Cartagena de Indias tiene mucho por hacer para garantizar condiciones de trabajo decente a sus habitantes

Cartagena de Indias, 15 de junio de 2022. El día jueves 9 de junio del presente año se presentó el libro «Trabajo decente en Cartagena de Indias», una perspectiva desde la informalidad y equidad de género, el cual es el resultado de una investigación liderada por la Fundación Movimiento por la Paz, la Fundación Hogar Juvenil, la Red de Empoderamiento de Mujeres de Cartagena, Sintraimagra, y realizada con el soporte técnico del Centro de Investigaciones Científicas del Caribe CiCaribe; y con el apoyo financiero de la cooperación internacional a través de la Red Europea Solidar y la Unión Europea.

El estudio se desarrolló durante el segundo semestre de 2021, y comparó a la ciudad heroica con sus similares de Barranquilla y Montería. En la investigación se confirma que la situación económica y social de los hogares cartageneros es alarmante y preocupante, la cual empeoró por causa de las medidas económicas restrictivas adoptadas para mitigar la pandemia del covid 19, tal como se había conocido durante los años 2020 y  2021 mediante los resultados de la encuesta de Pulso Social del DANE. El cierre de las actividades productivas causó un mayor desempleo y una mayor parte de la población tuvo que obtener su sustento diario a través del rebusque en la economía popular. A esto se suma, la presión que se da en el mercado de trabajo local como consecuencia de la llegada de migrantes en busca de mejores oportunidades laborales. En términos generales, en la ciudad aumentó la pobreza llegando a los niveles que se tenían hace más de 10 años. En el caso de Barranquilla y Montería, la situación es muy similar.

Lo anterior se vio reflejado en el comportamiento de los indicadores que miden las dimensiones y factores que explican el trabajo decente. En casi todos los indicadores Cartagena de Indias presentó un deterioro en el año 2020, en comparación con el año inmediatamente anterior. Así mismo, esta situación golpeó en mayor medida a las mujeres, puesto que en la mayoría de los indicadores estimados, éstas se encuentran en una situación más desfavorable que los hombres. Así por ejemplo, en todos los indicadores que miden la dimensión Oportunidades de empleo, como son: Tasa de ocupación, Tasa de desempleo, Tasa de informalidad, Tasa de desempleo juvenil, y Tasa de jóvenes que no trabajan ni estudian, las mujeres registraron resultados  menos favorable que los hombres, y en varios casos, la diferencia es bastante amplia, como en el indicador de Tasa de ocupación, en la cual los hombres presentaron una tasa de 56,5% en 2020, mientras que las mujeres registraron una tasa de solo 36,4%, es decir, más de 20 puntos porcentuales de diferencia. En otras palabras, de cada 100 hombres que están en capacidad de trabajar y desean hacerlo, 56 consiguen hacerlo; mientras que en el caso de las mujeres, de cada 100 que presentan esta misma condición, solo 36 pueden encontrar trabajo. Esto se ve reflejado en la tasa de desempleo, que mientras en los hombres fue de 11,5% en 2020, en las mujeres fue de 18,8%, es decir más de 7 puntos porcentuales de diferencia, lo que significa que a las mujeres se les hace mucho más difícil conseguir empleo en la ciudad. 

El comportamiento diferencial entre hombres y mujeres, se mantiene de manera estructuctural como un rasgo común en todos los demás indicadores que miden el trabajo decente, por tanto, en términos generales, Cartagena presenta condiciones de trabajo decente poco favorables, pero esta situación empeora en el caso de las mujeres. Esto quiere decir, que las mujeres se enfrentan a peores condiciones de trabajo decente en sus ocupaciones laborales.

En materia de protección y seguridad sociales se destaca que en Cartagena, de cada 100 personas en edad para recibir pensión, sólo 16 se encuentran pensionadas, y para el caso del género femenino, solo 12 de cada 100 mujeres en la misma condición, reciben pensión. Así mismo, menos de la tercera parte (27,5%) de la población económicamente activa en la ciudad se encuentra cotizando a un fondo de pensiones en la actualidad, es decir solo 1 de cada 3 personas en condiciones para hacerlo, lo que hace insostenible el sistema pensional y predice una situación incierta hacia el futuro para la generación del presente en materia de seguridad social en la vejez. Por su parte, del total de la población ocupada o empleada en Cartagena, solo la tercera parte se encuentra cubierta frente a riesgos laborales.

También existe cierto desincentivo hacia la educación superior de los jóvenes por parte del mercado laboral, dado que entre más capacitado y niveles de formación tenga una persona en edad y capacidad para trabajar, más difícil se le hace conseguir empleo en Cartagena, dado que la tasa de desempleo juvenil aumenta a medida que aumenta el nivel de estudios o formación de los jóvenes.

Por otro lado, muy a pesar de la crisis económica que ha ocasionado la pandemia, las personas que participaron de una encuesta se muestran optimistas, dado que la mayoría de ellos percibe que podrá seguir ejerciendo su actividad y que tiene estabilidad laboral, no obstante, es evidente que hay diferencias sustanciales entre los trabajadores formales e informales; aquellos que no tienen ningún estudio y que solo han tenido la posibilidad de culminar el preescolar se dedican netamente al trabajo informal, mientras que aquellos que terminaron una carrera técnica/tecnológica y universitaria, en su mayoría, logran obtener un empleo formal. Es revelador que para los informales, solo el 10,8% considera que tiene posibilidad de pensionarse, mientras que el 63% de los formales asegura que tiene dicha posibilidad. 

En materia de igualdad de oportunidades, más del 30% de las personas encuestadas afirmó sentirse discriminado, y más de la mitad de los trabajadores informales o de la economía popular se siente discriminado en Cartagena, precisamente por ser trabajador de la economía informal o popular. Más de un 60% de los mismos manifestó haber sido victima de hostigamientos por parte de un privado a autoridad pública. Hay que tener en cuenta que 80% de las personas encuestadas obtienen menos de $50.000 de ingresos diarios por su actividad laboral, y un 22% obtiene menos de $20.000.

Para las personas encuestadas, los factores más importantes para asegurar el trabajo decente son contratos por escrito y sindicatos y asociaciones fuertes, contrario a esto, los factores que impiden a Cartagena disponer de trabajo decente y digno son las horas extras no remuneradas, horarios no decentes e indignos, salarios bajos y desigualdad de oportunidades y trato en el trabajo.

Algunas de las recomendaciones del estudio son:

  • Promover como sociedad una agenda política que incentive el trabajo decente, priorizando el desarrollo económico y el empleo estable y bien remunerado, garantizando los derechos de las trabajadoras y trabajadores 
  • Promover una política pública de desarrollo económico incluyente y empleo, que genere las condiciones estructurales para lograr un crecimiento económico sostenido y sostenible, acompañado de mayores y mejores oportunidades de empleo digno y de calidad, que permita la superación de la pobreza y logre mejores condiciones de calidad de vida de las cartageneras y cartageneros. Esta política pública debe ser diferencial con enfoques de genero y demás grupos poblacionales históricamente excluidos como la población afro. Así mismo, debe contener elementos centrales que resuelvan problemas estructurales de la economía local como la promoción del emprendimiento, el desarrollo y fortalecimiento empresariales, los encadenamientos productivos, la transformación productiva, la competitividad, la innovación, y la diversificación de exportaciones.
  • Implementar un plan de choque a través de una renta básica de emergencia o ingreso mínimo vital dirigido a la población en condiciones de pobreza extrema.
  • Incrementar el apoyo a las mujeres emprendedoras, facilitando su acceso a microcréditos, a capital de trabajo y a asesoria para la consolidación de negocios rentables y sostenibles.
  • Apoyar los programas de financiamiento que suelen apoyar el emprendimiento femenino.
  • Elaborar un plan de choque para mejorar las condiciones laborales de las mujeres Cartageneras. Las autoridades públicas, empresas, gremios, y todas las entidades competentes, deben apuntar a este Plan.
  • Promover la implementación de programas de financiamiento para los trabajadores/as informales. 
  • Impulsar espacios para el fortalecimiento de nuevas formas de sindicalización en la ciudad, que incluyan las economías informales.
  • Impulsar la reactivación de la pequeña y mediana empresas (PYMES) y la digitalización de las mismas.
  • Fomentar la cualificación de la mano de obra en la ciudad.
  • Estudiar las condiciones de trabajo decente por sectores productivos
  • Impulsar programas institucionales que incentiven el empleo juvenil e impulsen la empleabilidad de las mujeres en los diferentes sectores productivos de la ciudad
  • Dignificar a las trabajadoras y trabajadores de la economía popular.

Fin del boletín.