LA HABANA (AP).— Pablo Milanés, uno de los fundadores de la Nueva Trova Cubana y quien es autor de la algunas de las más reconocidas canciones de amor latinoamericanas como “Yolanda”, “El breve espacio en que no estás” y “Para vivir”, falleció en España, donde en los últimos años había recibido tratamiento por cáncer de sangre.
Su inobjetable importancia fue subestimada por el órgano oficial del Partido Comunista Cubano, el diario Granma, que en su edición digital le dio preponderancia a la visita a Moscú de su presidente Miguel Díaz-Canel a Rusia. En cambio, el Miami Herald (voz de cubanos en el exilio) destacó su vida y trayectoria.
El deceso del cantante de 79 años se produjo la madrugada del martes en Madrid, donde vivía el artista y recibía atención médica desde 2017 por la enfermedad oncohematológica que lo afectó los últimos años.
“Con gran dolor y tristeza, lamentamos informar que el maestro Pablo Milanés ha fallecido”, señaló la oficina del artista. “Agradecemos profundamente todas las muestras de cariño y apoyo, a toda su familia y amigos, en estos momentos tan difíciles. Que descanse en el amor y en la paz que siempre ha transmitido. Permanecerá eternamente en nuestra memoria”.
El portal oficial Cubadebate también informó de la muerte del artista en su horario local que correspondía al lunes por la noche. A comienzos de noviembre se había dado a conocer mediante redes sociales la hospitalización que llevó a la suspensión de un concierto.
A medida que se conocía la noticia, sus colegas y otros artistas cubanos se hicieron eco del momento. Algunos como los miembros de la Orquesta Failde o la Aragón y compositores como Adrián Berazain y Leoni Torres dieron su pésame en redes sociales.
“La cultura cubana de luto y cada persona en el planeta que haya sido tocada por la magia de su voz. ¡Gracias Pablo por tanto!”, escribió Failde en su página de Facebook.
En enero, Milanés sufrió la lamentable muerte de su hija Suylén, debido a una accidente cerebrovascular a la edad de 50 años.
A mediados de año dio su último concierto en La Habana, cuando ya eran inusuales sus presentaciones en la isla. Debido a la demanda de entradas, el sitio del recital cambió del Teatro Nacional de Cuba al Coliseo de la Ciudad Deportiva, donde fue visto por miles de personas.
Milanés era uno de los músicos cubanos más conocidos a nivel internacional. Grabó una treintena de discos y tuvo otros grandes éxitos como “Yo me quedo” y “Amo esta isla” durante sus más de seis décadas de trayectoria.
En 2015 recibió el Premio a la Excelencia Musical de la Academia Latina de la Grabación. Previamente, había sido galardonado con el Latin Grammy a mejor álbum cantautor por “Como un campo de maíz” y mejor álbum tropical tradicional por “AM/PM Líneas Paralelas” un disco que lanzó con el puertorriqueño Andy Montañez, ambos en 2006.
Con su voz privilegiada, armónica e inconfundible, el artista llegó al corazón de millones de personas de varias generaciones.
Uno de sus álbumes más destacados fue “Pablo querido” (2002), en el que interpretó sus éxitos con artistas como Armando Manzanero, Charly García, Fito Páez, Joaquín Sabina, Gal Costa, Milton Nascimento y Caetano Veloso. El álbum tiene una introducción leída por Gabriel García Márquez.
Milanés nació el 24 de febrero de 1943 en la ciudad oriental de Bayamo, era el menor de cinco hermanos de padres de clase obrera. Comenzó su carrera musical cantando en concursos de la radio y la televisión locales, que muchas veces ganó.
Su familia se mudó a la capital y por un tiempo estudió en el Conservatorio de La Habana durante la década de 1950, pero decía que más que de su formación académica, su inspiración provenía de los músicos de barrio y de las tendencias en Estados Unidos y otros países.
En la década de 1960 estuvo en varios grupos, entre ellos el Cuarteto del Rey, donde compuso su primera canción en 1963, “Tú, mi desengaño”, que hablaba de dejar atrás al amor perdido.
“Tus besos no me pueden importar porque tengo un nuevo amor / que te aseguro mi vida le voy a dar”, mencionó parte de la letra.
En 1970 escribió la canción de amor “Yolanda”, que sigue siendo una favorita perdurable en América Latina, desde los cafés turísticos del casco antiguo de La Habana a conciertos en Argentina y cantinas de la Ciudad de México.
Milanés apoyó la Revolución Cubana de 1959 durante los primeros años del gobierno de Fidel Castro, pero tuvo roces con las autoridades, cuando las expresiones “alternativas” eran consideradas sospechosas. El cantautor fue castigado con trabajo obligatorio por su cabello afro, según algunas versiones.
Esas experiencias, sin embargo, no disminuyeron su fervor revolucionario y comenzó a incorporar la política en sus canciones, en colaboración con músicos como Silvio Rodríguez y Noel Nicola con quienes era considerado fundador de la Nueva Trova Cubana, un estilo musical con guitarra y letras evocadoras.
Milanés y Rodríguez en particular se volvieron cercanos y recorrieron los escenarios del mundo como embajadores culturales de la Revolución Cubana. Pero tuvieron un enfrentamiento en la década de 1980 por razones que no se hicieron públicas y desde entonces casi no se hablaron. Aunque se siguieron respetando, Rodríguez incluso convocó a una hija de Milanés, Haydée, para que colaborara en un disco suyo.
Eventualmente, Milanés llegó a ser diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular en la década de 1990, pero luego se alejó de la política.
“Yo creo que es hora de que el pueblo cubano hable por sí mismo, yo no tengo que hablar más por ellos”, dijo en entrevista con The Associated Press en 2017. “No es que no me guste hablar de política, pero estoy cansado… Tengo 74 años y llevo exactamente 24 años hablando de política, y mis palabras se han quedado en las nubes, en el viento”.
En 1973 grabó “Versos sencillos”, poemas del independentista cubano José Martí convertidos en canciones. Otra de sus composiciones se volvió una especie de llamado a la unión de la izquierda política de América Latina, “Canción por la unidad latinoamericana”.
En 2006, cuando Fidel Castro dejó la presidencia debido a una enfermedad grave, Milanés se sumó a otros artistas e intelectuales destacados para expresar su apoyo al gobierno. Se comprometió a representar a Cuba “como merece este momento: con unidad y coraje ante cualquier amenaza o provocación”.
Sin embargo, ocasionalmente abogó públicamente por más apertura política en la isla. En 2010 apoyó a un disidente que recurrió a una huelga de hambre para exigir la liberación de presos políticos.
Al año siguiente, cuando la isla promulgaba cambios económicos, exhortó al presidente Raúl Castro para que fuera más allá. “Estas libertades se han visto en pequeñas dosis y esperamos que con el tiempo se vayan ampliando”, dijo Milanés a AP, sin entrar en detalles.
En agosto de 2022 firmó el “Manifiesto de la sociedad civil cubana”, al tiempo que explicó su posición sobre la necesidad en la isla para “dar paso a nuevas voces y nuevas maneras de pensar” que llevaría a “un diálogo de paz”.
En sus últimos años, dividía la mayor parte de su tiempo entre Cuba, España y México. Su salud se fue deteriorando, a veces se lo veía renguear, caminar despacio y realizaba sus conciertos sentado, auxiliado de un bastón. Se sometió a varias cirugías.
Milanés obtuvo numerosos galardones cubanos, como la medalla Alejo Carpentier en 1982, el Premio Nacional de Música en 2005, y la medalla Haydée Santamaría 2007 de parte de la Casa de las Américas por sus contribuciones a la cultura latinoamericana.
Le sobreviven sus hijos Lynn, Lyan, Haydée y Antonio.