Yahira Valencia y Torocueros Marroquinería, calidad con impacto social, ambiental y cultural

Cartagena de Indias, 8 de septiembre de 2021.- Además de fábrica, bodega y punto de venta, su casa es el hogar donde le pone amor y color a todos los productos de Torocueros Marroquinería.

Doce años atrás, Yahira Valencia llegó de Cúcuta y caminó por todos los puntos turísticos de artesanías ofreciendo sus productos de cuero, y hoy es una empresaria reconocida por la variedad, colorido, originalidad y calidad de sus productos, tanto los elaborados en ese material como en lona también.

Son 10 personas las que conforman el equipo que fabrica, confecciona y comercializa bolsos, gorras y empaques, con llamativos diseños y gran calidad traducida en cada detalle.

Yahira proviene de una familia nortesantandereana dedicada a la marroquinería, y desde Cúcuta le llega la materia prima del cuero para procesarlo y convertirlo en las piezas que comercializa. También tiene proveedores de lona natural con los que confecciona diferentes tipos de bolsos, lo mismo que coloridas gorras, empleando diferentes técnicas de coloración y estampado.

En 2008 registró su empresa en la Cámara de Comercio de Cartagena y desde entonces ha sido asidua participante en programas y actividades de formación y acompañamiento empresarial, y por eso fue una de las primeras en enterarse del programa Ruta Mujer Emprendedora, donde ha encontrado valiosas herramientas para optimizar su emprendimiento.

Considera que Torocueros Marroquinería y su marca “Fival” apuntan a consolidarse como un emprendimiento de triple impacto: social, ambiental y cultural.

Vive agradecida con Cartagena, con su Cámara de Comercio y con el gremio artesanal, que le abrió las puertas en las ferias que organizaban, y donde se dio a conocer y pudo ampliar y afianzar su red comercial.

Yahira Valencia tiene espíritu solidario y liderazgo social, y a la par de su actividad económica también es gestora cultural, pues está comprometida con la defensa y promoción del patrimonio material e inmaterial de Cartagena de Indias, ciudad que aprendió a amar como si fuera nativa.