Por Álvaro Royo Bárcenas (Especial para Revista Zetta).- (Xiamen – China).- 9 de enero de 2022.- Hay franjas de la economía que por su importancia para la salud financiera de un país y de una ciudad deberían ser analizadas más a fondo, desmenuzarlas, mirarlas, retirarse, volver a mirar, para buscar como darles la vuelta y ponerlas al servicio de más personas, nos hemos quedado con lo que creemos que debe ser así, y está lejos de serlo. No debemos dar absolutamente nada por resuelto
Hace unos meses leía un clasificado de una empresa la cual buscaba conseguir personal, una empresa de construcción para ser más exactos; el aviso buscaba arquitectos e ingenieros para trabajar de lunes a sábado, que tuvieran carro preferiblemente y las condiciones salariales me parecieron totalmente absurdas, alejadas de la realidad, detenidas en el tiempo, quizás de 20 años atrás, pero no, era un anuncio del 2021, arquitectos e ingenieros para trabajar en la ciudad de Cartagena, 5 años de experiencia con vehículo preferiblemente para laborar de lunes a sábado, salario mensual $2.200.000.
¿Yo me preguntaba si este señor podría sobrevivir con ese salario? Sacar las cuentas de lo que se iba a gastar en gasolina alimentación etc. y luego lo que quedara para arriendo, agua, energía, alimentación de su familia, colegio de sus hijos etc. uffff. Algo está mal, y desde hace rato, y lo más complicado es que como nos acostumbramos a vivir así entonces creemos que es así y no lo es.
El mundo viene luchando contra los monopolios desde hace muchos años, y hay unas líneas complicadas de definir entre lo que decía el ingenuo de Adam Smith hace siglos cuando hablaba de la mano invisible y reguladora del mercado, y hay conceptos que de repente hace 300 años podrían ser reveladores de acuerdo a las condiciones de la época donde habían menos de 800 millones de personas, pero Adam el ingenuo Smith, nunca imaginó las condiciones del mercado a día de hoy en un mundo con 8 mil millones de personas y donde billones piensan que el dinero lo es todo y por lo tanto están dispuestos a hacer todo por dinero.
Hasta ofrecer $2.200.000 a un profesional por un mes de trabajo.
El tema es que entre monopolios y la mano invisible y perversa reguladora del mercado unos pocos están jodiendo a la gran mayoría.
Digo monopolios porque para mí aunque no parezca, las compañías constructoras tienen el control total de la cadena de todo lo que tiene que ver con esta parte tan importante para la economía como es la construcción: el constructor compra el terreno, diseña el proyecto, urbanismo, paisajismo, estructura y acabados, hace todo el proceso de legalización de la obra etc., como se dice en la calle se la comen toda.
Luego contratan a profesionales mal pagos, compran los materiales en China y luego las utilidades las sacan del país, no quiero decir con esto que este es un estándar que todos siguen, pero si es lo que hace una gran mayoría, es por esto que las grandes empresas constructoras son pocas, hay otros que se arriesgan siguiendo el mismo modelo, porque es como se ha hecho desde siempre.
Y cuando uno habla de democracia cree uno que solo es para elegir cargos populares, también estamos lejos de la realidad, la democracia debe existir en la economía también, y cuando Adam, el ingenuo Smith, creó sus conceptos de la mano invisible reguladora del mercado se vivía en monarquías, entonces poco se parecía también en eso a lo que tenemos hoy, democratizar las cadenas de los negocios o de ciertos sectores de la economía para que las utilidades de estas actividades lleguen a la mayoría posible es cuando estamos practicando verdadera democracia, y lo que tenemos hoy es una tiranía, una dictadura por parte de las empresas constructoras, no por culpa de ellas al final, por culpa del estado que no se ha puesto a desmenuzar al detalle estas actividades de manera que puedan ser mejor aprovechadas para generar más empleos y mejores ingresos.
¿Y cómo hacemos para que los ingresos de la construcción sirvan para crear más empresas y estos lleguen a muchísima más gente?
Voy al modelo que conozco y con el cual se viene trabajando acá por décadas, el gobierno ha dividido a las empresas de urbanismo, estructura, paisajismo y acabados con sus licencias específicas y cada una llega hasta donde la ley se lo permite, salirse de allí o realizar actividades para la cual su licencia no aplica es motivo para sanciones severas.
Las empresas que construyen edificios para vender sus apartamentos deben entregar estos en obra gris, el edificio debe estar terminado en sus zonas comunes, paisaje, accesos y fachada. Luego de esto, los propietarios quedan en libertad para contratar a la empresa que deseen para decorar interiormente sus apartamentos, pareciera un tema menor pero no es así, ya que si tenemos por ejemplo un edificio con 100 apartamentos, pueden entrar a hacer los acabados de estos 100 pequeñas empresas diferentes, esto quiere decir, 100 arquitectos, 100 maestros de obra y digamos varios cientos de obreros, ya la empresa constructora grande no estará allí y estos materiales se comprarían en el mercado local y esto daría más poder adquisitivo a miles de personas que antes no lo tenían porque simplemente todo estaba concentrado en unas pocas manos.
Como siempre allí está mi email al pie de página para los que quieran escribirme sus opiniones acerca del tema y con mucho gusto les responderé
¡Un abrazo!
Álvaro Royo Bárcenas
Xiamen-China
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