Por Ambrosio Fernández (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 7 de septiembre de 2021.- La pandemia continua avanzando en Cartagena y en el mundo y las cifras que deja esta situación engloban un drama social de proporciones alarmantes que se extenderá por muchos años y que si no lo manejamos de la manera mas adecuada, se convertirá en una trampa para el progreso de las ciudades. Para el caso de Cartagena, insisto que son demasiados hogares que se están yendo a dormir con hambre, hogares donde hay niños que probablemente y de acuerdo a la evidencia científica, van a ver truncado su correcto crecimiento y desarrollo y por ende su aprendizaje y formación, lo que inevitablemente hará que estos niños y niñas pierdan posibilidades para mejorar su calidad de vida en el futuro y puedan ser educados para cambiar las costumbres que nos mantienen sumergidos en este deterioro.
En contraste con este panorama, se comienzan a cumplir nuevamente las agendas electorales con todo el característico despliegue económico y publicitario que en estos tiempos se hace mas notorio por las estrategias que utilizan en las redes sociales para fortalecer a los aspirantes en campañas, quienes en esta ocasión, tocarán las puertas de muchos hogares donde encontraran solo desesperanza y desilusión, una sociedad como la nuestra que padecía de una depresión colectiva, seguramente verá aumentada su frustración con las experiencias dolorosas que muchos hogares han experimentado durante estos últimos años y que la situación facilitará que depositen sus sueños en una bolsa de promesas electorales que muy difícilmente lograrán materializarse.
Este reflexión desalentadora seguro dará pie para que recordemos una frase que he mencionado en otros escenarios, “toda crisis trae una oportunidad” y estoy seguro que en esta ocasión no es la excepción, pero estoy convencido que el camino mas expedito que podremos encontrar para salir de esta crisis, es siendo solidarios en la búsqueda de un mejoramiento colectivo de la calidad de vida como ciudadanos.
Los días pasan y cada vez nuestro tejido social se encuentra mas fuertemente golpeado, se requieren acciones contundentes y estratégicas en el mediano y largo plazo que van más allá de repartir mercados, pavimentar una calle o dar declaraciones mediáticas en redes.
El hambre, la pobreza y la desesperanza en Cartagena son una realidad, su lucha requiere decisiones contundentes, pero también un gran diálogo social que genere confianza y esperanza; que logre unir un pueblo tan fragmentado por las crisis políticas y que genere esa tan anhelada luz de certeza que contribuyan a romper ese ciclo vicioso que nos ha hecho tanto daño como sociedad.
Ambrosio Fernández
Twitter: @ambrosiofma