Por Eduardo Pertuz (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 19 de mayo de 2023.- Contar mi experiencia en los territorios que sirvieron de inspiración para la obra de García Márquez, fue evocar recuerdos maravillosos como médico rural en el municipio de Majagual, departamento de Sucre, y el regreso en el 2015 por esta zona.
El realismo mágico tiene un nombre, es la gran región de la Mojana sucreña, compromete los municipios de San Marcos, Majagual, Guaranda, Achí (Bolívar) y Sucre. Vasta zona de humedales productivos donde el cultivo de arroz es lo principal, se le considera la despensa de Colombia y bien podría ser la Mesopotamia de América, bañada por dos ríos y grandes cuerpos de agua: el río San Jorge y el río Cauca. La belleza de sus paisajes es extraordinaria.
Sólo estando en la Mojana podríamos entender al nobel García Márquez. Las cosas que pasan allí son macondianas, fuente de inspiración para cualquier obra literaria. Utilizando mis palabras describí algunos acontecimientos en mi rural: el caimán que intentó devorar a un niño, el intento frustrado de la policía por matar al peligroso saurio a punta de una lluvia de plomo, la caza posterior por parte del padre del niño con métodos artesanales y mucha paciencia, mientras su hijo se batía la vida en el centro de salud donde yo lo atendía; o el día en que la guerrilla de la FARC intentó tomarse el pueblo a sangre y fuego, donde resultó herido gravemente un amigo, la búsqueda y rescate del herido manejando yo la ambulancia Land Rover Santana, arriesgando mi propia vida, para luego evacuarlo en lancha por el caño de la Mojana en la madrugada, fue muy estresante. Además, cómo olvidar cuando llegó la enfermedad del Cólera a la Mojana, los pacientes me llegaban en “ambulancias” improvisadas, cogían un palo largo donde le colgaban una hamaca con el enfermo, eran horas de caminata en la manigua; el paciente era acompañado por su familia quienes traían gajos de cocos para ir hidratándolos, se podía saber de qué recóndito lugar venían, siguiendo el rastro de las conchas de cocos pelados en el camino. Todas esas historias y muchas más algún día serán publicadas. Historias llenas de aventuras; jaguares, caimanes, fantasmas, caños, selva, paisajes. Anécdotas que solo pasan una sola vez en la vida, como decía el Nobel: vivir para contarlo.
Hoy el pueblo de Sucre es un museo viviente, la familia García Márquez crió a sus hijos allí, entre ellos a Gabo, quien salió adolescente del pueblo a seguir sus estudios; Gabriel Eligio, su padre quien era telegrafista y homeópata del pueblo; mucha de sus novelas fueron inspiradas en la cotidianidad de la Mojana, sus personales sacados de la vida real, uno de los acontecimientos más importantes hecho novela fue «Crónica de una muerte anunciada», hoy se puede visitar todos estos lugares inspiradores de Gabo, de la mano del escritor, filósofo y guía de la mejor ruta garciamarquiana que conozco, el profesor Isidro Álvarez Jaraba, recomiendo su libro -El País de las Aguas-
Gracias a Diana Banquez, directora de la librería Remedios la Bella, al grupo Penta por el regalo del último libro del escritor Nuccio Ordine, «Los hombres no son islas», y a Germán Barros por el regalo del libro «Las voces muertas», de Gerardo Ferro.