La responsabilidad capital de los  ”abogados” y malos jueces en la inseguridad actual – Opinión de Álvaro Royo desde Xiamen

Por Álvaro Royo Bárcenas (Especial para Revista Zetta).- (Xiamen – China).- 20 de noviembre de 2022.- Todos claman por más pie de fuerza, todos piden militarizar Cartagena, y pudiéramos traer un millón de efectivos, uno por cada ciudadano, pero eso no va a servir absolutamente de nada mientras exista un grupo de abogados de garaje dispuestos a abrirles la puerta nuevamente a los delincuentes para ponerlos en libertad por un plato de lentejas.

Plato de lentejas que nos cuesta mucho, paga un precio muy alto Cartagena en vidas humanas y millones de dólares por como esta inseguridad permanente afecta a todos los sectores económicos de la ciudad por este grupo de gallinazos que se mantienen merodeando alrededor de la Fiscalía, juzgados y cárceles, entrando a ellas todo el tiempo para conspirar en contra de todos los ciudadanos.

Cada robo de celular, cada asesinato, cada violación, sicariato tiene un componente de peso en esta mala interpretación que le hacen a la ley el brazo jurídico de la delincuencia, como debería llamarse a estos abogados miserables, la muerte de personas inocentes es culpa de ellos porque si no existieran y la justicia funcionara realmente como debería de funcionar las noticias más relevantes de Cartagena de repente serían el rescate por parte de los bomberos de un gato que no se podía bajar de un árbol.

Pero no, gracias a ellos tenemos un aparato de justicia que no cuida celosamente de que esta se aplique de manera rigurosa, sino que están dispuestos a valerse de cualquier argucia contenida en las zonas grises del sistema para cobrar por repartir injusticias y por esto vemos malhechores de todo tipo con muchas entradas a la cárcel porque sus procesos han sido torcidos de manera deliberada con dilaciones, compra de jueces, vencimiento de términos y todo lo que sea necesario para concederle la libertad a todos los detenidos y mantener a  Cartagena atemorizada y acorralada.

Y esto se vuelve un permanente círculo macabro ya que todos miran a la policía y su responsabilidad en la inseguridad y si se hace un análisis más detallado y profundo, no son tales los errores que se le pueden achacar a esta, vemos a los agentes del orden batallando en el día a día y cuando se enfrentan a los criminales los protocolos de no agresión los dejan con poca capacidad de defensa, tienen que esperar a que estén en posición realmente de peligro inminente para poder hacer uso de su dotación y esto es un verdadero error ya que quien debe someterse a la autoridad es el delincuente y debería estar enterado que a la mínima señal de agresión a la fuerza pública esta autorizada por la constitución y la ley de disparar a matar, si a matar. Pero no, no es de esa manera, la policía sabe que no puede disparar a matar y el delincuente sabe que tiene una ventaja de anticipo para agredir a la autoridad y allí es donde se tuerce todo.

Luego este mismo policía con familia y futuro que puso en riesgo su vida para poner al bandido tras las rejas se encuentra con ese mismo bandido a los pocos meses en las calles nuevamente, me decía un abogado amigo que la justicia en Colombia está diseñada para ángeles, creo que tiene razón, pero yo le agregaría está diseñada por demonios para que estos sean juzgados como ángeles, pero es que no se está juzgando a nadie, o por lo menos ese porcentaje de condenados creo no llega al 10 %, si, así como lo leen, la justicia en Colombia es fallida por unos factores u otros en un 90%.

¿Qué produce todo esto en la fuerza pública? Un sentimiento interno y generalizado que puede llegar a paralizarte y a volverte laxo en tus funciones y que no es algo menor que se llama DESMOTIVACION, pareciera una perogrullada, pero si no estás motivado por algo es muy posible que no lo quieras sacar adelante, que los procesos a tu cargo estén condenados al fracaso porque no existe esa chispa adicional para cumplir con tu deber, y saber que esa motivación es de una valor extremadamente importante.

Creo todos recordamos el incidente ocurrido con unos fleteros en Bogotá que asesinaron a un agente de la DEA y fueron muchas las semanas que los delitos en la capital bajaron en porcentajes dramáticos por el miedo que existía entre los delincuentes a ser capturados y extraditados, esto debería servir como base para legislar de manera dura y sin medias tintas contra estas bandas que se aprovechan de nuestro sistema de justicia enclenque, manipulable y raquítico que con la ayuda de estos gallinazos mal llamados abogados envalentonan a los bandidos y nos hunden en esta inseguridad y miedo permanente que paraliza a las ciudades y a su gente.

Seguir pidiendo más pie de fuerza es continuar buscando el ahogado rio arriba, y si es muy complicado cambiar la legislación vigente entonces enfilar baterías y cañones contra esas oficinas legales oscuras y putrefactas haciéndoles inteligencia como se le hace a las bandas criminales porque estas trabajan 24 horas para ellos, para los antisociales.

Thinking

Dilatar, posponer audiencias, cambiar de abogados durante los procesos, irse de viaje, enfermarse (sin estarlo) todas estas tácticas sucias de dilación deberían ser lo que significa para un conductor el volarse un semáforo el rojo, ponerle límites a estas argucias es de vital importancia para poder devolverle la tan anhelada asepsia al sistema de justicia, estos abogados de garaje las utilizan a discreción y de esto no se lleva un registro por parte del estado para que con un sistema de alarmas se sepa quiénes son los que las usan de manera desvergonzada al saber que se pueden usar de manera ilimitada.

La tarjeta profesional de un abogado debería ser como la licencia para conducir, con un sistema de puntos y donde anualmente se debe revisar cuantas infracciones de este tipo ha ocasionado cada abogado, ¿por qué?  Porque su falta de profesionalismo y su manera distorsionada de entender la justicia está ocasionando muchos accidentes diarios en nuestra sociedad con pérdidas en vidas humanas y millones de dólares en pérdidas para la economía.

Como siempre allí está mi email al pie de página para los que quieran escribirme sus opiniones acerca del tema y con mucho gusto les responderé

¡Un abrazo!

Álvaro Royo Bárcenas

Xiamen-China

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