han encontrado en acciones concretas y duraderas. 

«El Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena nació como Instituto Distrital de Cultura el 7 de mayo del año 2000, como un establecimiento público con personería jurídica, autonomía administrativa y patrimonio independiente, que realizaría la promoción, programación, integración, coordinación y financiamiento de las actividades culturales y festividades cívicas y populares de la ciudad y sus corregimientos.

«En febrero de 2003, según el Acuerdo 001, el antiguo Instituto Distrital de Cultura, IDC, pasó a ser el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena, IPCC, asumiendo otras funciones además de las ya establecidas por el Concejo Distrital.

«Estas nuevas funciones se basan en administrar, proteger, documentar, difundir y proyectar el patrimonio arquitectónico y tangible de la ciudad de Cartagena».

(https://www.ipcc.gov.co)

A espaldas de la ciudad

Desde sus inicios el Instituto no ha podido tener continuidad.  Sus políticas no parecen entender las necesidades de la Cartagena actual. La misión de fortalecer el sentido de pertenencia, tejido social, bienestar y los procesos culturales no han tenido la constancia, ni el seguimiento y acompañamiento que la ciudad exige. En especial proteger o fortalecer la construcción de una ciudadanía que se reconoce en su cultura, con claro sentido de su identidad y autoestima, propiciadora de procesos de inclusión, valoración y respeto por las diferencias y apostándole a la expresión abierta de las diversas manifestaciones culturales inmateriales que posee la ciudad.

Al momento de su creación el concepto de cultura predominante en el contexto urbano, respondía más a un enfoque festivo, funcional y administrativo, no a ese concepto universal, amplio, incluyente, transversal y creativo que la cultura supone en las sociedades modernas.

Aaron Espinosa, economista con Maestría en Economía y doctorando en Ciencias Económicas, empresariales y sociales de la Universidad de Sevilla, España asegura que, desde el punto de vista institucional, un avance lo constituyó hace 20 años la creación de un ente con alto grado de autonomía dirigido a gestionar los destinos del sector e incidir en la vida cultural de la ciudad. 

Aarón Espinosa

“Ese margen de autonomía no ha sido capitalizado; el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena no ha contado con una base de financiación sólida ni sostenible. A esto se suma que en algunos gobiernos no ha contado con una acertada política pública ni con ejecutores idóneos; también es cierto que el IPCC fue cooptado durante muchos años por castas políticas. Existe un sistema distrital de cultura que, si bien es un avance frente a lo que existe en otras ciudades del Caribe colombiano, no representa un espacio válido para muchos de los sectores tradicionales de la cultura ni para actores emergentes del mundo cultural local. Una parte considerable de la gestión de hacedores, emprendedores y trabajadores de la cultura se concreta por fuera de este sistema”, sostiene Espinosa.

Fredy Durante, Director del Instituto de Cultura, IDC, (diciembre del 2000 hasta octubre del año 2001) antes de llamarse IPCC, dice que  “la falta de un necesario y auténtico Plan de Desarrollo cultural (con pretensiones de proyecto amplio y bien estructurado), y con la participación de – en lo posible – toda la ciudad (y no únicamente con los actores del sector), la articulación del Sistema Distrital de Cultura con el sector educativo y en las fuentes de financiación permanente es en lo que menos se ha avanzado”.

Fredy Durante

Desde su visión como ex ministra de Cultura Araceli Morales, 2001, (y quien también fue directora del Instituto Distrital de Cultura), manifiesta que los presupuestos asignados al sector cultural deben revaluarse. “Hace falta realizar acciones que eleven la calidad de vida de las industrias creativas, mejorando sus niveles de ingresos y la dotación de equipos comunitarios y espacios públicos en donde puedan mostrar sus manifestaciones culturales”.

Chica Morales

“En relación al Patrimonio, actualmente se habla de regeneración integral y de rehabilitación, conceptos que incluyen mucho más que la limpieza y reparación de monumentos, la readecuación de espacios o la refacción de fachadas. 

“En el caso de Cartagena se necesita algo más que un Centro Histórico preservado como un museo antiguo para la visita de los turistas y el registro impecable en las películas fotográficas. Debemos trabajar por un Centro Histórico que, respetando la esencia de su pasado, preservando la belleza de sus monumentos y edificaciones, sea, por, sobre todo, un lugar vivo y lleno de energía, un sitio de encuentro, una zona donde la gente habite, comercie, juegue, estudie, converse, coma, trabaje, ame, aprenda, goce, sienta. En pocas palabras, donde la gente VIVA», señala la ex Ministra.

Ángel Thorrens, director del Instituto Distrital de Cultura (2002-2003) en el periodo del alcalde Carlos Díaz, y quien lideró la transición de IDC a IPCC, dice que después de 20 años el sector cultural oficial no se actualizó, está siendo manejado con políticas obsoletas.

Ángel Thorrens

Thorrens afirma que no se ha avanzado en el desarrollo de la cadena productiva de la industria. “Lo que sucede con el Instituto”, explica, “es como una despensa, es una oficina de contratación para que los actores desarrollen una que otra cosa y cumplan el ’Plan de cultura del año’; y con eso, realmente no se avanza. 

“Esos actores son escogidos a dedo dependiendo del interés de la persona que maneja esa área; y ahí, es donde se desarrollan todos los negocios, y al final no pasa nada”.

“Con todo esto no se ha avanzado mayor cosa, así es como se atrasa, no solo la cultura, si no el proceso para construir ciudad. Pienso que el tema de identidad es la herramienta más poderosa para lograr una verdadera transformación genuina de la gente en Cartagena”.

Gina Ruz, abogada que viene trabajando en temas culturales desde hace más de 20 años, investigadora y gestora cultural, Magíster en Desarrollo y Cultura y  directora del IPCC del 2008 al 2010,  piensa que no se ha trabajado lo suficiente en la formulación participativa de una Política Pública Cultural para el Distrito o el Plan Decenal de Cultura que entienda la cultura como eje del desarrollo humano (con enfoque de derechos e intersectorial, respeto a la diversidad, fortalecimiento de las identidades, sostenible en el tiempo).

Gina Ruz

Agrega que se debe hacer un esfuerzo por trabajar en reformar el Sistema Distrital de Cultura para fomentar y diversificar la participación, fortalecer al presupuesto público en cultura, y estrategias público privadas comunitarias para movilizar mayores recursos.

También sostiene que poco se ha adelantado en el fortalecimiento administrativo del IPCC (una planta de personal suficiente, profesional y cualificada)  y en la inclusión productiva y creativa de artistas, gestores, trabajadores de la cultura en la reactivación económica (Covid) .

Actores del sector cultural

William Hurtado, un artista de teatro con más de 25 años de trabajo, dice que el sector cultura de Cartagena lo que necesita es el “saneamiento de las instituciones de la cultura tanto en Cartagena y Bolívar, porque somos una región y no podemos pensar sólo en el ombligo de Cartagena, sino proyectar toda nuestra actividad desde y hacia todo el territorio que nos circunda. Y los entes territoriales, como máximas instancias de la cultura, responsables de la política cultural, de la inversión de presupuesto, ordenadores del gasto, claramente no lo han hecho bien.

William Hurtado

“Ha habido algunas direcciones, muy contadas, que apuntaron a una política de inversión, como la de estímulos del Departamento hace unos años, y su importancia e impacto son innegables, pero se perdió el rumbo y también lo dejamos perder y no hemos podido recuperarlo. 

“En lo local, donde más nos hemos centrado, nos hemos enfrentado a una especie de malla elástica que es la estructura del IPCC, con funcionarios que no entienden o no quieren entender la realidad de lo que los artistas y trabajadores de la cultura visionamos para la ciudad, les quedó pequeñito su feudo, pero lo tienen bien resguardado, cuidan su cuchara, claro, para decirlo en términos coloquiales, pero son palo en la rueda de lo que puede llegar a ser la Cartagena Distrito Artístico que proyectamos, aún sin ellos”, agrega William.

El cantante palenquero Louis Tower, quien lleva más de 30 años de aportes al sector, asegura no ver un tema específico en el que la cultura en Cartagena haya avanzado ́más o menos´. «Las luchas que independientemente emprendemos los gestores son ideas y proyectos que hemos propuesto por años y que se cortan cada vez que entra un gobierno nuevo.  Los gobiernos entrantes no tienen proyectos claros acerca de lo que desean desarrollar, sino que esperan las propuestas para ver cómo desangran   a los gestores y en general al sector cultural», añade el artista.

Louis Towers

Ariel Ramos, uno de los creadores del legendario y heroico Festival de Gaitas del barrio El Socorro, quien lleva trabajando 40 años en gestión cultural, afirma que «la cultura de la ciudad de Cartagena está visionada solo al centro amurallado y a nuestras Fiestas de Noviembre, y no tienen en cuenta a las diferentes actividades que se pueden dar en los barrios. Si el evento o la actividad no es realizada en el Centro Histórico no es importante. Además, no hemos avanzado en la formación de cultura ciudadana y creo eso debería ser lo primero; no se implementa nada de nuestra historia real de la ciudad en las instituciones educativas».

Ramos lamenta que “desafortunadamente los recursos siempre beneficiarán a los allegados a la administración de turno, al amigo del alcalde o al concejal que coloca la directora o el director, y los eventos que llaman grandes de la ciudad y a los que tienen privilegios».

Cerrar las brechas sociales 

Para el sociólogo Raúl Paniagua, el sector cultural no ha tenido el tratamiento integral que Cartagena necesita. Desde la creación del IPCC, para él “todos los sectores populares han sido excluidos y no han sido involucrados en las propuestas culturales. Los corregimientos, tanto de la Bahía y los de la Zona Norte tienen una inmensa riqueza cultural, en danza, música, gastronomía, coreografías; y en general, las expresiones culturales populares siguen siendo invisibilizados y excluidos; uno ve que es muy raro que se les escuche a los jóvenes, sus manifestaciones siguen siendo marginales”.

Raúl Paniagua

Aaron Espinosa, junto a Daniel Toro González realizaron para la Universidad Tecnológica de Bolívar el estudio “La participación en la vida cultural en Cartagena, 2008 -2013”, sugiere, en esa investigación, que el diseño de las políticas culturales debería tener un enfoque territorial, que apunte a cerrar las brechas sociales y económicas de participación.  “Es decir, es necesario que se fortalezca la capacidad de inversión cultural del Distrito, se diversifique la oferta pública y se mejore el rango de opciones de participación en los estratos socioeconómicos más bajos y en las zonas rurales, cuya población se concentra en áreas específicas del territorio”. 

Actualmente Espinosa considera que “el sector cultura requiere una institucionalidad más fuerte. Cartagena cuenta con un Instituto con una débil e insuficiente estructura de financiación”.

El economista explica que “Los recursos de inversión del IPCC ya venían debilitados -fruto de un deficiente diseño institucional- pero se han deteriorado a raíz de la más reciente reforma tributaria que le redujo la fuente de recursos de inversión otorgados en su creación. Los años de grandes inversiones han sido la excepción, no la regla: en 2011 con la celebración del Bicentenario de la Independencia, y en 2017 gracias también a una decisión discrecional del alcalde de turno. Esto ha hecho que Cartagena invierte por habitante mucho menos que ciudades de tamaño similar y que las cinco principales del país, con las cuales tenemos que compararnos (gráfico 1). Así, Cartagena invierte en sus habitantes cinco veces menos que Bucaramanga y casi siete veces menos que Barranquilla (gráfico 1)”.

“Esto demuestra que los recursos de apoyo a procesos de formación artística y cultural, investigación, construcción y ampliación de infraestructuras, bibliotecas, entre otros, son muy insuficientes para promover el derecho a participar en la vida cultural de amplias franjas de la población local.

Gráfico 1. Inversión cultural por habitante en Cartagena y principales ciudades colombianas, 2020

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Fuente: Elaboración propia con base en CHIP-Minhacienda. AE.

Iván Sanes, director del IPCC en 2018-19, y actual director del Instituto de Cultura y Turismo de Bolívar, opina que donde menos se ha avanzado es en el fortalecimiento financiero. Se requieren fuentes de ingreso sostenibles y que vayan en ascenso.

Iván Sanes

 

“Se requiere urgentemente una reforma tributaria en todos los niveles que modifique la ley y los diferentes estatutos para que le llegue un poco más de dinero al sector. Se requiere urgentemente bolsas de estímulos para fomentar el acceso a la cultura como derecho», considera Sanes.

Por su parte Nacira Ayos, directora del IPCC en 2013, afirma que se ha dado poco avance en la generación de capacidades en representantes del sector cultural para la creación de estrategias que les permita el fortalecimiento de la industria cultural.

Nacira Ayos

Entre las más recientes directoras del IPCC está la comunicadora social,  Magister en Comunicación, Especialista  en Gerencia Empresarial, Doctoranda en Comunicación, docente investigadora de la Universidad  de Cartagena,   Bertha Arnedo, (2016 al 2018); ella considera que donde menos se ha crecido es “en el fortalecimiento de la política pública sobre patrimonio cultural”. 

Dice que hace falta trabajar en el  fortalecimiento, ampliación y optimización de los equipos de trabajo (recurso humano, técnico y tecnológico) en la medida de los crecimientos, desarrollos y retos de la ciudad.

Bertha Lucía Arnedo

Arnedo detalla que “la ciudad maneja hoy 18 bibliotecas con el presupuesto de hace 10 años cuando tenía la mitad, por ejemplo. Y existe un solo cargo de tiempo completo para administrar, hacer seguimiento y sancionar el tema de patrimonio material inmueble. Una sola persona 24 x 7, los 365 días del año, dependiendo de otros profesionales contratados por OPS a quienes no se les puede tener todo el año ni se les exige tiempo total disponible. Un presupuesto, para la anualidad, de 400 millones para administrar uno de los centros históricos más importantes del mundo no es suficiente y no se corresponde con la distinción y la responsabilidad institucional”.

“Tampoco se ha avanzado en la mirada del patrimonio cultural como un elemento transversal a la construcción de la ciudad en todos sus ámbitos (político, económico, comunitario, deportivo, social, turístico, medio ambiental, de planeación, entre otros).

“Así como tampoco hay continuidad en la postura de largo plazo de ciertos procesos y proyectos administración tras administración para lograr resultados. Ejemplo: Hace casi 3 años logramos la aceptación de la postulación de las Fiestas de Independencia para su declaratoria como patrimonio. La tarea era hacer el Pes en menos de 2 años y aún no se avanza en eso», agrega Arnedo.

Pocos avances

Merly Beltrán, quien lleva 15 años trabajando con su proyecto “Tu Cultura” y ha participado en la Junta Directiva del IPCC sostiene que la cultura no ha avanzado en Cartagena, hay un letargo y un confort de hacer las mismas cosas de la misma manera sin innovación y creatividad.

Merly Beltrán

“En mi experiencia con “Tu Cultura” ha sido un proceso bastante fuerte, hice parte de la Junta Directiva del IPCC y sé que realmente es un ente parásito que no aporta mucho”. 

«Consideró que no hay adelantos ni siquiera en políticas públicas. He participado en mesas y nunca se queda en nada, al final colocan en los planes de desarrollo lo que ellos quieren. 

«En el 2019 adelantamos “Cartagena es Creativa” y se hizo caracterización de libreros y dulceros, pero aún falta mucha tela por cortar. 

«No se ha avanzado en reconocer el sector y sus problemáticas para dar soluciones urgentes. Todo se queda en maquillaje y acciones sin resultados a corto, mediano y largo plazo. Yo pienso hay que trabajar urgente en caracterización de actores culturales, conocer sus necesidades y sobre eso armar los proyectos. Enfocarse en temas de Turismo Cultural Sostenible que impulse acciones de desarrollo económico en el territorio».

Lo que sigue

Durante los años de existencia, el IPCC ha tenido momentos de optimismo, hay periodos donde se han logrado avanzar temas muy puntuales, pero no de manera integral. Hay quienes consideran el Centro Histórico y las Fiestas de Independencia o noviembre como una trampa, otros están convencidos que es una de las bases para desarrollar la ciudad desde lo cultural.

Hay quienes señalan que los malos momentos en el Instituto son una constante desde su inicio. Otros, encuentran periodos buenos con funcionarios que le apostaron a un tema específico.  Hay gestores y ex funcionarios que destacan acciones acertadas que por falta de seguimiento y continuidad se estancan y se diluyen en medio de las nuevas prioridades que al final a lo único que le hacen continuidad es a la incertidumbre del sector; otra parte, piensa que los debates y acciones están dirigidos principalmente a las bellas artes, cuando el concepto de cultura es muchísimo más amplio. En la próxima entrega de este breve balance conoceremos los logros de los directores entrevistados, qué pasa con la cultura en estos tiempos de pandemia, el Centro Histórico, las Fiestas de Independencia y lo que una buena parte considera es lo urgente sobre lo cual se debe trabajar.