Cartagena de Indias, 5 de septiembre de 2021.- Tienen un pasaporte permanente para la aventura, el drama, la historia, el misterio, el heroísmo, la intriga o la pasión. Los viajes comenzaron hace tres años, y cada mes hacen una parada para tomarse un vino, cenar en grupo y compartir las experiencias de cada expedición.
Tienen, además, una salvaguarda especial donde la pandemia no les impidió seguir viajando. Mientras todo se detuvo en cuarentena, ellas mantuvieron su peregrinación por distintos mundos.
Ellas son 16. Ni una mas, ni una menos, y así quedó esculpido en mármol. Conforman el Club de Lectura “Letras para el Alma”, un colectivo donde leer es un hábito regocijante, edificante, ameno y constante.
No es un mero encuentro de amigas para contarse desprevenidamente lo que encontraron en un libro, sino un ejercicio serio y organizado, a la vez divertido, de lecturas programadas.
Tan serio es el asunto, que tienen unos estatutos donde regulan todo el funcionamiento del club, y tan ameno es que una regla no escrita pero de imperativo cumplimiento es que no hay reunión sin vino ni buena comida.
Para ponerse de acuerdo en la lectura que emprenderán, cada año definen una temática mensual, y cada mes proponen autores y obras de esas temáticas, y la decisión se toma por votación secreta. El tercer jueves de cada mes es la cita, y es de admirar el notable nivel de cumplimiento, en medio de las actividades de cada una. Todas son profesionales en distintos sectores, pero tienen en común dos cosas: la devoción por la lectura y que todas tienen sus hijas estudiando en el mismo colegio.
Precisamente, el club surgió de una conversación casual en una reunión escolar, y tres de ellas se identificaron con la afición por la lectura y la idea de compartirla. Invitaron a otras madres y, aunque sumaron una veintena, terminaron siendo 16 las integrantes.
Para darle estabilidad al club, pronto se fijaron normas como las del tipo de lectura que no abordan, como libros de poesía o de superación.
El primer libro leído en conjunto fue “El amor en los tiempos del cólera” de Gabriel García Marquez, y el mas reciente fue “La Divina Comedia” de Dante Alighieri, precedido de “El Gran Gatsby” de F. Scott Fitzgerald. El título para este septiembre es «Las lágrimas de Isis» del español Antonio Cabanas.
En el menú de temáticas a escoger hay distintos tópicos, como clásicos, libros llevados al cine, biografías, novela histórica, autores distinguidos con Premio Nobel, misterios, e incluso cuando se anuncia el Hay Festival buscan la obra de un escritor invitado.
Cada mes eligen a una moderadora, que se encargará de conducir la discusión, en donde todas participan con una metodología donde abordan la vida, obra del autor y su escuela literaria, el género, subgénero y un análisis detallado del libro leído con aspectos tales como su estructura, figuras literarias empleadas, tiempo narrativo, descripción de contexto y ambientes, argumento, y una valoración personal de cada una de las lectoras, entre otros.
Es la manera en que ha decidido compartir su afición, y se ha consolidado tanto en sus vidas, que sus entornos familiares respetan sus tiempos de lectura y, sobre todo, saben que el tercer jueves de cada mes es la cita literaria.
Cada una tiene su propia metodología de lectura y amolda sus horarios. Alguna destina 30 minutos diarios; otra dedica los fines de semana; aquella bloquea una tarde, y algotra consagra las noches. Lo importante es tener la tarea hecha y participar.
El crecimiento en el nivel de lectura y la misma dinámica del club propició que tuvieran el acompañamiento de un experto académico, que con sus indicaciones les ha ilustrado sobre mejores formas de asumir determinada lectura, con resultados satisfactorios.
El Club de Lectura Letras del Alma es uno de los más reconocidos, consolidados y estables de Cartagena, y ha servido de inspiración para otros clubes. Por ejemplo, en la empresa donde trabaja de una de sus integrantes, ya hay un club de lectura.
Ellas facilitan sus estatutos para que sirvan de referencia, comparten sus experiencias y alientan a lectores a conformar clubes. También hacen intercambios con colectivos de otras ciudades, como viene ocurriendo con un club de Sincelejo. También hay un club que se bautizó “Letras flacas” porque los libros que leen no pueden superar 150 páginas. Como se observa, cada club se da su propia normatividad.
En tiempos donde las redes sociales y las nuevas tecnologías hacen que la lectura sea de apenas unos caracteres, o su contenido sea informativo, o intrascendente, existe toda una corriente de resistencia que reafirma el goce de leer y corrobora que cada libro es un nuevo mundo y un gran amigo. Todo un tesoro.
Club de Lectura Letras para el Alma Cartagena:
Ana Patricia López
Lina Gómez
María Claudia Fernández
Tatiana Díaz
Mónica Fernández
Eliana de la Peña
Alexandra Mass
Ana Lucía Espinosa
Glenda Acevedo
Miriam Palacios
Ana Karena Monterrosa
Angélica González
Carmen Robles
Mayra Sotomayor
Vivi Yidios
Liseth Saer