Ser parte de la nómina oficial anuló las convicciones que se le distinguieron y mostró su versión más descafeínada, de baja gestión, alta politiquería y sumisión abyecta a Dau.
Cartagena de Indias, 19 de enero de 2022.- Desdibujado y errante, David Múnera ha terminado una de las mas prometedoras carreras políticas para encabezar la fila de las decepciones.
Mientras fue concejal se distinguió por posiciones verticales, sentido crítico y vergüenza política, tanto que se le auguraba una carrera rutilante hacia el Palacio de la Aduana.
No obstante, ese fue el primer campanazo del debilitamiento de su entonces robusta imagen. Claudicó para endosar su apuesta a la Alcadía para apoyar a Nabil Báladi, empresario de los medios de comunicación, y tiempo después terminó aliado con el ganador de la contienda, William Dau. Aunque se empecinó en justificarlo como un acto solidario en la lucha contra la corrupción, la sensación de oportunismo fue inmediata.
David Múnera pasó a engrosar la nómina oficial de la Alcaldía de Cartagena en calidad de Secretario del Interior y de inmediato se vio que la camisa le quedaba grande o que el traje era prestado. En dos años los resultados fueron elevados en materia de contratación de OPS y robustecimiento de su frondosa clientela, en contraste con los resultados para la ciudad, carente de políticas serias para enfrentar la creciente y rampante criminalidad, la convivencia con el paro nacional ordenado desde la extrema izquierda, el desorden en el espacio público, la ruptura del diálogo con sectores como el mototaxismo y los trabajadores de playas ante el proyecto de protección costera, la debacle en atención a víctimas, deterioro de los derechos humanos y frustración de las inspecciones de policía, entre otros escenarios de su inusitada mediocridad.
Punto y aparte su sumisión abyecta a todos los actos, púdicos e impúdicos, de su jefe William Dau, algo que el otrora concejal Múnera jamás habría aprobado. Las gruesas rodilleras del cargo amortiguaron la vergüenza.
Ahora fuera de la Alcaldía y con sus finanzas sobre rieles, podrá meterse de lleno en la contienda electoral de marzo, apoyando la candidatura de sus preferencias, y allanando el camino para presentarse como candidato a la Alcaldía:
Cuando tuvo un halo de probidad no lo hizo, y ahora exudando hollín pretenderá serlo.